jueves, 31 de julio de 2014

RUTA PICO SAGRADO CORAZÓN DESDE COLIO (CANTABRIA).


Día: 30-07-2014.

Desnivel aproximado: 1.650 m.

Lugar de salida y llegada: Colio (Cantabria).

Tiempo: 07h 15.

Comentario:
Desde el 17 de Mayo que no realizaba ruta montañera alguna, así que había ya bastante mono de caminar por terreno de cabras y como había que poner solución a dicha adicción, se me ocurrió acercarme a una zona que me encanta y en la que en teoría el buen tiempo suele estar garantizado, así que para La Liébana me dirigí en este día con la intención de realizar alguna ruta por la zona y contemplando la posibilidad de quedarme algún día más por esas tierras, posibilidad que al final no se llevó a cabo.

Pensando en rutas por la zona y desterrada la idea de acercarme hasta Fuente De, se me vino a la cabeza el ir a conocer la Canal De San Carlos y de paso tendría la posibilidad de coronar la ruta con la subida a uno de los dos picos de la zona, El Samelar (2.227 m) o el Sagrado Corazón o llamado también San Carlos (2.212 m), pico este último en el cual cada 5 años (los terminados en 0 y en 5), el primer Domingo de Agosto ascienden partiendo desde Bejes la gente de los pueblos de los alrededores para celebrar en su cumbre (presidida por una imagen del Sagrado Corazón de Jesús) la tradicional misa.

Mapa con el itinerario de la ruta.


Así que en el día de la excursión, en torno a las 10h20 ya estaba aparcando el coche en la curva anterior a la entrada al pueblo de Colio, pueblo que no conocía y que al final de la ruta me acercaría a dar una vuelta por el mismo.

Para llegar al pueblo, tomé el desvío en Unquera hacia Potes y unos 3 Km antes del pueblo capital de la Liébana, en otro pueblo llamado Tama pillé la carretera que en pocos km me llevaría a este pueblo de Colio, punto de partida de la ruta de hoy.

La ruta me asustaba un poco que digamos por el desnivel a salvar (partía de una altitud de 570 m de Colio para llegar hasta los 2.214 m del Sagrado Corazón) y porque tampoco es que esté muy acostumbrado a meterme rutas de montaña durillas en este año, pero como me suelo decir siempre que inicio una ruta que considero durilla, a ir “poco a poco” para ir descontando metros a la excursión de la jornada y si me veía con problemas pues a dar la vuelta y a volver otro día.

Pues a las 10h 30 empecé a caminar desde la curva anterior al pueblo en un día totalmente soleado y con bastante calor, calor que fui notando en bastante momentos de la jornada y que me ofreció algunas dudas sobre si los 3 lítros de bebida isotónica que llevaba me serían suficientes para acabar la jornada sin agobios de ninguna clase.

Inicio de la ruta, en el que el itinerario me llevó por un tramo asfaltado hasta un pequeño grupo de unas casas rurales en una zona conocida como “La Parte”.


El tramo asfaltado ya tomaba fuerte sentido ascendente para llegar a estas casas, observando a la izd una de ellas, conocida como “El Pajar de Tiburcio”, enclavada ésta en un entorno donde se respiraba aires de absoluta tranquilidad.


El tramo asfaltado acababa en estas casas y dicho tramo pasaba a ser tramo hormigonado que poco a poco me fue llevando a ganar metros con muchísima rapidez dado el tremendo desnivel que tenía el “tramo de los…”.

Por tramo más o menos protegido del sol fui ganando metros y caminando a un ritmo tranquilo y continuo como en mí suele ser habitual, iba camino de los Puertos de Ullances.

Al cabo de 45 minutos, este tramo hormigonado me iba a sacar al cruce con una pista proveniente de alguno de los pueblos de la zona, saliendo a los pocos metros a una zona abierta con vistas ya al collado objetivo de la jornada, el Collado San Carlos.


En estos momentos estaba por la zona de los puertos antes mencionada y en la que había un cercado junto a una cabaña de piedra a la que me aproximé, sacando entonces otra nueva imagen del collado que a lo lejos parecía retarme a llegar a él.


Por fin se había acabado la tremenda subida y vendría ahora un corto tramo que en ligero ascenso me iría a llevar a descontar metros a la ruta de la jornada.

