Fecha: 31-05-2014.
Lugar: Cangas de Onís.
Distancia: Media
maratón (21,097 Km). Homologada.
Tiempo: 2h10:52 (Oficial de 2h11:28).
Precio: 15 Euros.
Comentario:
Llegaba de nuevo este
año la que se considera mejor media maratón de Asturias por muchos corredores
por diversos motivos (organización, ambiente, recorrido,…), “la Media de la
Reconquista”, así que después de haberla tenido que ver por obligación el año
pasado desde la barrera, este año finalmente iba a poder participar en ella.
Carteles de la carrera.
La salida era a las
18h30 horas del Sábado 31 de Mayo, así que a las 15h15 y tras recoger a Lidia
(compañera mía del curro), pusimos rumbo a Cangas donde aparqué el coche en el
parking de la estación de autobuses.
Plano de Cangas de Onís
Casi cuando estábamos a
punto de entrar en el pabellón para recoger el dorsal nos reunimos con Raquel y
Luis que estaban aparcando al lado mismo, así que acto seguido entramos al
pabellón para pillar los dorsales de los tres (en mi caso el 452) más el dorsal
de Mariane.
Foto del interior del
pabellón.
Tras recoger los
dorsales y pillar la camiseta conmemorativa de la carrera, que en esta ocasión
era de mejor calidad que las que habitualmente me han dado en este el último
año, vi como Raquel saludaba a un corredor que resultó ser un antiguo compañero
mío de Murias, Bienvenido.
Camiseta de la prueba.
Hacía más de siete años
que no veía a Bienvenido por lo que me alegré enormemente de que coincidiéramos
en este día, invitándole entonces a que siguiera con nosotros ya que la idea
que teníamos era de irnos todos a tomar el habitual café, así que pusimos rumbo
a la plaza del ayuntamiento, lugar donde estaría montado toda la zona adyacente
a la llegada de la carrera.
Vista de dicha plaza.
El lugar escogido en
esta plaza fue el Restaurante Los Arcos, donde estuvimos un buen rato charlando
y tomando los cafés.
Foto con Bienvenido en
dicho lugar.
Dejamos Bienvenido y el
menda a los demás sentados en el restaurante y mientras tanto nos acercamos los
dos hasta los coches para prepararnos y en mi caso pillar la bolsa de deporte
para dejarla en el guardarropa para una vez acabada la carrera poder
recuperarla para irme a duchar.
Tras dejar la bolsa en
el guardarropa me dispuse a calentar por la zona de la salida.
En cuanto al
calentamiento decir que no me encontré tan fluido como otras veces a pesar que
en esta carrera había empezado con tiempo de sobra dicho calentamiento, pero la
verdad no le di mucha importancia al tema de no sentirme como otras veces en
los preparativos de la carrera.
Fui a pillar lugar en
la parrilla de salida y a los pocos minutos ya dieron el permiso para empezar a
correr, tardando unos 36 segundos en cruzar la pancarta que marcaba el principio
de los 21.097m.
Perfil del recorrido.
Fui avanzando en esos
primeros metros mezclado entre los 915 corredores que según algún medio de
comunicación estábamos inscritos en esta carrera.
Tras unos 200 m
avanzando hacia el puente sobre el Sella, la carrera nos obligaba a cruzar el
puente sobre este río y nos llevaría a todos los corredores a cruzar Cangas de
Onís para pillar la carretera que nos llevaría al paso por la zona de la
Basílica de Covadonga, punto intermedio de la carrera.
Imagen de Covadonga y
de la Basílica.
En el puente estaban
Lidia y la mujer, la cual me sacó esta foto en la cual no salgo muy bien debido
sobre todo a la velocidad por la que crucé dicho puente.
En ligero ascenso crucé
Cangas para pillar ya la carretera de Covadonga, yendo en todo este tramo
pegado a Luis y Raquel.
Foto de mi tránsito por
Cangas al poco de empezar la carrera.
Notaba que iba a un
ritmo algo superior a lo que normalmente suelo ir en los comienzos de mis
carreras pero seguí a ese ritmo ya que no me encontraba del todo incómodo con
el mismo aunque si que es verdad que notaba que iba algo más deprisa de lo
deseado para mí en los comienzos de la carrera.
