miércoles, 4 de junio de 2014

XXVII MEDIA MARATÓN “RUTA DE LA RECONQUISTA”.


Fecha: 31-05-2014.

Lugar: Cangas de Onís.

Distancia: Media maratón (21,097 Km). Homologada.

Tiempo: 2h10:52  (Oficial de 2h11:28).

Precio: 15 Euros.

Comentario:
Llegaba de nuevo este año la que se considera mejor media maratón de Asturias por muchos corredores por diversos motivos (organización, ambiente, recorrido,…), “la Media de la Reconquista”, así que después de haberla tenido que ver por obligación el año pasado desde la barrera, este año finalmente iba a poder participar en ella.

Carteles de la carrera.


La salida era a las 18h30 horas del Sábado 31 de Mayo, así que a las 15h15 y tras recoger a Lidia (compañera mía del curro), pusimos rumbo a Cangas donde aparqué el coche en el parking de la estación de autobuses.

Plano de Cangas de Onís


Casi cuando estábamos a punto de entrar en el pabellón para recoger el dorsal nos reunimos con Raquel y Luis que estaban aparcando al lado mismo, así que acto seguido entramos al pabellón para pillar los dorsales de los tres (en mi caso el 452) más el dorsal de Mariane.

Foto del interior del pabellón.

Tras recoger los dorsales y pillar la camiseta conmemorativa de la carrera, que en esta ocasión era de mejor calidad que las que habitualmente me han dado en este el último año, vi como Raquel saludaba a un corredor que resultó ser un antiguo compañero mío de Murias, Bienvenido.

Camiseta de la prueba.


Hacía más de siete años que no veía a Bienvenido por lo que me alegré enormemente de que coincidiéramos en este día, invitándole entonces a que siguiera con nosotros ya que la idea que teníamos era de irnos todos a tomar el habitual café, así que pusimos rumbo a la plaza del ayuntamiento, lugar donde estaría montado toda la zona adyacente a la llegada de la carrera.

Vista de dicha plaza.


El lugar escogido en esta plaza fue el Restaurante Los Arcos, donde estuvimos un buen rato charlando y tomando los cafés.

Foto con Bienvenido en dicho lugar.


Dejamos Bienvenido y el menda a los demás sentados en el restaurante y mientras tanto nos acercamos los dos hasta los coches para prepararnos y en mi caso pillar la bolsa de deporte para dejarla en el guardarropa para una vez acabada la carrera poder recuperarla para irme a duchar.

Tras dejar la bolsa en el guardarropa me dispuse a calentar por la zona de la salida.

En cuanto al calentamiento decir que no me encontré tan fluido como otras veces a pesar que en esta carrera había empezado con tiempo de sobra dicho calentamiento, pero la verdad no le di mucha importancia al tema de no sentirme como otras veces en los preparativos de la carrera.

Fui a pillar lugar en la parrilla de salida y a los pocos minutos ya dieron el permiso para empezar a correr, tardando unos 36 segundos en cruzar la pancarta que marcaba el principio de los 21.097m.

Perfil del recorrido.


Fui avanzando en esos primeros metros mezclado entre los 915 corredores que según algún medio de comunicación estábamos inscritos en esta carrera.

Tras unos 200 m avanzando hacia el puente sobre el Sella, la carrera nos obligaba a cruzar el puente sobre este río y nos llevaría a todos los corredores a cruzar Cangas de Onís para pillar la carretera que nos llevaría al paso por la zona de la Basílica de Covadonga, punto intermedio de la carrera.

Imagen de Covadonga y de la Basílica.



En el puente estaban Lidia y la mujer, la cual me sacó esta foto en la cual no salgo muy bien debido sobre todo a la velocidad por la que crucé dicho puente.


En ligero ascenso crucé Cangas para pillar ya la carretera de Covadonga, yendo en todo este tramo pegado a Luis y Raquel.

Foto de mi tránsito por Cangas al poco de empezar la carrera.



Notaba que iba a un ritmo algo superior a lo que normalmente suelo ir en los comienzos de mis carreras pero seguí a ese ritmo ya que no me encontraba del todo incómodo con el mismo aunque si que es verdad que notaba que iba algo más deprisa de lo deseado para mí en los comienzos de la carrera.

