Día: 23-08-2014.
Desnivel aproximado: +950 m.
Lugar de salida y llegada: El Fielato (a 5 km del
Pto de S. Isidro).
Tiempo: 06h 40 (con numerosas paradas para
fotografías y en el 1/3 de subida por la dificultad del terreno resbaladizo).
Comentario:
La idea o mejor dicho la posibilidad de realizar el
ascenso al Torres por la ruta descrita en este post se me ocurrió ya hace
bastantes años cuando en mis excursiones hacia el Pto de S. Isidro fuera en
coche o en subida cicloturista, al llegar a la zona del Mirador de Zubillaga me
llamaba la atención una canal herbosa de gran pendiente y la cual parecía
inaccesible para mí en aquellos momentos.
En esos momentos se me venía a la mente la
posibilidad de meterme por dicha canal (canal que todo hay que decirlo es una
de las canales principales por la que escapan los aludes de nieve cuando el
Pico Torres está cargado de nieve) y de investigar si tendría una salida clara
por su parte superior.
Pero esta idea quedó muy aparcada de mi mente
durante todos estos años hasta que finalmente este año y como había mono de
volver al Torres, se me vino a la cabeza el intentar ascenderlo por un
itinerario un poco diferente a los clásicos, viniéndose entonces a la cabeza la
idea de subir por dicha canal al pico.
La idea ya se convertiría en “obsesión” cuando en el
mes de Mayo (en la excursión que subí el Pico Chagarello por primera vez) pude
apreciar toda la canal en su itinerario de ascenso, itinerario que parecía
bastante asequible para el menda, a excepción del primer tercio de subida que
la verdad me “acojonaba un poco” (por el desnivel y por el terreno herboso y de
matorral que me iba a encontrar).
Y llegó Julio y con este mes, el día en el que iba a
intentar subir al Torres por dicha canal, resultando aquel día un día agridulce
ya que a cambio de poder transitar por dicha canal en su totalidad, dicho día
la “suerte” me iba a hacer perder la cámara de fotos que me había acompañado
durante estos últimos años por lo que entonces renuncié ese día a coronar el
Torres por esta vertiente (por el bajón que tuve y porque no iba a poder
plasmar en fotos la subida a dicho pico en su totalidad desde la carretera).
Ya con nueva cámara, hace unos días y con la clara
intención de estudiar, no tanto la subida, sino la “posible bajada que se me
había ocurrido”, me acerqué de nuevo al Chagarello para sacar algunas fotos de
esta vertiente del Torres y así tenerlas para el día que las pudiera poner en
el blog.
Ahora en el presente y después de esta “pequeña
introducción”, llegó el 23 de Agosto, día en el que esperaba realizar la
excursión ansiada, así que después de levantarme a las 07h 15 y ver que el
tiempo no estaba “muy potable” que digamos en la zona de Fuentes de Invierno y
volver para la cama, me levanté de nuevo a las 08h 30 y después de ver a través
de la Cam que había resol en la estación de esquí de F. Invierno, me decidí a
pillar el coche y a intentar hacer la ruta completa y plasmarla en fotos.
Sobre la marcha y ya en el coche, realicé un cambio
de planes y decidí dejar el coche en el Fielato, lugar que me parecía “más
seguro” que la zona del Mirador de Zubillaga para el vehículo.
Además se unía a
esto que he dicho que si lograba hacer la bajada que tenía pensada, el
itinerario de vuelta me dejaría a escasos metros del coche, así que sobre las
10h 05 estaba aparcando en dicho lugar.
Pero antes de empezar a relatar la ruta de este día,
presentación del menda en una imagen tomada a la hora de finalizar la ruta, con
las pintas que tuvo durante toda la excursión.
El tema de las polainas se me ocurrió en la anterior
ascensión realizada en Julio y básicamente era un sistema antiofidios utilicé en la anterior ascensión por esta canal (luego, indagando por
internet descubriría que en realidad sí que existen polainas antiofidios…),
Matizar a esto que digo que esta función no sería la
única que me proporcionarían estas polainas como comentaré más tarde.