Llegó entonces el paso
por el Km 1, marcando entonces el crono un tiempo de 05:17 así que al final
esas primeras sensaciones fueron confirmadas por el crono en dicho punto
kilométrico.
Imagen del menda poco
después de la zona de bomberos de Cangas (Km 2 aprox.).
Sabía que partíamos de
66 metros de altitud para tener que llegar aproximadamente a mitad de carrera a
los 257 de Covadonga, así que el desnivel que la carrera tenía que salvar era
de 191 metros.
Desnivel de la carrera
con el plano del recorrido.
Esto que digo era uno
de los asuntos que me atraía de esta carrera, el ver como me comportaría en la
subida a Covadonga viendo como era el perfil del recorrido.
Foto siguiendo a escondidas a la pareja para evitar que me despistaran.
Y a este ritmo que digo
fui avanzando alcanzando a los pocos kilométricos el cruce de Soto de Cangas y
tomando entonces ya de forma directa la carretera que me llevaría hasta el paso
intermedio de la carrera.
Poco después de este
cruce tomaría el avituallamiento líquido situado en el km 5 y como siempre el
menda cogería botellín y tras pegar un par de sorbos tiraría dicho botellín
para proseguir con su marcha.
Seguía unos metros por
detrás de Raquel y Luis ya que me había descolgado unos metros, creo más bien
porque ellos habían incrementado algo el ritmo y yo no iba tan cómodo como
había pensado que tenía que ir en un principio en esos pasos por los diferentes
puntos kilométricos.
Aunque no iba todo lo
fino que me hubiera gustado, decidí seguir corriendo al mismo ritmo y pensando
en cómo afrontaría la subida a Covadonga.
Normalmente las subidas
siempre se me han dado bien y pensaba que en este día sería cuestión de
aguantar ese kilómetro y pico de ascensión hasta la rotonda de la basílica con
el objetivo luego de dejarme caer para perder de nuevo los metros ascendidos y
continuar hasta que aguantara a buen ritmo hasta Cangas de Onís, pero la verdad
ésto que digo que tenía que suceder fue todo lo contrario de lo que luego me
pasó en la carrera del día en cuestión.
Sobre el Km 7 o Km 8 me
fui acercando a ellos ya que me sentía algo mejor con el ritmo que empezaba a
llevar, así que recuperé esos metros de desventaja que llevaba con la pareja y
al llegar a su altura y casi sin darme cuenta y sin aminorar mi marcha seguí
corriendo, sacándoles entonces alguna decena de metros.
Un par de fotos camino
de la zona de El Repelao, punto de inicio para la parte mas dura de la subida a
la zona de la basílica.
Llegaría entonces la
zona de El Repelao (km 9 aprox), zona en la que empezaba la verdadera subida
hasta la zona de la basílica.
Empezaría a subir hasta
la basílica a un ritmo bastante inferior a como había ido hasta ese momento, pudiéndose decir que las
fuerzas me estaban abandonando rápidamente y lo peor de todo es que era en el
tramo que en teoría mejor se me hubiera tenido que dar por tratarse de una
corta y pronunciada subida hasta la parte superior de Covadonga.
Afronté las diferentes
curvas previas al desvío a Los Lagos notando este abandono de fuerzas a nivel
de piernas a medida que iba subiendo.
Antes de iniciarse la
subida a Los Lagos estaba situado el panel del km 10, llevando en este paso un
tiempo ligeramente superior a los 56 minutos.
A la altura del desvío
mencionado me alcanzaron Raquel y Luis, comentándole a Luis cuando me adelantó
que ya iba cascado y a Raquel que tirara para adelante, así que fui viendo como
poco a poco se me irían despegando ante mi imposibilidad para seguirles.
Esos últimos 300 m me
costaron dios y ayuda, sobre todo a nivel físico.
Iba pensando que tal
como me iba sintiendo en esa parte de la carrera, la segunda mitad de la
carrera lo iba a pasar mal ya que incluso en la bajada y en el terreno llano
descendente iba a tener que seguir dándole a las zapatillas de running ya que
esto del running no era como el ciclismo, que en este último deporte cuando hay
bajada uno puede dejar de dar pedales para descender y así poder recuperar
rápidamente.