Llegó entonces el paso por el Km 1, marcando entonces el crono un tiempo de 05:17 así que al final esas primeras sensaciones fueron confirmadas por el crono en dicho punto kilométrico.

Imagen del menda poco después de la zona de bomberos de Cangas (Km 2 aprox.).


Sabía que partíamos de 66 metros de altitud para tener que llegar aproximadamente a mitad de carrera a los 257 de Covadonga, así que el desnivel que la carrera tenía que salvar era de 191 metros.

Desnivel de la carrera con el plano del recorrido.


Esto que digo era uno de los asuntos que me atraía de esta carrera, el ver como me comportaría en la subida a Covadonga viendo como era el perfil del recorrido.

Foto siguiendo a escondidas a la pareja para evitar que me despistaran.


Y a este ritmo que digo fui avanzando alcanzando a los pocos kilométricos el cruce de Soto de Cangas y tomando entonces ya de forma directa la carretera que me llevaría hasta el paso intermedio de la carrera.

Poco después de este cruce tomaría el avituallamiento líquido situado en el km 5 y como siempre el menda cogería botellín y tras pegar un par de sorbos tiraría dicho botellín para proseguir con su marcha.

Seguía unos metros por detrás de Raquel y Luis ya que me había descolgado unos metros, creo más bien porque ellos habían incrementado algo el ritmo y yo no iba tan cómodo como había pensado que tenía que ir en un principio en esos pasos por los diferentes puntos kilométricos.

Aunque no iba todo lo fino que me hubiera gustado, decidí seguir corriendo al mismo ritmo y pensando en cómo afrontaría la subida a Covadonga.

Normalmente las subidas siempre se me han dado bien y pensaba que en este día sería cuestión de aguantar ese kilómetro y pico de ascensión hasta la rotonda de la basílica con el objetivo luego de dejarme caer para perder de nuevo los metros ascendidos y continuar hasta que aguantara a buen ritmo hasta Cangas de Onís, pero la verdad ésto que digo que tenía que suceder fue todo lo contrario de lo que luego me pasó en la carrera del día en cuestión.

Sobre el Km 7 o Km 8 me fui acercando a ellos ya que me sentía algo mejor con el ritmo que empezaba a llevar, así que recuperé esos metros de desventaja que llevaba con la pareja y al llegar a su altura y casi sin darme cuenta y sin aminorar mi marcha seguí corriendo, sacándoles entonces alguna decena de metros.

Un par de fotos camino de la zona de El Repelao, punto de inicio para la parte mas dura de la subida a la zona de la basílica.



Llegaría entonces la zona de El Repelao (km 9 aprox), zona en la que empezaba la verdadera subida hasta la zona de la basílica.

Empezaría a subir hasta la basílica a un ritmo bastante inferior a como había ido hasta ese momento, pudiéndose decir que las fuerzas me estaban abandonando rápidamente y lo peor de todo es que era en el tramo que en teoría mejor se me hubiera tenido que dar por tratarse de una corta y pronunciada subida hasta la parte superior de Covadonga.

Afronté las diferentes curvas previas al desvío a Los Lagos notando este abandono de fuerzas a nivel de piernas a medida que iba subiendo.

Antes de iniciarse la subida a Los Lagos estaba situado el panel del km 10, llevando en este paso un tiempo ligeramente superior a los 56 minutos.

A la altura del desvío mencionado me alcanzaron Raquel y Luis, comentándole a Luis cuando me adelantó que ya iba cascado y a Raquel que tirara para adelante, así que fui viendo como poco a poco se me irían despegando ante mi imposibilidad para seguirles.

Esos últimos 300 m me costaron dios y ayuda, sobre todo a nivel físico.

Iba pensando que tal como me iba sintiendo en esa parte de la carrera, la segunda mitad de la carrera lo iba a pasar mal ya que incluso en la bajada y en el terreno llano descendente iba a tener que seguir dándole a las zapatillas de running ya que esto del running no era como el ciclismo, que en este último deporte cuando hay bajada uno puede dejar de dar pedales para descender y así poder recuperar rápidamente.

