lunes, 19 de octubre de 2015

PUENTE DE OCTUBRE (DONOSTI – CASTRO URDIALES). 2º DÍA. EL ARZAK.



2ºDía (2ª Parte). Restaurante Arzak.

Día: 10-10-2014.

Comentario:
Llegaba el Sábado por la noche y con ello el gran momento gastronómico esperado por todos, la cena en el Arzak, así que una vez que nos reunimos todos en la recepción del hotel, nos iban a llamar a un taxi para que nos acercaran al restaurante y así evitaríamos el coger el coche.

A punto de pillar el taxi.





11 euros nos cobraron por el trayecto hasta el Alto de Miracruz, zona donde está situado el restaurante y nada más posarme lo primero que iba hacer era la foto de la fachada de la casa que alberga dicho restaurante.


Página web del restaurante…


Nada más entrar ya nos iban a recibir y rápidamente nos dirigirían a la mesa que nos habían reservado en el piso de arriba.

La primera impresión que tuve nada más entrar en el comedor fue que las mesas estaban situadas más cerca de lo que suele ser normal para este tipo de sitios.

Nos sentamos los cuatro, en mi caso con la cámara en el suelo a mi lado y enseguida nos iban a traer la carta para ver los diferentes platos (aunque teníamos pensado cenar el menú degustación…).

Las chicas...





Roberto nos aconsejaría la bebida (vino tinto para nosotros y cava para ellos dos) y tras confirmar que tomaríamos dicho menú (con la elección por parte de todos de algunos platos opcionales), empezaríamos la cena con un cocktail de bienvenida.


Seguidamente íbamos a continuar con las siguientes cinco entradas a compartir entre los cuatro…

Bonito con fresa marinada.


Otra entrada…, pero antes de poner la imagen de la misma, ¡Vamos a jugar y empieza el concurso…!.

Pregunta…¿Qué es el Begihaundi?.

Respuesta…(Tic, tac, tic, tac, el tiempo pasa…).

Pues fácil, diría yo, ya que el Begihaundi es un cefalópodo de la familia del chipirón, calamar,…pudiendo alcanzar el medio metro de longitud (de hecho, yo cada poco lo pido en el Alimerka y en la pescadería saben perfectamente lo que es…).

Y la entrada es…Plátano con Begi-haundi.


Siguiente entrada…Gyoza de Gambas y Moringa.

Curiosidades sobre este plato…

Las Gyoza son una especie de empanadilla al estilo japonés, siendo en su origen un plato chino, pero adaptado como he dicho al estilo de la cocina japonesa y similar a una empanadilla consistente en masa rellena con carne y vegetales al vapor

Y la Moringa es el único género de la familia Moringaceae, llamada también Marango. Comprende este género unas 13 especies, todas las cuales son árboles de climas tropicales y subtropicales, siendo la más popular una conocida como Moringa Oleifera, árbol originario de un estado de la India.
Presenta un alto contenido de proteínas, vitaminas y minerales y con múltiples propiedades beneficiosas para la nutrición y salud humanas.

Foto de dicha entrada, Gyoza de Gambas y Moringa.


Otra entrada, El Salmorejo de frambuesa con bitter.


Decir en este plato que “el tapón” también se comía ya que consistía en jamón y melón unidos.

La última entrada, digamos, La Txistorra con cerveza y mango (presentación muy original como se puede ver…).


Vinieron las cinco entradas todas a la vez e íbamos acordar los cuatro el ir pillando la misma entrada para así poder comentar lo que nos iba pareciendo cada una de ellas.

Tras las entradas, me dio por sacar una foto del vino que nos había recomendado Roberto, un “Viña Ardanza Reserva 2005 Arzak”.


Roberto y María Jesús se decantarían mejor durante la cena por un Cava “Torelló”.


Ahora iban a venir ya los platos…

El primer plato que vendría (servido por pareja), después de las cinco entradas, iba a ser…
Manzana sanguina de remolacha (manzana inyectada de remolacha acompañado de foie cremoso y “nacar” de patata).