Al paso por el punto
cronometrado Covadonga marcaría un tiempo de 1h03:46, unos 16 segundos por
detrás de la pareja que perseguía y que me iba sirviendo de referencia.
Por fin estaba en la
mitad de la carrera, así que inicié esta segunda parte con la esperanza de
poder recuperar algo de fuerzas en fuerte bajada hasta El Repelao, aunque si
que es verdad que era muy consciente que lo tenía muy complicado ya que en esto
del correr cuando las fuerzas le abandonan a uno, es bastante complicado que
le vengan como si fueran fruto de la obra del espiritu santo.
Empecé a descender
dejándome caer con más celeridad producto todo del tramo en bajada por el que
estaba, no por que me fuera sintiendo mucho mejor, a pesar que en esos primeros
metros de bajada iba a coger el primer gel.
Descendiendo de Covadonga.
Descendiendo de Covadonga.
Llegue entonces de
nuevo a esta zona de El Repelao (Km 13 aprox), lugar donde empezaba el falso
llano descendente hasta Cangas de Onís.
Me quedaban todavía 8
km y dado el cansancio que ya tenía a nivel muscular y en menor medida a nivel
respiratorio, decidí tomarme el resto de la carrera con tranquilidad y no
agobiarme con la distancia que debía todavía recorrer para llegar a la meta
situada a la altura de la plaza del Ayuntamiento de Cangas.
Notaba que a cada
minuto que pasaba mi forma de correr se aproximaba más al paso de una “tortuga
amputada” que al de un ser humano, pero bueno a veces las carreras no salen
como uno quiere y está claro que en el día de hoy me había equivocado yo creo
con el tema de la alimentación o más bien algo de lo que había comido me había
sentado mal.
Cuando uno va jodido,
aparte de tener ganas de acabar pronto, la cabeza también se toma el tiempo
para “reflexionar” y analizar las posibles causas para que el cuerpo haya
llegado a ese estado “anormal” en este día y la verdad yo iba a tener mucho
tiempo para analizar durante el transcurso de la carrera esas posibles causas
que digo.
Así que iba buscando, mucho mas despacio de lo deseado, los siguientes km camino de la meta y el
menda tenía claro que se había equivocado al comer mucho el día anterior y el
día de la carrera (pizza, macarrones unidas estas dos cosas a algún cachopo que
me cené el viernes), así que esto que digo era el motivo por el cual el
estómago en el coche se me había estado quejando en mi ida hacia Cangas de
Onís.
A esto que digo no le
dí importancia ya que estando tomando el café en Cangas, no sé si por estar
charlando con los demás y estar entretenido, dichas molestias no las noté.
Lo que si noté, como
dije al principio, fue que en el trote en el calentamiento no me sentí como
otras veces.
Pese a estar absorto y entretenido
en mis pensamientos sobre la carrera unas veces y otras, en mis sensaciones de
fatiga, la carrera iba avanzando y los corredores que venían por detrás de mí
me iban adelantando con una facilidad pasmosa y mira que tampoco llevaban un
ritmo endiablado que digamos ya que todos estábamos ocupando los puestos
traseros del pelotón de corredores que este día estaba disputando la media.
Más o menos la imagen
del resto de la carrera hasta Cangas fue que mientras corría y al adelantarme
cualquier corredor, en cuestión de unos cinco metros, el corredor en cuestión
yo creo que me debía sacar diez metros (¡Qué manera de alejarse de mí en un
momento tenían los demás, ni que fuera oliendo...).
Y en este plan fueron
pasando lentamente los paneles indicativos de los puntos kilométricos.
Cada vez que veía un
panel de éstos, que en esta carrera si que creo que los vi todos, estaba por
pedir a algún espectador alguna botella de sidra achampanada para celebrar el
tránsito por el panel correspondiente.
En cuanto a Raquel y
Luis ya les había perdido la pista ya que “poco a poco” se habían ido
distanciado progresivamente (30, 50, 100, 200, 300 m, …).
