sábado, 30 de mayo de 2015

ESCAPADA A LOGROÑO MAYO 2015... 2º Día… (Logroño – Bodegas Marqués de Riscal – La Guardia – Logroño).


2º Día… Logroño – Bodegas Marqués de Riscal – La Guardia – Logroño.


Día: 24-05-2015.

Comentario:
Dormí tan mal por la noche (en todos estos años de las peores noches de hotel que pasé…) que me levanté con un buen dolor de espalda debido al colchón, así que lo que era descansar se podía decir que no había descansado.

Tras prepararnos salimos en torno a las 09h30 para desayunar por Logroño en alguna panadería-pastelería que habíamos ojeado el día anterior y en nuestro caminar hasta la misma saqué un par de fotos de una calle que me causó buena impresión, la Avda principal de esta ciudad, la Avda J. Carlos I.




Tras desayunar, vuelta al coche y antes de marcharnos para la bodega del día, foto de la zona del parque donde estaba situado el hotel en el que nos hospedamos.


Pues tras una media hora de coche, llegamos finalmente al pueblo de Elciego, pueblo alavés donde está situada la entrada de las visitas a esta bodega.

Como teníamos tiempo de sobra nos fuimos a dar una vuelta por dicho pueblo, sacando diferentes fotos del casco histórico del mismo.

Construcción que me llamó la atención.


Aparcamos a los pies de la iglesia de la siguiente foto, la Iglesia de San Andrés.


Subimos por la escalera que se ve en la foto anterior, dando entonces con la fachada principal de la iglesia, que me pareció bastante chula y que parecía elevarse firme hacia el cielo.


Continuamos callejeando por el pueblo en este día de elecciones autonómicas y municipales hasta la plaza del Ayuntamiento, el cual estaba abierto por la razón que he dicho anteriormente.




Regresamos de nuevo a la zona de la iglesia, sacando un par de fotos de la misma antes de despedirnos.




Llegamos entonces a una especie de mirador donde vimos a lo lejos la que para mí se iba a convertir en la imagen del día, el Hotel Marqués de Riscal, diseñado por Frank Gehry y ubicado entre viñedos.


Nos dirigimos entonces a la entrada principal de las bodegas del mismo nombre para confirmar la reserva (20 euros por los dos) que habíamos efectuado desde casa, así que tras dar una vuelta por el expositor de vinos y de recuerdos esperamos afuera ya que todavía quedaba sobre media hora para que comenzara la visita.

Para pasar el rato, hice alguna foto de los aparatos que se utilizaban para la vendimia, así como de la entrada y de un visitante un tanto conocido para el menda.






A las 12h comenzó la visita con guía y el mismo nos iba a conducir hacia la vista estrella (para mí) de esta bodega de Riscal, el Hotel Marqués de Riscal, hotel de diseño y “barato, barato…”.


Trío de fotos, en mi aproximación, de dicho hotel, el cual es una pasada por fuera.






No nos dejaron entrar dentro del hotel (no fuera que se les fueran a manchar las moquetas o los azulejos, digo yo…), así que nos conformamos con verlo desde fuera y de paso, a lo lejos, pudimos apreciar la iglesia que habíamos visto desde el exterior nada más llegar a este pueblo de Elciego, la Iglesia de San Andrés junto con algunas vides a los pies mismo del hotel.


Proseguimos entonces con la visita, dando a unas bodegas en las cuales esta vez sí que nos dejaron entrar para ver las diferentes cubas donde almacenaban el vino para dejarlo fermentar mientras la guía seguía con sus explicaciones sobre el modo en el que elaboraban el vino.


Otro trío de fotos de estas cubas que he mencionado.






Pasamos también en nuestra ruta por el interior de esta bodega por zona que se veía algo más antigua que la primera estancia que habíamos visitado y en el que almacenaban el vino en los típicos barriles que uno siempre se imagina cuando le hablan de vino.




Salimos de nuevo al exterior para ir hacia otra puerta de las instalaciones donde nos internaríamos para ver más salas de esta empresa de Marqués de Riscal.

Pero antes de entrar a otro recinto, de nuevo me iba a entretener sacando un par de fotos del exterior.




De nuevo los barriles clásicos aparecían ante mí. Parecían querer decirme, ¡llévame contigo…!, ante lo que yo respondía ¿Y dónde te pongo en el coche si para llevarte casi tengo que dejar a la mujer en tierra?...


Más salas, en este caso la embotelladora.


La visita iba terminando mientras la guía nos daba las últimas explicaciones.

La verdad, la guía creo que nos explicó bastante bien todo el proceso de elaboración del vino, así que en este sentido creo se portó bastante bien, pero eché en falta visitar bodegas más auténticas de la empresa de este vino.
Tras la explicación, nos deleitaban con una degustación de vinos, la cual estaba claro que no me iba a perder, así que para allá nos fuimos todos los miembros de la excursión, los cuales debíamos ser unos 20 – 25 aproximadamente.

Sala donde nos dejaron degustar algún vino de la marca de Marqués de Riscal.


Expositores para la venta de vinos.


El menda ante tanta botella no se pudo resistir…¡Qué conste en acta que no era todo para mí…!.


Dimos entonces la visita por finalizada a esta bodega y tras pillar el coche, pusimos rumbo al pueblo alavés de Laguardia, pueblo que se halla en un altozano y rodeado por una muralla con cinco puertas de acceso al casco antiguo.