Cromlech de Mandioca y Huitlacoche (Suflado de mandioca hidratada con huitlacoche relleno de una preparación de cebolla, té verde y foie).

Curiosidades sobre este plato.

La palabra Cromlech se refiere en sí mismo a un monumento megalítico formado por piedras o dólmenes.
Supongo que el término Cromlech en este plato es por el tema de la presentación.

La Mandioca es un tubérculo usado principalmente en las cocinas latinoamericanas y africanas, prácticamente sin grasa, rico en hidratos de carbono y con multitud de vitaminas y minerales.
Existen variedades dulces y amargas, lo que le confiere innumerables posibilidades gastronómicas.

El otro ingrediente del plato era el Huitlacoche, tratándose éste de un hongo comestible que vive como parásito en las mazorcas del maíz, presentándose como tumores de color gris que cuando maduran liberan esporas negras que le da un aspecto algo desagradable.
Se consume habitualmente guisado con ajo y acompañado de alguna salsa, siendo ingrediente de platos como las quesadillas, tacos, omelettes,…

El uso culinario de este hongo varía mucho en función del conecto ya que por ejplo, en algunos restaurantes exclusivos en Europa y EEUU es considerado un ingrediente exótico de alta cocina, mientras que por otra parte, la población de las regiones de donde es originario es bastante desconocido o percibido como una plaga.

Un par de imágenes de este par de Cromlech de Mandioca y Huitlacoche que nos dieron (una unidad por persona…).





Segundo plato…

Bogavante con polen de abeja (bogavante troceado y salteado con polen fresco, sabor ácido y dulce con panal azul), el cual venía acompañado con trozos de calabacín.





También en este segundo plato…El pescado del día con Patxarán y maíz morado (pescado del día marinado en patxarán con polvo de maíz marinado).





Tercer plato…

Kokotxas en hojas de bambú (Kokotxas de merluza a la parrilla posadas sobre una hoja de bambú y semillas de teff).

En cuanto a las semillas de teff, decir que los granos de teff son oriundos de Etiopía, pudiéndose utilizar los mismos como alternativa a la harina de trigo.


La otra parte de este tercer plato sería “Roca” de txangurro (txangurro sobre “roca de algas” y cubierta de huitlacoche.

Un trío de imágenes de “la roca”.








Todos estos platos anteriores fueron servidos en la mesa para la pareja, por lo cual todos pudimos degustar los reflejados anteriormente.

Tras estos platos, resulta que nos iba aparecer en la sala, Juan María Arzak, el cual fue pasando mesa por mesa para saludarnos a todos los comensales que estábamos en el comedor.

La verdad, nos ilusionó a todos el que nos viniera a saludar el gran chef, ilusión que se refleja perfectamente en la cara de María Jesús.


Ante la petición de hacernos una foto con él, el maitre de la sala nos emplazaría a hacerla a la salida al final de la cena.

El cuarto plato…El pescado, que cada uno podía elegir entre las varias opciones que se nos presentaban.

En mi caso y en el de Roberto, nos decantaríamos por el Tamal de Bonito (bonito asado con su mojo y punto muy jugoso, cubierto de hoja de maíz envinada y salsa púrpura).





Noelia se inclinó en este caso por el Salmonete con hojas de roble (deshojado de crujientes láminas coloridas acompañado al lomo de salmonete y jugo crustáceo).

En el caso de ella, la presentación en la mesa fue un espectáculo ya que en un primer momento le pusieron encima del mantel una especie de “Tablet” con imagen en movimiento del mar batiéndose contra la roca.

Encima de la “Tablet” le iban a colocar el plato en sí, por lo que el salmonete iba a quedar encima del mar en movimiento.
¡Un lujo de presentación…!.

Imágenes de este plato.





María Jesús escogería en esta ocasión Rape con ruibarbo (lomo de rape asado junto a filetes de ruibarbo y lirios fritos).