Aunque el punto al que quería llegar estaba claro, no estaba tan claro el itinerario por el que la pista me iba a llevar a salvar alguno de los obstáculos de la jornadas para alcanzar la base de la Canal de S. Carlos, así que con este interrogante en mi cabeza seguí caminando y disfrutando de la espectaculares vistas que me iba ofreciendo la ruta mientras caminaba.


Tras descontar algún kilómetro en la pista, llegaba ya al primer obstáculo previo en el relieve antes del comienzo de la canal.


La ruta durante un par de centenares de metros me iba a llevar a poder descansar algo las piernas por algún centenar de metros, cosa que se agradecía, pero este descanso rápidamente finalizó porque la pista enseguida comenzó a ascender fortísimamente con alguna curva de herradura, significativa del tremendo desnivel que me estaba haciendo ganar rápidamente.


Durante el trayecto por este tramo en fuerte ascensión hubo un par de hechos que fueran marcando mis andares por la pista.
Lo primero era el calor que iba sintiendo a lo largo de mi marcha y lo segundo fueron las extraordinarias vistas que me iba proporcionando la ruta, como ésta de la zona de Fuentes Carrionas entre el arbolado con el Pico Curavacas (2.520 m) asomando por dicha zona.




Por fin llegaba al final de esta tremenda subida, marcada por un par de pivotes metálicos y desde donde el verdadero inicio de la canal ya parecía más cercano.


En estos momentos llevaba 1h45 desde mi marcha del coche y ¡Diosss, todavía me quedaba la subida dura de la canal y la subida al pico del día!.

Tras una breve parada a pegar algún sorbo, reanudé la marcha por un tramo muy liviano que las piernas iban agradecer y con guapas vistas de la zona.


Un par de fotos de este tramo más liviano a medida que me iba acercando a la rampa inicial del tramo que me iba a llevar a los Puertos de Potes.




Por este tramo más o menos llano había visto a lo lejos un grupo de cuatro personas que me precedían y las cuales iban parando cada poco a esperar a alguno de sus miembros, así que me dije ¡A por ellos!.

Vista de la rampa inicial entre el verdor que caracterizaba a esta zona.


Tras pillar al grupo al final de esta rampa, la pista en este tramo previo a los Puertos de Potes hacía varias curvas de herradura en las que se ganaban metros rápidamente.

Vista hacia atrás de este tramo recorrido.


Tras esta subida llegué a esta zona de praderías de los Puertos de Potes, zona situada por debajo de los picos El Samelar (2.227 m) a la izd y el Alto de las Verdianas en el centro (2.024 m).


Tras llegar al collado inicial de estos puertos de Potes, ya me iba a tocar afrontar de verdad la propia subida por toda esta canal de San Carlos.

Vista de este primer tramo de la canal.




El itinerario perféctamente marcado en su totalidad me iba a sortear los diversos obstáculos en forma de piedras y rocas en estos inicios, itinerario que no ofrecía más dificultades que las propias de ir ganando metros.

Me estaba tomando la subida con mucha paciencia, sin agobiarme por el terreno que me quedaba todavía por recorrer de la canal, así que poco a poco lo único que me quedaba era fijarme en donde pisaba y ganar metros a la canal.

Imágenes de la subida.




Iba transitando por un sendero que en ocasiones tenía más bien trazas de pista empedrada y poco a poco acercándome al tramo que suponía sería el más duro de toda la subida por esta canal, el tramo final que parecía más bien un mar de pequeñas y medianas piedras.

Vista del tramo final de la canal.




Me costó bastante superar este tramo en cuanto al cansancio ya que me iba notando algo falto de fuerzas, así que decidí parar a tomar un gel energético y a beber algo bebida isotónica.
Después de esta parada si que noté un suministro de energia extra que me hizo afrontar esta última parte de la canal mucho mejor de lo que había estando sintiendo hasta ese momento.

Tras 3h45 llegué al collado de San Carlos (2.052 m) ya con vistas a todo este tramo que había tenido que superar para llegar a este punto.


Nada más llegar al collado, lo primero que hice fue dirigir mi mirada al pico que ahora iba a subir, el Sagrado Corazón (2.214 m).