Sobre el tiempo
objetivo que tenía en mente para esta media decir que en este punto de la
carrera por el que voy ahora relatando ( km 15, 16, 17, …) ya había sufrido el
objetivo inicial varias variaciones en mi cabeza.
Si primero el objetivo
era bajar de las 2 horas ya que tenía claro que mejorar mi marca me sería
imposible por el perfil de la carrera, inicialmente y hasta el km 5 ó 6 se me
había pasado por la cabeza que podría estar por la 1h 56 – 1h 58, pero
rápidamente me volví lúcido en mis pensamientos en el paso intermedio y me
conformaba de sobra con rebajar el tiempo de las 2h.
Luego, km después y ya
en el terreno llano y sentido descendente y viendo “lo bien” que me iba
encontrando en la carrera, le sumé 5 minutinos al tiempo inicial, pensando yo
que por cinco minutos más tampoco pasaba nada que quién habla de 2h lo mismo le
da de hablar de 2h 05.
Sobre el km 15 ó 16
decidí tomar el segundo gel y el resultado en mi cuerpo en los siguientes km
fue como si no hubiera tomado nada, llegando unos km después de la glorieta de
Soto de Cangas ( km 18 aprox.) más cansado si cabe.
Ya me quedaban tres
kilómetros y me iba imaginando el ritmo que podía llevar.
Viendo el crono y por
la sensaciones, esos cinco minutinos que había añadido al tiempo inicial se me
habían quedado cortos, así que lo que hice fue añadir otros cinco minutinos
más, modificando entonces en mi cabeza el crono objetivo de 2h 05 a 2h 10.
¡Tampoco está tan mal
llegar en 2h 10, un tiempo redondo!, así que seguí “corriendo” por decirlo
así camino de Cangas y notando como las
piernas estaban cansadas ¡no!, muy cansadas ¡tampoco!, sino lo siguiente….
Apenas ya me adelantaba
gente ya que me imaginaba que debía ser de los 20 ó 30 últimos y los corredores
que iban por delante de mí iban corriendo de uno en uno bastante distanciados
entre sí.
Por un momento y viendo
en el estado en el que iba estuve pensando en esperar a Mariane que por el
tiempo que veía yo en mi crono no debía estar ella muy lejos por detrás, pero
el tiempo final objetivo que me propuse pesó más que el esperarla.
Y así con algún km más
llegué al puesto de bomberos de Cangas, en el cual estaban los miembros de
dicho cuerpo de bomberos animándonos a todos los corredores.
Había visto y oído como
habían animado al corredor que me precedía y segundos después se produjo un
silencio, pensando yo, ¡Voy armar un poco cachondeo entre ellos…!
A medida que yo me iba
aproximando a ellos, un murmullo entre ellos aparecía en el ambiente en dicho
lugar, para convertirse dicho murmullo en gritos de ánimo y digo gritos “de
verdad”, ante lo que mi respuesta hacia ellos fue preguntar que si me precedía
alguien y si iba el primero.
Ellos me dieron la
respuesta negativa, ¡No va nadie por delante, sigue, sigue, sigue…!, ante lo
que yo ante dicha respuesta tuve la “brillante idea” de acelerar unos tres o
cuatro metros (¡Cómo siempre haciendo el payaso aún estando cansado,
significando ésto que la cabeza no estaba para nada tan fatigada como el
cuerpo…!).
Ay Dios…¿Para que
aceleraría yo en ese tramo?...
La respuesta de los
gemelos ante esa incrementación en la velocidad en mi carrera fue que a falta
de uno, los dos rápidamente me hicieron un fuerte amago con subirse, por lo que
rápidamente tuve que frenar “casi en seco” y seguir corriendo ya, no a paso de
“tortuga amputada” , ya que ahora el paso de “tortuga” se había convertido en
paso de “caracol con muletas”.
Pues enfocaba entonces
al poco tiempo la recta en sentido ligeramente ascendente de entrada de Cangas
y de repente observé como el chaval que me precedía unas decenas de metros
empezaba a caminar.