Decir que el ruibarbo es una especie de fruta-verdura, originaria de Asia y en donde es utilizada principalmente para temas medicinales.

Foto de dicho plato.


El quinto plato…La carne.

En mi caso, Vacuna con té verde (Lomo de vacuno ligeramente especiado, bizcocho de puerro tostado, sala de lúpulo y “ahumado de té verde”).





En el caso de Noelia y Roberto, Pichón con virutas de guitarra (pichón asado sobre un unte de frutos secos y armagnac acompañado por virutas de yuca y de “guitarra” envolviendo el conjunto con leves aromas a ciprés).


María Jesús elegiría Foie en salsa verde (foie con toques marinos como cubos de algas y salsa verde – Chateau Villefrance).


Foto de Roberto y este menda en la cena.


Los postres…

Truffón de chocolate (trufa voluminosa de cacao y azúcar que guarda en su interior un cremoso de chocolate y algarroba).


Luna cuadrada (cubo de chocolate “lunar” con interior fluído de menta, neroli y Kiwi).





Marmita de leche y espino (espino cremoso junto a la leche de oveja ahumada, crujiente de boniato y cacahuete).


Rosquillas de manzana y anís (aros de manzana asada y luego cremosa con aroma de anís e intxaur salsa de macadamia).

La macadamia es un tipo de nuez originaria de la zona de Australia, Nueva Zelanda, Hawai y Sudáfrica y las cuales han entrado en el mercado como un producto selecto.

Imagen de este postre.


Con cada uno de postres vendría una tarrina de diferentes clases de helados, como por ejplo de regaliz…


Pedimos entonces unos cafés y con los mismos nos iban a poner dos clases de “bombones”, por así llamarlos.


Después de la cena nos hicieron una foto a los cuatro juntos inmortalizando la velada.


Aproveché también para sacar una foto del comedor vacío de gente.


Bajamos entonces a la entrada del restaurante donde solicitamos la foto con Juan María Arzak, el cual iba a salir rápidamente para retratarse con los cuatro.


Trío de imágenes del menú degustación (reflejando los platos opcionales que escogimos cada uno para la cena) y que nos dieron reflejado en un papel al final de la velada.








Tras dejar el restaurante, regresaríamos al hotel en taxi (13 euros) , ya que no nos apeteció mucho trasnochar para tomar algo.

Las sensaciones al final de la cena era que habíamos asistido a una experiencia única en el ámbito de la gastronomía para cualquier persona.

No se podría poner un “pero” a la comida, a la presentación y al trato cercano por parte de todo el personal del restaurante, aconsejándonos y explicándonos los diferentes platos que nos iban poniendo sobre la mesa.

Quizás el único “pero” que pondría y que no me gustó demasiado fue la excesiva cercanía de unas mesas con otras en la sala del comedor.


En cuanto al precio, saldríamos el cubierto a unos 240 euros por persona, un precio que está claro que está a niveles estratosféricos de lo que sale cualquier persona cuando va a comer por fuera, pero cuando algunas personas se asombran con este tipo de menús y de sus precios en restaurantes catalogados a nivel mundial en el top 10, yo les preguntaría lo siguiente…

¿Cuántos caprichos que uno se puede hacer por 240 euros están en el top 10 a nivel mundial y a su vez sean experiencias únicas en el nivel que sea…?.

Está claro que al final se trata básicamente de prioridades, pero aun así, se admiten respuestas…


¡Ah, que se me olvidaba...!....y....¡Hambre no se pasó para nada...!.

viernes, 16 de octubre de 2015

PUENTE DE OCTUBRE (DONOSTI – CASTRO URDIALES). 2º DÍA. PAÍS VASCO - FRANCÉS.



2ºDía (1ª Parte). País Vasco Francés.

Día: 10-10-2014.

Comentario:
Llegaba el día estrella en tierras vascas y con el mismo la “fiesta gastronómica” objetivo del viaje, así que como había que gastar las horas del día hasta que llegara el momento de la cena, decidimos hacer algo de turismo por la zona del País Vasco – Francés.