Pero antes de empezar con la corta ascensión a este pico, encontré a una chica que había bajado del pico en cuestión y que me inmortalizó en esta foto con la canal a mi espalda.


Guapa vista desde este collado de la zona comprendida entre los picos Sagrado Corazón (2.214 m), La Junciana (2.267 m) y La Rasa de la Inagotable (2.284 m).


Tras unos veinte minutos de suave ascensión desde el collado y pasadas 4h05 desde mi marcha del coche, llegué al pico que se iba a convertir en el objetivo del día, el S. Corazón (2.214 m), pico en el que como he dicho al inicio de este reportaje se celebra en el mismo y cada cinco años una romería y una misa a los pies de la imagen de la foto.


Inmortalizándome con la imagen.


En el pico estuve lo justo para sacarme alguna foto ya que detrás de mí venían un grupo de ingleses que a los cinco minutos llegaron a la cumbre, así que una voz interior me dijo que ya era hora de marchar, tomando entonces el descenso hasta el collado de la canal.

El descenso de la canal me lo tomé con mucha paciencia.
No me gustan los descensos por terrenos plagados de piedras y grijo ya que no se me suelen dar muy bien, pero estaba claro que era cuestión de bajar sin mirar cada poco para adelante para ver el tramo que me quedaba para finalizar el descenso con el objetivo de que dicho descenso se me hiciera más liviano y corto, pero de todas formas algún que otro resbalón pegué como en mí suele ser habitual cuando me muevo por este tipo de terrenos.

Llegué cuando llevaba 05h40 de ruta a los Puertos de Potes, dando entonces por finalizada la parte más difícil del descenso.

Aunque todavía me debían quedar algo menos de dos horas hasta llegar el coche, el resto de la ruta que me quedaba ya era por terreno mucho más fácil de caminar que la bajada de la canal, así que renunciando incluso a parar a comer, puse destino al coche y llegando al mismo después de 7h15 de ruta.

La ruta muy guapa, aunque durilla, sobre todo si no se está acostumbrado o hace tiempo que uno no salía de monte como fue en mi caso.

No comí nada durante la ruta, a excepción del gel energético y bebí un par de litros de bebida isotónica (pensé que me iba a quedar sin líquido pero éstó de beber a pequeños sorbos de vez en cuando está visto que uno economiza líquido y al final me sobró algo menos de 1 litros, litro que cuando llegué al coche terminé de disfrutarlo).

Después de dejar todos los bártulos en el coche y de estirar un poco me dispuse a conocer el pueblo que había sido el punto de partida de la ruta de este día, Colio.

Este pueblo está situado a unos 571 m de altitud y tenía en el 2008 unos 63 habitantes y seguramente por lo que más se conoce a este pueblo es que durante la Guerra de la Independencia española se creó una escuela de oficiales de la que salieron multitud de mandos de la División Cántabra, conservándose todavía en el pueblo la portada de entrada a la finca que sirvió como escuela de oficiales.

Fotos de algunas casas del pueblo.












Detalle de la fuente del pueblo con el típico vaso que existía en muchas fuentes rurales.


Imagen de la antigua escuela de oficiales que todavía permanece en pie en la finca de su ubicación.


Ahora, a esperar la próxima excursión que ya tengo en mente en una zona cercana al centro de la región y de la que no he encontrado nada en Internet sobre el itinerario de dicha ruta.


martes, 29 de julio de 2014

IV EDICIÓN 10 KM CABEZON DE LA SAL.


Fecha: 26-07-2014.

Lugar: Cabezón de la Sal (Cantabria).

Distancia: 10 km (homologados).

Tiempo: 54:36

Precio: 12 Euros.

Comentario:
2ª vez que iba a participar en dicha carrera, carrera que me había gustado en mi primera participación el año anterior, así que este año no dudé en inscribirme para correr de nuevo por las calles de Cabezón de la Sal.

Cartel de la prueba y recorrido de la misma.




Antes de dirigirme a dicha población cántabra, iba a ir a pasar unas horas a la Playa de la Franca para hacer algo de tiempo ya que la carrera empezaba a las 20h, hora ideal dadas las buenas temperaturas que suelen hacer por este época en dicha población norteña.

Algunas imágenes de la playa.








Tras comer una ensalada de pasta que había llevado desde casa, en torno a las 17h30 abandoné dicho arenal para poner rumbo al pueblo donde se celebraba la carrera.