Ya se me había pasado
algún km antes por mi cabeza la idea de empezar a caminar algunos metros para
luego combinarlos con trotar, pero más bien por amor propio había renunciado a
dicha alternativa para seguir ganando metros a la carrera, pero cuando tiempo
después vi a dicho chaval y calculando que tampoco llegaría a las 2h 10, se me
debió iluminar el rostro y decidí parar.
El motivo para que
apareciera ésto que digo en mi cabeza algún km antes, fue que iba tan cansado y
con la cabeza mirando para el asfalto que me iba viendo como iba trotando sin
avanzar prácticamente, así que pensé que para ir dando saltos y apenas avanzar,
para eso mejor empezaba a caminar algo (esto que acabo de decir es parecido a
cuando en los sueños uno quiere correr y no se mueve apenas del sitio…).
Pero parar claro está
que no iba a parar detrás de él, sino
que iba a esperar para adelantarlo para inmediatamente después de dicho
adelantamiento en toda regla, parar en seco y empezar a caminar.
Y dicho y hecho, eso
fue lo que hice, pero pasó entonces una cosa….
Resulta que tras
adelantarle, pasó que casi me caigo, ya que fue parar y de repente por un par
de metros las piernas supongo que debieron notar a nivel muscular ese parón por
lo que se quedaron sin fuerzas para empezar a caminar y casi me caigo, por lo
que la imagen que supongo debía tener en esos momentos era de un neno pequeño
en sus primeros pasos…
Ahora ya estaba
caminando y el chaval en cuestión que estaba unos metros por detrás me alcanzó,
por lo que fuimos hablando entonces hasta las primeras casas de Cangas (unos
200 metros aprox.).
Al llegar a esas
primeras casas le comenté a este tío, que la verdad resultó muy majo (“las
malas experiencias” unen como nada y lo sé por experiencia propia…), que iba a
empezar a correr ya que quería entrar en la meta corriendo, así que entonces
empezamos los dos a correr.
En los últimos 300
metros fuimos corriendo en sentido descendente, adelantándose él unos metros e
invitándome a seguirle, pero le “ordené” que siguiera, así que esos últimos
metros los hice en plan de paseo ya que no tenía ninguna marca que batir.
Nada más cruzar la
pancarta de llegada me estaban esperando la mujer, Lidia, Raquel y Luis.
Debían estar “algo
asustados” por mi tardanza, jajajaja por la sensación que me transmitieron (iba
a decirles que había retrasado parando en Covadonga a comprar cosas en las
tiendas de souvenirs pero pasé de hacer tal comentario..).
Le comenté a Raquel “la
pájara” tremenda que había cogido y que las carreras no siempre salen como uno
quiere pero que no pasaba nada.
A lo largo de todos
estos años ya había sufrido 2 pájaras tremendas que me acuerde ahora, pero en
otro mundo, el mundo del ciclismo, así que ésta de este día me la había tomado
como una nueva experiencia.
Pese a llegar muy
cansado a nivel muscular y algo menos a nivel respiratorio, me gustó mucho cómo
me tomé la carrera a partir del km 11 porque renuncié agobiarme y la verdad la
cabeza en este sentido se comportó de 10.
De todas las carreras
se aprende y de esta saqué el aprendizaje de la alimentación en los días
previos y cumpliendo el dicho de ”El hombre es el único animal que tropieza dos
veces con la misma piedra…” y la verdad, yo con esta experiencia de este día ya
he tropezado dos veces con la misma piedra, siendo la primera vez en la carrera
de los 10 Km de Lugones.
Recuperé muy bien a
nivel de pulsaciones mientras hablaba con el resto, alarmándonos todos por unos
segundos ya que un tío se había tirado al suelo para recuperar y estaba muy,
pero que muy fastidiado por lo que Raquel avisó a un par de personas que
estaban de la asistencia por dicha zona de la meta.
Dejé entonces esperando
al resto a que llegara Mariane y yo me fui a por bebida isotónica,
encontrándome de nuevo con el chaval con el que había ido los últimos
centenares de metros y tras el saludo pertinente pillé el botellín y ya fui al
guardarropa a por la bolsa de deporte.