Después de mostrarme con las pintas que llevaría en
la ruta, lo siguiente será, digo yo, presentar el itinerario de la ruta a
través de una foto de la cara Oeste del pico Torres. (rojo el itinerario de
subida, azul la bajada).
La subida la desglosaré dividiéndola en varias
partes a través de las fotos…
1ª Parte. “En busca de las primeras redes anti aludes”.
Imagen desde las alturas de esta primera parte.
Pues a las 10h 15 dejé el coche para ir bajando unos
800 m aprox. por la carretera del puerto para llegar al Mirador de Zubillaga y
poco antes de llegar al punto donde tendría que dejar la carretera, ya se
asomaba la canal desafiándome en sombra dadas las horas que eran todavía.
Al estar en sombra dicha canal y con la certeza de
que las hierbas, los matorrales y el piornal iban a estar un poco creciditos
dado el verano húmedo que hemos tenido este año, sabía que el terreno en esta
primera parte iba a ser un tanto peligrosillo por el tema de lo húmedo y
resbaladizo, asunto que se me iba a volver en contra, así que solo tocaba
extremar las precauciones para esta primera parte del ascenso.
Dicha canal vista desde la zona del mirador.
¡A por ella!..
Tras sortear la primera red anti aludes, ya me tocaba
afrontar la primera rampa de unos 50 m de longitud aprox, rampa que se dejaba
superar sin problemas, aunque eso sí, a paso lento.
Llegué a la segunda red y momentos antes de
superarla me dio por mirar hacia abajo el tramo inicial recorrido.
Y hacia arriba el siguiente tramo a recorrer.
Después de superar esta segunda red, fui ascendiendo
por terreno sumamente resbaladizo por el rocío de la noche anterior, ya que a
cada paso que daba, las gotas salpicaban las botas, polainas e incluso las
hierbas más altas salpicaban los pantalones, así que poco a poco y con el debido cuidado de no resbalar,
fui subiendo buscando el mejor terreno para avanzar en el metro siguiente.
Quizás este fue un poco el error que cometí en esta
primera parte de la subida ya que sin apenas darme cuenta me fui desviando
hacia la izd de la subida, metiéndome por terreno sumamente pindio y cada vez
con hierbas y matorrales más altos.
(Después de un par de veces de haber subido por la
canal, creo que la próxima vez la subiré por su lado derecho ya que creo que se
sube con más seguridad por dicho lado).
Como digo, me encontré rodeado de matorral alto y un
poco a la izd de la canal. Quería salir en busca de terreno más despejado de
dicho matorral, pero no lo vi muy factible por el tema seguridad, ya que el
tema de descender de culera y apoyando las rodillas y los pies lo veía bastante
peligroso, ya que un resbalón y me iba para abajo alguna que otra decena de
metros.
La otra opción hubiera sido hacer una pequeña
travesía lateral por dicho terreno, pero entonces me iba a tener que enfrentar
por terreno con buenísimo desnivel a largas hierbas que tenían una pinta de
dejarme caer a la mínima que me apoyara en ellas.
¿Opción que elegí?...¡Fácil, diría yo!…Seguir
subiendo por el terreno de matorral, que aunque era bastante incómodo ir poco a
poco superándolo, me ofrecía éste más seguridad que la parte derecha que veía
según iba subiendo (dicho terreno me proporcionaba agarres que las hierbas no
me ofrecían para hacer una travesía lateral), así que al final ascendiendo muy lentamente y con sensación de
seguridad, pude superar el terreno de matorral para alcanzar terreno despejado.
Mirando hacia abajo.
2ª Parte. “Alcanzando el nutrido grupo de redes anti
aludes de la canal”.
Itinerario de esta segunda parte.