Esta vez no iba a ser como la vez del año anterior que había llegado casi tres horas antes, con el consiguiente aburrimiento por el pueblo que tampoco tiene mucho que ver.

Aparqué donde el polideportivo, preparándome en el coche y descubriendo casi al momento que se me había olvidado el cronómetro, así que estaba claro que iba a tener que correr solo a base de sensaciones (por lo menos no estaría agobiado por el tiempo…).

Como nota anecdótica antes de tomar el café con bayles habitual en todas las carreras, resulta que me dio por echarme en las piernas una “pómada mágica” que me había aconsejado el fisio del centro de salud, recibiendo dicho antiinflamatorio el nombre de “Radio Salil”.
¡Vaya olor tan fuerte que tiene dicho inflamatorio!...Nada más echarlo, lo primero que pensé fue que me iba a quedar solo en la carrera y que los demás iban a huir despavoridos de la salida, así que con este olor tan fuerte me dispuse a tomar el habitual café con bayles de antes de las carreras.

Después del café, me acerqué de nuevo al coche para terminar de prepararme y empezar a calentar.

Faltaba sobre media hora para el comienzo de la carrera cuando empecé a trotar suavemente por las cercanías de la salida.
Durante el calentamiento tuve muy buenas sensaciones ya que a nivel físico parecía que las piernas estaban bien y la columna también se comportaba de momento muy bien.

A falta de unos minutos ya me situé entre los corredores, en posiciones retrasadas como en mi suele ser habitual.

Lo malo de no llevar crono en esta carrera es que en realidad el tiempo real que pudiera hacer en la misma no lo iba a saber con exactitud, así que para compensar un poco ésto que digo, lo que hice fue contar a modo de segundos desde que salieron los primeros al momento en que yo cruzara por la línea de salida.

Los primeros metros tras la salida sin ningún tipo de problema y encontrándome bastante bien, dentro de lo que mi nivel atlético da de si ahora mismo.

Foto al poco de empezar.


La carrera consistía en dos vueltas de 5 Km, lógicamente por un circuito que ya conocía del año anterior y circuito que el año pasado se me había hecho un poco largo (seguramente por desconocimiento más que por otra cosa).

Decir que durante toda la carrera fui acompañado de un grupo de tres, cuatro chavales, los cuales nos fuimos marcando un poco el ritmo, notando que dicho ritmo era alegre y yo iba marchando bastante cómodo.

Por otra parte y dada un poco la humedad que hacía para correr, ya en el km 2,5 había unos chavales repartiendo botellines de agua.
En dicho puesto yo pasé de pillar uno ya que de momento no me encontraba nada sediento y no me parecía que lo necesitara.

Durante la carrera había un par de pequeños tramos donde había algunas mangueras para refrescar a los corredores, cosa que se agradecía, aunque es verdad que el calor en mi caso, no lo noté en exceso.

Y así fuimos poco a poco para alcanzar el paso intermedio del km 5 y en esos momentos uno de los chavales que iba conmigo, exclamó que llevábamos un tiempo de 27 minutos.

En el paso por el punto intermedio de la carrera.


La verdad, me extraño llevar un tiempo tan elevado para como me parecía que iba corriendo, pero tampoco ésto que digo me preocupaba demasiado ya que me iba sintiendo muy bien y con la sensación de ir reteniéndome en mi ritmo ya que iba muy cómodo entre el pequeño grupo que habíamos formado estos tres corredores y yo.

Empezaba el segundo tramo de la carrera y durante esta segunda parte, el ritmo no decreció entre los que íbamos en dicho grupo.

Y así fueron pasando los kilómetros y a falta de unos 3 km incrementé el ritmo en mi caso y los demás se me pegaron para seguirme en mis zancadas.
Fuimos alcanzando a algunos corredores y yo seguía en mi empeño ya que me iba encontrando bastante bien, aunque es verdad que hubiera podido ir más rápido.

A falta de 1 km, uno de los chavales que me seguían incrementó el ritmo, quedándome yo con el otro chaval y así a la par, fuimos alcanzando los últimos centenares de metros antes de la llegada.
Entonces a falta de unos 200 metros aproximadamente, incrementé el ritmo para pegar un pequeño sprint, llegando muy satisfecho a la llegada por cómo me había sentido durante la carrera.