Tras levantarnos, prepararnos y quedar todos en la recepción, decidimos irnos a “desayunar” a una cafetería situada delante del hotel ya que en el NH el desayuno costaba nada más y nada menos que unos 20 euros por persona (cada vez estoy más convencido que a los hoteles no les interesa que la gente desayune ya que normalmente ponen unos precios totalmente disparatados para la primera comida del día).

Pedimos todos un café y en mi caso al ver los cruasanes que tenían en alguna mesa, añadí también al pedido un cruasán que aunque parecía tener un estado algo “desnutrido”, finalmente resultó estar con un sabor “de muerte”.

Imagen del desayuno de este día.


Tras el desayuno pusimos rumbo a Bayona, población a la que íbamos a llegar en algo menos de una hora desde Donosti, aparcando entonces en un parking situado al lado del edificio del Ayuntamiento.

Algo de información de la ciudad…


Tras dejar el coche, iniciamos el paseo por las calles de Bayona dirigiéndonos entonces hacia la zona de la Catedral gótica de Santa María, situada en el solar que estuvo ocupado por una catedral románica que se quemó en un par de incendios.

La construcción de la catedral actual se inició en el siglo XIII, terminándose a principios del siglo XVII, a excepción de las dos torres que se terminaron en el siglo XIX,

Interior de la catedral.














Era inevitable al descubrir que había un claustro el que yo entrara en el mismo.





Parte trasera del edificio religioso.


Tras la primera visita turística del día, empezamos a caminar tranquilamente por las calles que aparecían engalanadas y observando los diferentes edificios y tiendas que nos fueron apareciendo en nuestro caminar.








Alguna tienda de dulces típicos nos encontramos por el camino.


Enseguida llegaríamos a la plaza del Mercado Les Halles, lugar que este día tenía un gran ambiente.


Casa un tanto pintoresca al lado mismo de esta plaza.


Un par de imágenes del interior del mercado.





Fuera del mercado pudimos apreciar el abundante gentío que se mezclaba con los numerosos puestos que había en el exterior del mismo.

Me llamó la atención un puesto con setas de un tamaño que nunca había visto.


Un trío de fotos de los exteriores del mercado.








Cruzamos el río La Nive por el Pont Marengo y nos internamos por un par de callejuelas para salir rápidamente de nuevo a la zona del Ayuntamiento de Bayona





Un par de vistas del Ayuntamiento desde el Pont Mayou, puente que cruzamos para llegar finalmente al aparcamiento.





Dimos entonces por finalizada esta breve visita a Bayona y “el conductor” puso rumbo a otra de las localidades importantes de esta costa, Biarritz, importante centro turístico de la zona, situado a unos 40 km de San Sebastián.

¡El saber no ocupa lugar…!.
https://es.wikipedia.org/wiki/Biarritz


Tras dar algunas vueltas con el coche por las calles del pueblo, logramos finalmente meter el coche en un parking para empezar a caminar por la zona.

A los pocos minutos de empezar el paseo, nos íbamos a sentar en la terraza del Pub “Arroka”  situada muy cerca del Casino y de la Grande Plage con el fin de tomar “el vermouth”, eligiendo en mi caso un vermouth típico francés, El Pastis, del cual nunca había oído hablar.


Imagen (a la vuelta) de dicha terraza.


Enlace de dicha bebida.


Resumiendo la bebida, se trata de una bebida sabor anís, la cual me sirvieron junto a una buena jarra de agua para ir mezclando y bajándola de graduación  para dejarla al gusto del consumidor, cosa que por supuesto hice.

Inmortalizando dicho momento.


Dejamos entonces la sesión vermouth para ir ya hasta la zona de la Grande Platge y empezar a pasear por su buen paseo en dirección a la zona donde estaba situado el Hotel du Palais, un palacio-hotel de lujo de 5 estrellas naturalmente.

Enlace con algo de la historia del hotel.