Al paso por el punto cronometrado Covadonga marcaría un tiempo de 1h03:46, unos 16 segundos por detrás de la pareja que perseguía y que me iba sirviendo de referencia.

Por fin estaba en la mitad de la carrera, así que inicié esta segunda parte con la esperanza de poder recuperar algo de fuerzas en fuerte bajada hasta El Repelao, aunque si que es verdad que era muy consciente que lo tenía muy complicado ya que en esto del correr cuando las fuerzas le abandonan a uno, es bastante complicado que le vengan como si fueran fruto de la obra del espiritu santo.

Empecé a descender dejándome caer con más celeridad producto todo del tramo en bajada por el que estaba, no por que me fuera sintiendo mucho mejor, a pesar que en esos primeros metros de bajada iba a coger el primer gel.

Descendiendo de Covadonga.


Llegue entonces de nuevo a esta zona de El Repelao (Km 13 aprox), lugar donde empezaba el falso llano descendente hasta Cangas de Onís.

Me quedaban todavía 8 km y dado el cansancio que ya tenía a nivel muscular y en menor medida a nivel respiratorio, decidí tomarme el resto de la carrera con tranquilidad y no agobiarme con la distancia que debía todavía recorrer para llegar a la meta situada a la altura de la plaza del Ayuntamiento de Cangas.

Notaba que a cada minuto que pasaba mi forma de correr se aproximaba más al paso de una “tortuga amputada” que al de un ser humano, pero bueno a veces las carreras no salen como uno quiere y está claro que en el día de hoy me había equivocado yo creo con el tema de la alimentación o más bien algo de lo que había comido me había sentado mal.

Cuando uno va jodido, aparte de tener ganas de acabar pronto, la cabeza también se toma el tiempo para “reflexionar” y analizar las posibles causas para que el cuerpo haya llegado a ese estado “anormal” en este día y la verdad yo iba a tener mucho tiempo para analizar durante el transcurso de la carrera esas posibles causas que digo.

Así que iba buscando, mucho mas despacio de lo deseado, los siguientes km camino de la meta y el menda tenía claro que se había equivocado al comer mucho el día anterior y el día de la carrera (pizza, macarrones unidas estas dos cosas a algún cachopo que me cené el viernes), así que esto que digo era el motivo por el cual el estómago en el coche se me había estado quejando en mi ida hacia Cangas de Onís.

A esto que digo no le dí importancia ya que estando tomando el café en Cangas, no sé si por estar charlando con los demás y estar entretenido, dichas molestias no las noté.
Lo que si noté, como dije al principio, fue que en el trote en el calentamiento no me sentí como otras veces.

Pese a estar absorto y entretenido en mis pensamientos sobre la carrera unas veces y otras, en mis sensaciones de fatiga, la carrera iba avanzando y los corredores que venían por detrás de mí me iban adelantando con una facilidad pasmosa y mira que tampoco llevaban un ritmo endiablado que digamos ya que todos estábamos ocupando los puestos traseros del pelotón de corredores que este día estaba disputando la media.

Más o menos la imagen del resto de la carrera hasta Cangas fue que mientras corría y al adelantarme cualquier corredor, en cuestión de unos cinco metros, el corredor en cuestión yo creo que me debía sacar diez metros (¡Qué manera de alejarse de mí en un momento tenían los demás, ni que fuera oliendo...).

Y en este plan fueron pasando lentamente los paneles indicativos de los puntos kilométricos.
Cada vez que veía un panel de éstos, que en esta carrera si que creo que los vi todos, estaba por pedir a algún espectador alguna botella de sidra achampanada para celebrar el tránsito por el panel correspondiente.

En cuanto a Raquel y Luis ya les había perdido la pista ya que “poco a poco” se habían ido distanciado progresivamente (30, 50, 100, 200, 300 m, …).

Sobre el tiempo objetivo que tenía en mente para esta media decir que en este punto de la carrera por el que voy ahora relatando ( km 15, 16, 17, …) ya había sufrido el objetivo inicial varias variaciones en mi cabeza.