Enfilando ya la recta de meta.


Estaba expectante por el tiempo que había realizado, ¡tanto!, que incluso me acerqué a uno de los jueces de la federación de atletismo cántabra para preguntarle si iban a sacar las clasificaciones al cabo de un rato.

Ante su respuesta afirmativa a mi pregunta, decidí ir a ducharme al polideportivo para luego pillar el coche y acercarme con el mismo hasta el lugar de la llegada donde ya pude ver el tiempo que había realizado.

Un tiempo de 54:36 el que me habían asignado y mi primer pensamiento fue que en Cantabría los segundos debían de correr de una manera diferente a los de mi tierra.

Quedé en el puesto 246 de 272 que acabaron la carrera.

Foto del menda tras llegar a meta.


Bastante decepcionado por el resultado, no así por las sensaciones y por cómo me había comportado a nivel físico, así que con este sabor agridulce, me dirigí a picar algo a San Vicente de la Barquera y tras dicho picoteo por unos 15 euros, con patatas tres salsas y rabas incluidas, ya cogí el coche para llegar a casa en torno a la una de la madrugada.


Este ha sido un poco el resumen de esta carrera, primera de la nueva temporada, después de algo más de un mes de descanso después de la Media Maratón de Oviedo y en pocas palabras diría que “Carrera decepcionante por el resultado, pero no así por las sensaciones”.

viernes, 25 de julio de 2014

PASEO POR EL ENTORNO DE LAS PLAYAS DE CUEVAS DEL MAR Y DE SAN ANTONIO (LLANES).


Día: 23 y 24 de Julio de 2014.

Lugar: Playa de Cuevas del Mar y entorno.

Comentario:
Primeros días en esta primera semana de vacaciones y a la espera de que llegue la siguiente y me pueda ir algún día a realizar alguna ruta de montaña, tocaba en estos días “cumplir” con alguna visita a alguno de los arenales asturianos, así que me acerqué a conocer una playa que no conocía y que me había recomendado una persona a la que le encanta Asturias y el contraste de colores entre los azules y los verdes que presiden mi región, siendo finalmente la visita de este día a la Playa de Cuevas del Mar en el concejo de Llanes.

Dicha playa se encuentra en el extremo occidental del concejo de Llanes y la localidad de referencia para acercarse a ella es Nueva, localidad distante un par de km de esta playa.

La nota más característica de esta playa es la formación de muchas cavidades por la acción incesante de las olas que han golpeado durante miles de años su emplazamiento, haciendo de este paraje un lugar de singular e indudable belleza, por eso lo de llamarla “Cuevas del mar”.

La peligrosidad de esta playa se puede decir que es nula, las corrientes son escasas y el oleaje es medio, siendo la profundidad media en la zona de baño de 1,50 metros, teniendo una longitud de unos 125 metros y una anchura de algo menos de 50 metros.

Como tema anecdótico decir que en dicha playa se ha rodado alguna película muy conocida como ha sido el caso de la película de Garci, “You´re the One” o el caso de “El orfanato” con Belén Rueda.

La visita se puede decir que realmente me gustó ya que al no conocer ni la playa ni su entorno me sentí en todo el día como si estuviera de turismo en un lugar alejado de Asturias, por lo cual si que se puede decir que me prestó muy mucho el día que pasé.

A todo esto se añadió que por fin tenía cámara de fotos, así que por fin pude mezclar el tema de naturaleza y fotografía que tanto me apasiona.

Antes de poner algunas fotos decir que aunque no conocía dicha playa antes de esta visita, estoy seguro que esta playa abarcaba en toda su superficie un arenal, encontrándome en esta visita con toneladas de piedras apilabas y mezcladas entre la arena, por lo que supongo que en el temporal de meses atrás que asoló la costa asturiana, esta playa fue de las más perjudicadas.

Alguna noticia sobre el temporal y sus consecuencias en esta zona de la costa asturiana y en la que dice sobre esta playa que En Cuevas del Mar la playa ha quedado repleta de unas piedras que alcanzan hasta la carretera en algunos puntos”.



Foto sacada de Internet de dicha playa antes del temporal.