Seguí subiendo, ya con vista unas decenas de metros
más arriba a la tercera red que me encontraría en la canal.
El terreno seguía pindio y resbaladizo pero ya se
había vuelto “algo más amable” para el avance que el anterior, encontrando
incluso algún resto de sendero (supongo que utilizado por los que montaron
dichas redes en su momento”).
Vista hacia atrás del Pico Chagarello, (1.650 m,
centro imagen) con la zona del mirador (inferior drcha) y el Pico Fuentes
(2.022 m, superior izd).
Por fin, ya llegaba a la primera red del nutrido
grupo que había en la canal, pensando en dichos momentos que lo peor de la ruta
ya había pasado, así que aunque todavía me quedaba mucho para llegar al final
de la canal y para llegar a la cumbre del Torres (2.104 m), dicho pensamiento
me animaba a continuar sin apenas cansancio a nivel físico.
Pasado ya el tramo con más desnivel de la canal, el
resto ya sería ir subiendo “sin prisa pero sin pausa”, aunque eso de sin pausa
en esta ruta iba a ser una “quimera” por el tema de estar sacando continuamente
la cámara de fotos de la bolsa que llevaba colgada (al final de la ruta me
saldrían en total unas 490 fotos de dicha excursión…).
Foto de esta primera red del grupo tras haberla
superado y en la que se puede observar el terreno pindio por el que me moví y
la inclinación de las red.
Y para arriba, más redes salían a mi paso, las
cuales iba a ir superándolas guiado por un estrecho sendero que se iba abriendo
paso por el lado izdo de la canal.
Foto de dichas redes antes y después de superarlas.
Un par de detalles de los anclajes de las redes.
En la primera se ve la sujeción propia de la red al
terreno y en la segunda la sujeción del poste que sustenta la red, al terreno.
Detalle de la inclinación de la red y de la
pendiente del terreno.
Venía ahora la parte trasera del grupo de redes, así
que seguí transitando por el senderillo que aparecía y desaparecía por momentos
entre la vegetación existente que la verdad no hacía muy dificultoso el avance.
A esto se unía que la pendiente ya no era la del comienzo de la subida.
Iba a meterme a transitar por “terreno santo” y digo
“santo” porque aquí fue donde perdí en Julio la cámara que tantos años estuvo
con el menda en las rutas de montaña.
Varias imágenes de dicho terreno con las redes
instaladas.
La última red ya superada.
Había superado ya todas las redes y ya me iba a
meter en poco en terreno soleado, cosa que se agradecía, así que aproveché
entonces a sacar una foto de las polainas, empapadas por la acción del terreno
sobre ellas, así como de las botas también empapadas.
3ª Parte. “Afrontando, si así se puede decir, la
parte más cómoda de la canal”.
Imagen del itinerario de esta tercera parte.
Despidiéndome de las redes.
Ya veía el terreno abierto por el que tendría que
transitar un buen rato.
Por lo menos ya me iba a meter en terreno soleado,
esperando a secar ya que estaba algo empapado de la humedad del terreno verde
porque el que había tenido que transitar hasta este momento.
El terreno se dejaba superar sin muchos problemas, a
no ser los propios del desnivel que tenía este tramo que venía ahora y desnivel que hubiera firmado sin dudarlo para
la primera parte de la canal.
Tras encontrarme un comité de bienvenida de 3 ó 4
vacas pastando que me iban a recibir, ya salí a este terreno soleado y con
vistas cada vez más cercanas al final de la canal.
Vista hacia abajo del terreno que iba superando.
Iba a cruzar la riada de piedras y a subir por su
parte izda, dando entonces con un par de construcciones derruidas de piedras
que tenían la pinta de haber sido unos corros en sus buenos años.
Y desde dicho lugar ya veía a lo lejos el final de
la canal, que para alcanzarla todavía me iba a quedar un buen trecho a patear.