Si primero el objetivo era bajar de las 2 horas ya que tenía claro que mejorar mi marca me sería imposible por el perfil de la carrera, inicialmente y hasta el km 5 ó 6 se me había pasado por la cabeza que podría estar por la 1h 56 – 1h 58, pero rápidamente me volví lúcido en mis pensamientos en el paso intermedio y me conformaba de sobra con rebajar el tiempo de las 2h.

Luego, km después y ya en el terreno llano y sentido descendente y viendo “lo bien” que me iba encontrando en la carrera, le sumé 5 minutinos al tiempo inicial, pensando yo que por cinco minutos más tampoco pasaba nada que quién habla de 2h lo mismo le da de hablar de 2h 05.

Sobre el km 15 ó 16 decidí tomar el segundo gel y el resultado en mi cuerpo en los siguientes km fue como si no hubiera tomado nada, llegando unos km después de la glorieta de Soto de Cangas ( km 18 aprox.) más cansado si cabe.

Ya me quedaban tres kilómetros y me iba imaginando el ritmo que podía llevar.
Viendo el crono y por la sensaciones, esos cinco minutinos que había añadido al tiempo inicial se me habían quedado cortos, así que lo que hice fue añadir otros cinco minutinos más, modificando entonces en mi cabeza el crono objetivo de 2h 05 a 2h 10.

¡Tampoco está tan mal llegar en 2h 10, un tiempo redondo!, así que seguí “corriendo” por decirlo así  camino de Cangas y notando como las piernas estaban cansadas ¡no!, muy cansadas ¡tampoco!, sino lo siguiente….

Apenas ya me adelantaba gente ya que me imaginaba que debía ser de los 20 ó 30 últimos y los corredores que iban por delante de mí iban corriendo de uno en uno bastante distanciados entre sí.

Por un momento y viendo en el estado en el que iba estuve pensando en esperar a Mariane que por el tiempo que veía yo en mi crono no debía estar ella muy lejos por detrás, pero el tiempo final objetivo que me propuse pesó más que el esperarla.

Y así con algún km más llegué al puesto de bomberos de Cangas, en el cual estaban los miembros de dicho cuerpo de bomberos animándonos a todos los corredores.
Había visto y oído como habían animado al corredor que me precedía y segundos después se produjo un silencio, pensando yo, ¡Voy armar un poco cachondeo entre ellos…!
A medida que yo me iba aproximando a ellos, un murmullo entre ellos aparecía en el ambiente en dicho lugar, para convertirse dicho murmullo en gritos de ánimo y digo gritos “de verdad”, ante lo que mi respuesta hacia ellos fue preguntar que si me precedía alguien y si iba el primero.
Ellos me dieron la respuesta negativa, ¡No va nadie por delante, sigue, sigue, sigue…!, ante lo que yo ante dicha respuesta tuve la “brillante idea” de acelerar unos tres o cuatro metros (¡Cómo siempre haciendo el payaso aún estando cansado, significando ésto que la cabeza no estaba para nada tan fatigada como el cuerpo…!).

Ay Dios…¿Para que aceleraría yo en ese tramo?...
La respuesta de los gemelos ante esa incrementación en la velocidad en mi carrera fue que a falta de uno, los dos rápidamente me hicieron un fuerte amago con subirse, por lo que rápidamente tuve que frenar “casi en seco” y seguir corriendo ya, no a paso de “tortuga amputada” , ya que ahora el paso de “tortuga” se había convertido en paso de “caracol con muletas”.

Pues enfocaba entonces al poco tiempo la recta en sentido ligeramente ascendente de entrada de Cangas y de repente observé como el chaval que me precedía unas decenas de metros empezaba a caminar.

Ya se me había pasado algún km antes por mi cabeza la idea de empezar a caminar algunos metros para luego combinarlos con trotar, pero más bien por amor propio había renunciado a dicha alternativa para seguir ganando metros a la carrera, pero cuando tiempo después vi a dicho chaval y calculando que tampoco llegaría a las 2h 10, se me debió iluminar el rostro y decidí parar.