Fotos de la playa y de su chiringuito después de sufrir los daños por las piedras arrastradas por las aguas del Cantábrico.






No me enrollo más y empiezo con las fotos de este par de días que al fin y al cabo fue una visita en plan paseo de esta zona.

Aparqué el coche al lado mismo de la playa, en un aparcamiento que me llamó la atención por el buen número de furgonetas “estilo hippie” que había en el mismo.

Nada más pisar la playa era inevitable ya, la primera foto del día.


Como lo mío no es estar precisamente tirado en la arena, me fui a investigar por la zona ya que suponía podría tener buenas vistas de la playa, así como de toda la zona de las sierras lindantes con Llanes.

Foto panorámica (nuevo formato de esta cámara que compre, pero que está todavía en periodo de pruebas) de todo el entorno de la playa, donde se ve a la izda el aparcamiento con algunos coches y a la derecha, el sendero por el que fui dejando la playa.


Aunque la han limpiado muchísimo, existen todavía un gran número de piedras que inundan buena parte del arenal.

A los diez minutos de haber empezado a caminar, ya veía a lo lejos la playa con la Sierra Benzúa detrás.


Descendí unos metros para posteriormente encaramarme al espolón rocoso (situado en la misma linea de la costa) que había visto nada mas llegar a la playa y desde el que pensaba que iba a tener buenas vistas del “arenal” por decir algo.

Un trío de imágenes desde dicho espolón.






Las vistas eran realmente guapas y pensaba que quizás el emplazamiento de este lugar era el más idóneo para disfrutar tanto de la costa como de la montaña al mismo tiempo.
Lo bueno era que dicho emplazamiento quedaba situado fuera de todo el turisteo que azota esta zona en esta temporada estival, así que la tranquilidad fue la nota predominante en estas dos jornadas en las que me acerqué por esta zona.

En esta zona rocosa era en bastantes momentos muy engorroso el caminar, dado lo kárstico del terreno, en el que era muy fácil encajar un pie entre tanta roca.
A todo esto se sumaba que algunas rocas eran por momentos auténticas cuchillas, notando esa sensación ya con solo apoyarme con las manos en dichas rocas.

Me acerqué al extremo de la rasa costera, ¡tanto¡, que en algunos momentos con que hubiera avanzado tan solo medio metro me hubiera precipitado al agua situada algunas decenas de metros por debajo de donde yo me encontraba en esos momentos, así que aparte del disfrute de las vistas, el día soleado que hacía, la novedad por tener cámara nueva, estos momentos también tenían su tema de “soltar adrenalina”.

La costa adquiría formas diversas ya que en esta parte de la costa se notan mucho los efectos del oleaje, llamándome la atención algunos cortes que el mar ha ido produciendo en el muro costero.




Una cosa que me llamó la atención fue el color verdoso de las aguas, aguas que estaban totalmente limpias de restos de suciedad o contaminación.


Daban ganas de tirarse, pero por si acaso renuncié en este día a experimentar tal sensación.

Foto de la costa moldeada por el agua. 


Sacando esta foto pensaba que tiene que ser una pasada el poder ver el fuerte oleaje estrellarse en el muro cuando hay temporal en el mar, así que una de las cosas que me ha servido esta excursión ha sido descubrir un sitio idóneo para ver y oír el estruendo del mar al chocar con la costa en días de galerna en el Cantábrico.

Salí de esta zona kárstica y a través de marcados senderos me fui aproximando hasta una especie de ermita que había visto hacía ya un buen rato y que me había llamado la atención por el lugar donde estaba situada.

Pero antes de llegar tocaba mirar para atrás para observar “la planicie” por donde había estado la última hora.


Llegué entonces a la ermita con los árboles que presiden la entrada.


Dicha ermita se la conoce como la Ermita de San Antonio y en la misma están enterrados varios familiares del Conde de la Vega del Sella, que no tenía ni idea de quién era, pero indagando por Internet era un navarro llamado Ricardo Duque de Estrada que nació en Pamplona en 1870 y murió en Nueva de Llanes en 1941, siendo este personaje uno de los principales prehistoriadores de comienzos del siglo XX, no sólo de España, sino también de Europa.

La familia Duque de Estrada, a la que pertenecía el Conde, tenían sus propiedades en el concejo de Llanes, abandonadas en manos de administradores, hasta que el Conde vino a estudiar derecho a Oviedo.