Caminando al principio y echando la mirada hacia atrás, otro establecimiento hotelero llamativo iba aparecer a mi espalda.


Por el paseo.


Noelia y María Jesús en dicho paseo.


Trayecto por recorrer hacia el Gran Hotel.


Vista hacia atrás del tramo recorrido.


¡Venga, que el hotel de 5 estrellas ya está cerca!.


Mirada hacia atrás de la Grande Platge o Gran Playa como se puede suponer.


“No quisimos entrar en el Gran Hotel” y en su lugar caminamos unos cien metros por una especie de paseo marcado en la roca e inundado de arena por tramos y con vistas al Faro de Biarritz, como en esta en el que está este menda en primer plano.


Rápidamente íbamos a retroceder unos cien metros sobre nuestros pasos para empezar a ascender suavemente por un lateral del recinto cerrado del hotel hasta dar con la zona de la entrada al mismo.

Un par de imágenes subiendo por esta zona.





La entrada al hotel.


Decidimos entonces ir a picar algo, encontrando una Pizzeria, “La Trattoría”, en la cual nos gustó la carta que tenía por lo que decidimos no complicarnos más y entrar a comer algo.

Exteriores (después de comer) del local de la comida de este día.


Interior del local con guapa decoración.


En mi caso, una pizza marinera, la cual estaba muy rica


En el caso de Noelia, una buena ensalada.


Buen sitio este que encontramos para comer, con buena relación calidad – precio, así que se puede decir que es totalmente recomendable para comer para futuras visitas por la zona.

Salimos entonces de la pizzería para ir a por el coche y el siguiente destino en el que pararíamos un pequeño rato iba a ser la zona de San Juan de la Luz, aparcando en un primer momento a las afueras del pueblo.

Desde esta zona, un par de imágenes del entorno como la de un edificio que me llamó la atención.


Y la otra imagen con Noelia y toda la zona costera de San Juan por detrás de ella.


Nos fuimos entonces hasta el pueblo donde dimos un pequeño paseo de un cuarto de hora ya que aparcamos el coche en una plaza donde había un parquímetro a modo de cronómetro que nada más dejar el coche empezaría a descontar el tiempo hasta los veinte minutos que teníamos como máximo.

Un par de fotos de este pequeño paseo.





Nos sobrarían unos minutos y aquí se produjo un incidente con un “franchute” impaciente, el cual nos empezaría a pitar con el coche para que le dejáramos aparcar sin haber sacado el nuestro (está claro que los “tontos” son una especie que están por todo el mundo…).

Tras este pequeño incidente, la ruta iba a continuar para acercarnos hasta la localidad costera de Hondarribia (Fuenterrabía en castellano), localidad con un pequeño aeropuerto en sus inmediaciones y con título de “ciudad”.

Se encuentra situada en la desembocadura del Río Bidasoa, frontera natural con Hendaya (Francia).

Información de “la ciudad”.


Íbamos a intentar conocer el Parador y así poder tomar algo pero resulta que cuando habíamos sorteado el primer obstáculo en forma de semáforo en rojo (amablemente un coche que bajaba nos desveló el secreto que encerraba dicho semáforo y no era otro que pisar con el coche una parte de la acera y de esa manera se nos abriría el mismo dándonos paso), nos encontramos con una calle en pendiente muy, pero que muy estrecha y al final de la misma dos pivotes impidiéndonos continuar, así que el breve paseo en coche por el casco antiguo se nos iba acabar, teniendo Roberto que ir dando marcha atrás con la precaución de no pegar con el coche en los muros laterales.

Pero los “sustos” en este sentido y en este día no se iban acabar en esta callejuela ya que nos esperaba a los cuatro y “sin saberlo”, “la pesadilla” (sobre todo para las chicas) de las calles estrellas de un pueblo (me río yo entonces de las de Fuenterrabía…) que estoy seguro que nunca olvidaremos los cuatro , “Pasajes”.