El motivo para que apareciera ésto que digo en mi cabeza algún km antes, fue que iba tan cansado y con la cabeza mirando para el asfalto que me iba viendo como iba trotando sin avanzar prácticamente, así que pensé que para ir dando saltos y apenas avanzar, para eso mejor empezaba a caminar algo (esto que acabo de decir es parecido a cuando en los sueños uno quiere correr y no se mueve apenas del sitio…).

Pero parar claro está que no iba a parar detrás de él, sino  que iba a esperar para adelantarlo para inmediatamente después de dicho adelantamiento en toda regla, parar en seco y empezar a caminar.
Y dicho y hecho, eso fue lo que hice, pero pasó entonces una cosa….

Resulta que tras adelantarle, pasó que casi me caigo, ya que fue parar y de repente por un par de metros las piernas supongo que debieron notar a nivel muscular ese parón por lo que se quedaron sin fuerzas para empezar a caminar y casi me caigo, por lo que la imagen que supongo debía tener en esos momentos era de un neno pequeño en sus primeros pasos…

Ahora ya estaba caminando y el chaval en cuestión que estaba unos metros por detrás me alcanzó, por lo que fuimos hablando entonces hasta las primeras casas de Cangas (unos 200 metros aprox.).

Al llegar a esas primeras casas le comenté a este tío, que la verdad resultó muy majo (“las malas experiencias” unen como nada y lo sé por experiencia propia…), que iba a empezar a correr ya que quería entrar en la meta corriendo, así que entonces empezamos los dos a correr.

En los últimos 300 metros fuimos corriendo en sentido descendente, adelantándose él unos metros e invitándome a seguirle, pero le “ordené” que siguiera, así que esos últimos metros los hice en plan de paseo ya que no tenía ninguna marca que batir.

Foto entrando en la meta.


Nada más cruzar la pancarta de llegada me estaban esperando la mujer, Lidia, Raquel y Luis.

Foto con Raquel nada más llegar.


El menda recuperando.


Hablando con Raquel y Luis mientras esperábamos a Mariane.


Debían estar “algo asustados” por mi tardanza, jajajaja por la sensación que me transmitieron (iba a decirles que había retrasado parando en Covadonga a comprar cosas en las tiendas de souvenirs pero pasé de hacer tal comentario..).

Le comenté a Raquel “la pájara” tremenda que había cogido y que las carreras no siempre salen como uno quiere pero que no pasaba nada.

A lo largo de todos estos años ya había sufrido 2 pájaras tremendas que me acuerde ahora, pero en otro mundo, el mundo del ciclismo, así que ésta de este día me la había tomado como una nueva experiencia.
Pese a llegar muy cansado a nivel muscular y algo menos a nivel respiratorio, me gustó mucho cómo me tomé la carrera a partir del km 11 porque renuncié agobiarme y la verdad la cabeza en este sentido se comportó de 10.

De todas las carreras se aprende y de esta saqué el aprendizaje de la alimentación en los días previos y cumpliendo el dicho de ”El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra…” y la verdad, yo con esta experiencia de este día ya he tropezado dos veces con la misma piedra, siendo la primera vez en la carrera de los 10 Km de Lugones.

Recuperé muy bien a nivel de pulsaciones mientras hablaba con el resto, alarmándonos todos por unos segundos ya que un tío se había tirado al suelo para recuperar y estaba muy, pero que muy fastidiado por lo que Raquel avisó a un par de personas que estaban de la asistencia por dicha zona de la meta.

Dejé entonces esperando al resto a que llegara Mariane y yo me fui a por bebida isotónica, encontrándome de nuevo con el chaval con el que había ido los últimos centenares de metros y tras el saludo pertinente pillé el botellín y ya fui al guardarropa a por la bolsa de deporte.
Pude observar en esos momentos que quedaban un par de bolsas tan solo y nada más que me vio la chavala (muy maja por cierto…) me dio la bolsa, bromeando algo con ella sobre la hora a la que había llegado en realidad y la hora con la que la había amenazado un par de horas antes con llegar, cerca de las nueve le había dicho.