De vez en cuando y mientras iba “haciendo pierna”,
echaba la vista hacia atrás para ver el tramo que había superado y para ver
también el paisaje que se me presentaba con la carretera del Pto San Isidro y
el Pico Nogales (2.074 m) al fondo a la izd.
En mi aproximación a la parte superior de la canal
que ya veía bastante cercana, de repente oí el ladrido de unos mastines, señal
que alguien estaba merodeando también por el sendero de las caídas del Torres
al Valverde, así que me pensé ¡Voy a tener compañía…!.
4ª Parte. “Del Collado Valverde a la cumbre”.
Imagen de esta última parte de la subida.
Sobre la marcha y antes de alcanzar el collado, se me ocurrió ir ya
subiendo desviándome a la izd poco a poco para ir ganando altura a través de la
ladera tapizada de matorral bajo que se dejaba caminar bastante bien.
Vista de la canal y de esta ladera que acabo
de mencionar.
Me preguntaba que por dónde estarían los mastines
que había oído, así que cuando vi a lo lejos, unas decenas de metros por encima
de donde yo estaba, un rebaño de cabras, más o menos salí de dudas.
A esto se añadía que por encima iba un pequeño grupo
de montañeros para subir al Torres por la vertiente que había escogido para
esta ocasión, así que ya sabía cuales habían sido los causantes para que los
mastines ladraran momentos antes.
Poco antes de dar con el sendero que prácticamente
me llevaría hasta la cumbre, resulta que el causante de los siguientes ladridos
de los mastines iba a ser el menda, ya que se fueron aproximando hacia mí los
perros que guardaban dicho rebaño.
Pero ante mi sorpresa, resulta que aparte de los
perros, todo el rebaño vino agrupado hacia mí, pensando yo en estos momentos
que las cabras debían haberme confundido con que el menda era su cabrero.
El grupo de cabras aproximándose al menda.
Uno de los mastines que guardaban el ganado.
Esta cabra parecía ser la jefa o la “tonta del
grupo” ya que se quedó todo el rato mientras hacía fotos a las otras, mirándome
fijamente.
Las cabras estuvieron al lado mismo unos minutos,
pero supongo que debieron darse cuenta que se habían equivocado ya que al poco
rato se fueron desperdigando poco a poco, así que continué con mi marcha y
aproximándome cada vez más al pico.
Cada vez más cerca del objetivo del día y viendo ya
el sendero final que me subiría a la cumbre.
Fui ascendiendo tranquilamente, alcanzando entonces
a parte del grupo que había visto anteriormente y como había que hacer una
pequeña trepada para alcanzar la cumbre, preferí esperar a que el grupo se me
adelantara en dicha trepada, viendo los pastos que estaban en la cara Norte del
pico.
El grupo a punto de afrontar la trepada.
Mirando hacia atrás de donde había venido (pto rojo)
tras caminar en el último cuarto de hora.
La pequeña trepada la realicé sin problemas,
llegando a la cumbre tras 3h 30 de mi marcha del coche.
Ante la imposibilidad de tocar prácticamente el
vértice y el buzón por la gente que había, me dediqué a sacar algunas fotos de
las vistas que me ofrecía el pico.
La primera foto que saqué, a mis pies, fue la zona
situada entre el Pico Valverde Medio (1.947 m, izd) y el Pico Valverde Cimero
(1.971 m, drcha) y por la que había transitado el grupo que se me había
adelantado en la trepada a la cumbre.
Desde la zona cumbrera pude ver el Pico Valverde
Cimero (1.971 m) con el itinerario que tenía previsto pillar a la hora de
descender hacia el coche.
Zona del Pto S. Isidro (1.520 m) con el Pico Toneo
(2.094 m) y su famoso “tubo”.
Muy a lo lejos se veían los Picos de Europa con
otras cumbres más próximas al puerto como eran las del Pico Cascayón (1.949 m,
izd), El Pico Fornos (1.932 m, centro) y La Peña del Viento (2.000 m, drcha),
cumbres éstas en primer término, así como la famosa Pista Wamba.