Al parecer estando en Oviedo, resulta que se entusiasmó con Asturias y decidió fijar su residencia en el palacio que tenían en Nueva cuando se casó en 1897.

Fue un gran benefactor para Nueva, el concejo de Llanes y los concejos limítrofes, impulsando la construcción de carreteras (a veces de su propio bolsillo), el ferrocarril y el teléfono en la zona.
Se dedicó también a la política, siendo este hombre un hombre demócrata y bastante sencillo a pesar de su origen noble.


Sigo con el relato de la excursión, después de tanto rollo sobre el Duque…

Una cosa que me llamo de la ermita fue el buen número de cabras que estaban a la puerta a salvo del sol en este día, dejándose fotografiar una de las mismas que parecía bastante presumida por el corte de pelo.


Entrada de la Ermita de San Antonio.


Estuve dando un paseo por la zona limítrofe a la construcción religiosa y al asomarme a los altos acantilados pude descubrir la Punta de San Antonio a la que me iba a acercar al día siguiente.

Vista de los acantilados de dicha punta.


Vista del conjunto de la ermita desde otro punto de vista.


Vista en formato panorámico del entorno de la ermita con las montañas a lo lejos cuando me alejé unas decenas de metros en dirección a los acantilados.


Me apetecía sacarme una foto y viendo el resultado no me salió del todo mal (claro está que el modelo ayuda,jeje…).


Otra vista de la ermita con todo el frente del Cantábrico.


Fui tranquilamente caminando por la parte Este de la punta de San Antonio, descubriendo entonces una minúscula cala inundada por la aguas y otra zona que debía ser una cala ya que algunas personas se dirigían a la misma con la pinta de que iban a pasar unas horas.


Esta diminuta cala que descubrí recibe el nombre de Puerto Cerrau y solo es posible acceder a ella por mar, habiendo tan solo una pequeña playa cuando la marea está baja, estando situada al lado mismo de la segunda playa que descubrí en este día, la Playa de San Antonio.

Vista de esta pequeña cala.


Ya sabía la playa que visitaría en mi proxima salida “playera”, así que tranquilamente fui volviendo a la primera playa del día a la que llegué para descansar y comer y beber algo.

Tras tomar algo y como soy “bicho inquieto” cuando estoy en las playas, decidí acercarme caminando un par de km al pueblo de Nueva, pueblo que me había parecido al cruzarlo en coche que tenía algunas casas bastante chulas, tomando entonces algunas fotos de dicho lugar.






Tras la visita de este primer día, el segundo día también tocaba playa, pero en este caso, la playa elegida por mí, iba ser la Playa de San Antonio.

La gente suele acceder a esta playa dejando el coche en Cuevas del Mar ya que con tan solo caminar un cuarto de hora desde esta primera playa, se llega a esta Cala de San Antonio.

Pero antes de abandonar el lugar en este segundo día, tenía que sacar otra foto de la Playa Cuevas del Mar con la marea un poco baja y dejando ver el pedrero.


Estuve un rato en la Playa de San Antonio, pero rápidamente escapé para sacar algunas fotos del entorno de la misma, aunque sabía que no me quedaba mucha batería en la cámara que digamos.

Vista de la Playa de San Antonio, playa de unos 70 metros de longitud y de aguas tranquilas, careciendo dicha playa de servicios de salvamento y chiringuito.


Me acerque también a sacar otra foto de la pequeña cala que había visto el día anterior, Puerto Cerrau, pero con todos los acantilados que circundan dicha cala por su lado Oeste (en este día ya pude ver algo su pequeño arenal ya que el agua todavía no inundaba dicha cala).


Volví a la playa de este segundo día para comer y beber algo y al poco tiempo ya estaba dando más vueltas por la zona, pero esta vez sin cámara ya que casi no me quedaba batería.

La verdad fue una pena no poder llevar la cámara ya que descubrí en este segundo día buenísimas vistas con formas extrañas de los acantilados que no me había fijado el día anterior, así que visto lo que vi, tendré que volver por la zona a poder fotografiar dichas caídas de la tierra al mar.


Pues este ha sido el resumen de este par de días por la zona, zona nueva que desconocía y que más que descubrir, se puede decir que me descubrieron.