Pude observar en esos
momentos que quedaban un par de bolsas tan solo y nada más que me vio la
chavala (muy maja por cierto…) me dio la bolsa, bromeando algo con ella sobre
la hora a la que había llegado en realidad y la hora con la que la había
amenazado un par de horas antes con llegar, cerca de las nueve le había dicho.
Acto seguido me reuní
con el resto que ya estaban con Mariane, la cual había llegado con un retraso
sobre mi de algo más de 3 minutos (ya decía yo que no debía estar muy lejos en
esos km finales y por lo que resultó al final estaba en lo cierto…).
Foto que sacaron de Mariane
en el momento de cruzar la pancarta y se ve también el corredor que se tuvo que
tirar al suelo para poder recuperarse.
En cuanto a Raquel y
Luis, llegaron los dos juntos como es normal, comportándose Raquel de maravilla
para la carrera que era, sacándome en meta ella algo más de 09 minutos y medio.
Nos reunimos todos y
pusimos rumbo a la zona del polideportivo para ducharnos los que habíamos
corrido.
Sobre el tema de la
ducha, dos aspectos, uno positivo y el otro negativo.
El negativo fue que
dado que llegué en el furgón de cola, no tuve más remedio que ducharme con agua
fría, siendo el aspecto positivo que me quedó todo el vestuario para mí ya que
a esas horas no había nadie duchándose.
Acto seguido y mientras
los demás se reunían y ponían rumbo al centro de Cangas a tomar algo antes de
cenar, puse rumbo para acercar un poco el coche hasta el lugar donde íbamos a
cenar.
El lugar escogido fue
la Parrilla La Roca, situada en el mismo Cangas.
Nos cobrarón por todo
90 euros con cafés incluidos y de paso nos dieron
unos vales para un sorteo para una cena y de regalo un bolígrafo que la verdad
estaba muy chulo.
Después de un par de
horas y tras algunas “incidencias”, pusimos rumbo a casa, también con
“incidencias”, para llegar en torno a las 04h15 a casa.
Volviendo a la carrera,
me prestó participar aunque en el día de hoy no se me diera nada bien la misma y a nivel físico aunque acabé muy cansado en el tema muscular si que es verdad que durante la carrera no noté ninguna molestia por lo que debo de estar muy contento de cómo se desarrolló la misma.
Lo bueno de haberme
salido tan mal la misma y según me han dicho es que el próximo año si estoy en
mis tiempos podré decir que habré bajado el tiempo quince o veinte minutos
sobre el tiempo de este año.
En cuanto a la
organización creo que cumplió con creces las expectativas que llevaba, así que
el próximo año y si no hay ningún problema creo que mi participación estará
garantizada.
En resumen, carrera en
la que he aprendido que no me puedo atiborrar de comida el día y medio antes de
cualquier carrera, así que a partir de ahora iré más “piano, piano” en los días
previos a cualquier competición.
Hay dias y dias, se ve que te toco la cruz, eso aumenta las opciones de que en la media de Oviedo hagas una buena carrera.Al menos tuviste la voluntad de llegar a meta corriendo mas de lo que otros lo habrian hecho con esas malas sensaciones, con ese pajaron. En Oviedo la liamos ya veras.
ResponderEliminarUn abrazo y a seguir dandole que no queda nada¡¡¡.
Holaaa Rafa...Ya ves que también me ha tocado a mi tener día malo..
ResponderEliminarLo malo fue que la carrera no me salió como esperaba aunque no era una carrera para mejorar el tiempo.
Lo bueno es que después de tener un mal día, tengo más ganas que nunca de la carrera de Oviedo y he aprendido lo que no tengo que hacer en cuanto alimentación el dia y pico previo a la carrera.
Luego el controlar un poco el ritmo inicial ya que no puedo salir con el nivel que tengo actualmente tan "rápido" como en la del Sábado pasado y encima con terreno ascendente (en eso me superas con facilidad visto lo visto en los 10 de oviedo).
Toy contigo en que Oviedo la liamos aunque espero que no nos pueda la ansiedad de la carrera a los dos y empecemos más fuerte de lo que nos conviene para dicha carrera..
Un abrazo y ya queda poco para la carrera......