Vista hacia la ladera norte del pico.
El buzón del Torres (2.104 m) que ni toqué por la
aglomeración de gente.
Romería en la cumbre.
En la cumbre debí estar sobre un cuarto de hora,
tiempo en el que todavía llegaría algún montañero más acompañado de un perro,
así que como para el menda había demasiada gente en dicho lugar y como la
niebla parecía querer meterse, decidí emprender el descenso por el mismo
itinerario que había utilizado en la subida y con rumbo al Collado Valverde
(1.905 m), punto cimero de la canal que había subido.
Cerca del collado Valverde y la niebla queriéndose
meter.
Pensaba que la niebla se metería y que me impediría
descender por donde había pensado, pero lo mismo que la niebla había aparecido,
fue pasar un minuto y ¡Zas…!, desaparecer en el acto, así que parecía que el
manto blanco me iba a respetar en dicha ocasión.
Descendí al collado y en el mismo ya no había rastro
de las cabras y los mastines, pudiendo apreciar desde el mismo, el siguiente
punto al que llegaría en mi descenso, punto en el cual estaban pastando un
grupo de vacas, así que a reunirme con ellas me fui.
Descendí por terreno muy cómodo y con buena
pendiente hasta reunirme con el ganado vacuno, recibiéndome las mismas con una
actitud totalmente indiferente dado el día que hacía.
Desde el lugar de reunión con mis nuevas amigas,
vista del descenso realizado y la caliza del Torres asomando a la drcha.
En casa había memorizado si cabe el descenso que
tendría que realizar evitando algún espolón rocoso que sobresalía en la cresta,
así que cuando vi que había buenas trazas de sendero por dicha zona y que el
mismo iba en descenso, ya sabía que el resto de la excursión estaba
prácticamente realizada, tardara lo que tardara.
Foto del espolón rocoso del que hablo y el sendero
que apareció ante mí, pero el cual no tomé.
En casa había visto el espolón y había observado que
era mejor rodearlo por la parte contraria a la del sendero que había aparecido
de la nada ante mí, así que eso fue lo que hice, seguí descendiendo tranquilamente
y rodeando la roca por su parte drcha.
Pero como tampoco quería ser descortés, me despedí
de las vacas inmortalizándolas en una última foto del Torres (2.104 m) y de
parte del Pico del Valverde Cimero (1.971 m).
Desde las alturas iba caminando y viendo una buena
parte de las cabañas que salpican la subida al puerto.
Aproveché, antes de tomar ya la vertiente opuesta a
la de la subida, a sacar una última foto con el tramo final de la canal y el
Collado Valverde, así como del Torres (rojo = subida, azul = descenso).
Como nota curiosa de la foto decir que la pendiente
que se muestra en la foto de la canal en esta parte final parece mayor de lo
que realmente es (hay que poner un poco de épica al reportaje, digo yo…).
Otra foto, un poco más avanzado el descenso, donde
se ven mejor las cabañas de alguna foto anterior.
Tras rodear el saliente rocoso por su derecha, di
con buenas trazas de sendero, el cual por momentos estaba algo descompuesto
pero se dejaba bajar con mucha seguridad.
Tras descender unos 20 ó 30 metros por este sendero
descompuesto en parte, di con otro sendero que me salió a la derecha y que
tenía toda la pinta de que me iba a conducir por la zona de la cresta en
descenso hacia la zona cercana al Fielato.
Un poco de panorámica en el descenso que iba
realizando y viendo en todo momento al punto al que quería llegar (rojo).
Poco después de este tramo, empezaba el tramo más
espectacular y vistoso del descenso, tramo con buenas vistas a la zona de las
canales del Torres por esta parte, así como de la carretera de subida al puerto
S. Isidro (muy abajo quedaba el punto de inicio de la canal al borde de la
carretera…).