Acto seguido me reuní con el resto que ya estaban con Mariane, la cual había llegado con un retraso sobre mi de algo más de 3 minutos (ya decía yo que no debía estar muy lejos en esos km finales y por lo que resultó al final estaba en lo cierto…).

Foto que sacaron de Mariane en el momento de cruzar la pancarta y se ve también el corredor que se tuvo que tirar al suelo para poder recuperarse.


En cuanto a Raquel y Luis, llegaron los dos juntos como es normal, comportándose Raquel de maravilla para la carrera que era, sacándome en meta ella algo más de 09 minutos y medio.

Nos reunimos todos y pusimos rumbo a la zona del polideportivo para ducharnos los que habíamos corrido.

Sobre el tema de la ducha, dos aspectos, uno positivo y el otro negativo.
El negativo fue que dado que llegué en el furgón de cola, no tuve más remedio que ducharme con agua fría, siendo el aspecto positivo que me quedó todo el vestuario para mí ya que a esas horas no había nadie duchándose.

Acto seguido y mientras los demás se reunían y ponían rumbo al centro de Cangas a tomar algo antes de cenar, puse rumbo para acercar un poco el coche hasta el lugar donde íbamos a cenar.

El lugar escogido fue la Parrilla La Roca, situada en el mismo Cangas.

Foto de los cinco.


Tomamos una ensalada templada.


Unos chipirones a la plancha.


Una de costillas y secreto ibérico.


De postre, tomé la tarta de la casa.


Nos cobrarón por todo 90 euros con cafés incluidos y de paso nos dieron unos vales para un sorteo para una cena y de regalo un bolígrafo que la verdad estaba muy chulo.


Acto seguido fuimos hasta un Pub a tomar algo, sacando algunas fotos en dicho lugar.






Después de un par de horas y tras algunas “incidencias”, pusimos rumbo a casa, también con “incidencias”, para llegar en torno a las 04h15 a casa.

Volviendo a la carrera, me prestó participar aunque en el día de hoy no se me diera nada bien la misma y a nivel físico aunque acabé muy cansado en el tema muscular si que es verdad que durante la carrera no noté ninguna molestia por lo que debo de estar muy contento de cómo se desarrolló la misma.

Lo bueno de haberme salido tan mal la misma y según me han dicho es que el próximo año si estoy en mis tiempos podré decir que habré bajado el tiempo quince o veinte minutos sobre el tiempo de este año.

En cuanto a la organización creo que cumplió con creces las expectativas que llevaba, así que el próximo año y si no hay ningún problema creo que mi participación estará garantizada.

En resumen, carrera en la que he aprendido que no me puedo atiborrar de comida el día y medio antes de cualquier carrera, así que a partir de ahora iré más “piano, piano” en los días previos a cualquier competición.



2 comentarios:

  1. Hay dias y dias, se ve que te toco la cruz, eso aumenta las opciones de que en la media de Oviedo hagas una buena carrera.Al menos tuviste la voluntad de llegar a meta corriendo mas de lo que otros lo habrian hecho con esas malas sensaciones, con ese pajaron. En Oviedo la liamos ya veras.
    Un abrazo y a seguir dandole que no queda nada¡¡¡.

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  2. Holaaa Rafa...Ya ves que también me ha tocado a mi tener día malo..
    Lo malo fue que la carrera no me salió como esperaba aunque no era una carrera para mejorar el tiempo.
    Lo bueno es que después de tener un mal día, tengo más ganas que nunca de la carrera de Oviedo y he aprendido lo que no tengo que hacer en cuanto alimentación el dia y pico previo a la carrera.
    Luego el controlar un poco el ritmo inicial ya que no puedo salir con el nivel que tengo actualmente tan "rápido" como en la del Sábado pasado y encima con terreno ascendente (en eso me superas con facilidad visto lo visto en los 10 de oviedo).
    Toy contigo en que Oviedo la liamos aunque espero que no nos pueda la ansiedad de la carrera a los dos y empecemos más fuerte de lo que nos conviene para dicha carrera..
    Un abrazo y ya queda poco para la carrera......

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