Tras retroceder con el coche, paramos un rato a tomar algo en una terraza y acto seguido Roberto nos llevó hasta el Alto de Jaizkibel (paso montañoso mítico en pruebas ciclistas por el País Vasco), alto al que le tenía muchas ganas de conocer.

Con breve parada de por medio en la zona de la Ermita de Guadalupe, llegamos al mismo alto donde había un mirador hacia todas direcciones, vistas que disfrutamos todos un rato dado el buen día que seguía haciendo.

Torreón en este alto.


Vistas hacia la desembocadura del Rio Bidasoa.





Tenía que inmortalizarme en este alto.


Imagen al Oeste del Alto de Jaizkibel.

Abandonamos entonces este alto para descender con el coche hasta la zona de Pasajes, concretamente a uno de sus barrios, Pasajes de San Juan.

Enlace de esta población.


Llegados a esta localidad y en vez de aparcar, intentamos avanzar con el vehículo por las callejuelas de este barrio de Pasajes, pasando el coche a escasos cm de los muros (con algún rasponazo de por medio y evitando a la gente que había accedido caminando a este barrio) hasta llegar a un lugar en la que dimos por imposible continuar con el coche, así que visto el tramo de calle que se nos presentaba por delante, decidimos dar la vuelta en una zona en la sí que era factible dar el giro con el vehículo (a esto se añadía algún obstáculo bípedo que le costó facilitar dicha maniobra).

Tras dar la vuelta, el siguiente obstáculo era volver sobre “nuestros pasos” y rezando porque el coche no rozara las paredes y también porque algún vehículo no se intentara cruzar al llevar el trayecto de ida cuando nosotros llevábamos el de vuelta.

Mientras el conductor, “aparentemente tranquilo en la conducción”, aguantaba en su nuca un cierto nerviosismo que le iba cayendo de los asientos traseros durante los cerca de 300 m que duro el trayecto por este tramo en el pueblo.

Salimos entonces a zona más abierta y ahí, sí se puede decir, que respiramos todos, empezando a surgir un cierto cachondeo con la anécdota de por dónde nos habíamos metido y con las disculpas que podríamos dar a familiares, amigos y compañeros del curro sobre si nos perdíamos la cena de este día a causa de quedar atrapados con el coche en las calles de Pasajes.

Imagen desde el satélite de la zona por la que nos metimos (línea roja).


Pasada la que creíamos que iba a ser la anécdota principal del viaje (al día siguiente aparecería otra todavía aún más grave…), regresamos a San Sebastían (estábamos ya a escasos km de la ciudad) para ir hasta el hotel a descansar algo y a que las chicas les diera el tiempo suficiente para prepararse para la cena.

Llegaríamos sobre algo más de las 18h y en mi caso y tras estar unos minutos en la habitación y como era muy pronto para estar encerrado entre cuatro paredes, decidí salir de nuevo para ir caminando hasta la zona de la Playa de Ondarreta con el objetivo de sacar unas fotos a un monumento muy conocido de la ciudad, “El Peine del Viento” de Eduardo Chillida.

Visita que no se me logró porque la zona estaba cerrada al público por encontrarse en obras, así que me tuve que conformar con sacar alguna que otra foto de la playa con su entorno (no me dio apenas tiempo a sacar fotos de una cierta calidad ya que estaba oscureciendo como se puede ver en las siguientes imágenes).











Tras este pequeño paseo regresaría de nuevo al hotel para descansar algo y prepararme para el gran objetivo del viaje y en mi caso, uno de los grandes privilegios gastronómicos en la vida que uno tendrá, cenar en el ARZAK, pero ésto quedará para el relato de la segunda parte de este día o mejor dicho, ya de la noche.

En resumen, buen día en una zona que tenía ganas de conocer, ésta del País Vasco Francés y con visita que habrá que repetir a muchos de los pueblos de este día para verlos con más tranquilidad (en este día no había mucho tiempo para visitarlos más detenidamente….).

Ahora, lo dicho…


¡A prepararse, que hoy cenamos en el ARZAK!...