Esto era lo que veía a medida que iba descendiendo y
satisfecho porque el descenso me estaba siendo más fácil de lo que había
pensado en casa y sobre todo por el disfrute de las vistas a medida que iba
perdiendo metros.
Vista hacia atrás de lo que iba descendiendo.
A por el siguiente tramo que en “teoría” no me iba a
ofrecer problemas y a por los objetivos que me había marcado en este punto del
descenso.
Y como digo, descendiendo y siempre viendo e
impresionado por las canales pindias, pindias y con una pinta de que si uno
resbalaba por alguna de ellas, tenía una caída asegurada de algunos centenares
de metros sin freno alguno.
Iba descendiendo con mucha seguridad, aunque en
algún punto me compliqué un poco la vida, como en éste que se ve una vez
superado.
Descendía prácticamente por la cresta, pero muchas
veces evitando el ir caminando sobre ella, no fuera que me distrajera o pegara
un resbalón y desapareciera de ella en un segundo (no hay nada como ver el claro
peligro en las rutas para poner remedio al mismo).
En esta foto que sigue si me llego a colocar justo
encima de ella y pego un resbalón de medio metro me hubiera ido para abajo
seguro (se ve el verde del cresterio y el vacío inmediatamente después).
Aunque siempre suelo bajar bastante seguro y a ritmo
de “tortuga con muletas” (todo lo contrario que en las subidas), a veces no pude
evitar el complicarme la vida como en este tramo que se ve en la siguiente
foto, pero con paciencia y sin prisas solventé el problemilla en el descenso.
Aproveché para sacar una imagen de la pendiente por
la que iba bajando y al fondo el Toneo (2.094 m).
Un par de imágenes en el descenso.
Llegué a un punto donde iba abandonar el cresterío
ya que de seguir por el mismo, me iba a ir desviando poco a poco de la
trayectoria del Fielato, así que pillé este sendero que me iba a llevar por
terreno bastante cómodo hasta las pradería que había visto en muchos momentos
del descenso.
Vista atrás del descenso con el verde de las
canales.
Poco a poco iba descendiendo con la sensación de ir
caminando sobre una alfombra.
Iba en busca de un paso que había visto desde arriba
y con la intención de descender directamente hacia el coche por una pequeña
canal, pero sobre la marcha se me ocurrió pegar un pequeño rodeo, no fuera que
con el ganado que estaba viendo abajo pastar, estuvieran algunos mastines esperándome,
ya que había oído algún ladrido que otro media hora antes, así que seguí
bajando con la intención de llegar al coche por un claro entre el piornal
(flecha roja).
Iba descendiendo y cuando llegué a la altura del
claro, resulta que un mastín estaba merodeando por allí.
Parecía que me hubiera
leído el pensamiento y me estuviera esperando, así que para intentar ganarme su
confianza le empecé a llamar su atención sobre mí (generalmente me ha
funcionado el truco éste…) mediante un saludo.
El mastín alzó la vista ante mi saludo lejano y no
tengo ni idea de lo que pensaría en ese momento sobre el menda que le estaba
hablando, pero el perro pasó olímpicamente de mí, alejándose por un sendero
monte arriba y perdiéndole de vista enseguida.
Del claro en el piornal al que había llegado, salía
un sendero por donde había bajado el ganado anteriormente y el cual me dejó a
escasos metros del coche.
En resumen, guapa ruta a la que le tenía muchas
ganas, siendo lo más complicado para mí de la ruta, el primer tercio de subida,
sobre todo por las hierbas resbaladizas que me encontré durante dicho tramo.
El resto es tomárselo con paciencia y subir poco a
poco sin agobiarse con la subida que todavía queda hasta el Collado Valverde.
En cuanto al descenso no me ofreció apenas
problemas, sobre todo después de tener calculado desde casa que iba a tener que
descender ladera abajo sin ningún tipo de sendero.