Sus calles conservan un cierto sabor medieval y la economía del pueblo está basada en la industria del vino, con elaboración propia y numerosas bodegas.
Su población es de unos 1518 habitantes y su fundación data del año 1164.

En mi andadura hasta este pueblo alavés, paré en un margen de la carretera para sacar un par de fotos de terreno destinados a los viñedos.

En la primera se puede observar un terreno antes de plantar las cepas y en la segunda ya con las cepas plantadas.




Como nota curiosa nada más llegar, observé un ascensor que desde la carretera nos iba a elevar hasta el pueblo situado en el altozano. (¡Estos vascos son la leche…!).


Subimos entonces en el ascensor dando ya con construcciones que nos inspiraban el aire medieval que me había dicho gente que ya había estado en este lugar.

Tres fotos en esos primeros momentos en el pueblo.






Más imágenes en mi andadura por el pueblo.


Zona de viñedos a los pies del pueblo y detrás la Sierra de Cantabria, sierra que separa la Rioja Alavesa del resto de Álava, así que sigo sin entender porque la llaman Sierra de Cantabria.


Nos internamos por el pueblo, dando entonces con una plaza donde había un par de mesas, la primera mesa con ciertas esculturas que asemejaban bolsos, maletas y maletines y la segunda mesa con calzado diverso como botas y zapatos.




Seguimos callejeando por el pueblo, formado por estrechas callejuelas muy limpias y con edificios a ambos lados de las mismas, muy conservados hay que decir.

Un par de fotos de estas calles.




Dimos entonces con el restaurante que había reservado desde casa y recomendado por una compañera de trabajo, el Restaurante “Posada Mayor de Migueloa”.


Entramos en el restaurante, ubicado en el Palacio de Viana, una mansión barroca del siglo XVII.

Foto del interior del comedor.


No me causó muy buena impresión el lugar ya que apenas había mesas ocupadas y para ser un domingo en un lugar tan turístico eso no podía ser buena señal, pero decidí al final quedarme, aunque sí que es verdad que faltó muy poco para que me levantará ya a esto que he dicho se unía que cuando vinieron con la carta, resulta que algunas cosa ya no lo tenían y eso que era domingo y era algo menos de las 15h. ¡Alucinante…!,¡Debo estar volviéndome algo sibarita…!.

Pues tras las explicaciones finales sobre la carta por parte del servicio, decidí pedir de primero Patatas a la riojana y de segundo plato, asado con patatas panadera y guindilla, que al final era cordero con patatas.

Fotos de los dos platos.




Tengo que reconocer que a pesar de esa primera impresión, la comida estaba bien sin más, estando las patatas templadas y el cordero con buen sabor pero hay que decir que lo he comido mucho mejor en varios lugares en estos últimos años.

Tras la comida y para bajar dicha ingesta nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo dando entonces con una torre denominada “Torre Abacial”, torre-castillo que sirvió de defensa a las murallas de la villa.

Vista de dicha torre.


En el paseo por el pueblo pude sacar alguna imagen un tanto curiosa y que estaba en el jardín de una casa.


Zona del ayuntamiento del pueblo.




La visita estaba a punto de finalizar y abandonaríamos el pueblo saliendo por la llamada “puerta de los abuelos”, situada en el exterior de la Iglesia de San Juan Bautista de estilo gótico.

Vista de dicha puerta.


Regresamos entonces con el coche a Logroño y me apetecía ver un par de puentes situados sobre el río Ebro, así que para allá nos fuimos.

Aparqué el coche en un parque y nada más salir del mismo me iba a encontrar con una escultura que me iba a llamar la atención dedicada al Camino de Santiago, “El Arco del Camino”, de finales del 2004, al lado mismo del Puente de Piedra de la ciudad, siendo el mismo uno de los cuatro puente que atraviesan el río Ebro a su paso por Logroño.


Data del año 1884 y es uno de los símbolos de la ciudad, apareciendo en su escudo y siendo el lugar de entrada del Camino de Santiago a la ciudad, hecho que pude apreciar ya que a la entrada de este puente había una capilla que ahora se ha convertido en un centro de recepción de peregrinos y en nuestro tránsito por el puente, pude ver algunos peregrinos (muy abrigados por cierto…) que estaban a la puerta de dicho centro, el cual se encontraba cerrado a las horas en las que estaban por allí.

Vista de este puente de piedra desde el segundo que visitamos, el Puente de Hierro. A la izda de la imagen está el edificio de la Casa de las Ciencias de Logroño.


Casa de las Ciencias con zoom desde el Puente de Hierro.


Río Ebro desde el primer puente del día, el Puente de Piedra.


El segundo puente del día, el de Hierro, a lo lejos, desde el Puente anterior.


El puente de Hierro es el más antiguo de los cuatro puentes de Logroño. 
Fue inaugurado en 1882 y su longitud es de 330 metros. Se le denomina también Puente de Sagasta, en honor al político riojano que promovió la construcción tras el hundimiento de un puente volante militar en septiembre de 1880 en el que fallecieron noventa soldados.

Transitando por el de Hierro.


Nos internamos unas calles por Logroño, dando entonces con la plaza de la Catedral, en la que nos sentamos en una terraza a tomar algo y con vistas a la fachada de la Catedral (al parecer tiene categoría de Concatedral) de Logroño, del siglo XV, aunque con numerosas reparaciones y ampliaciones en los siglos XVII y XVIII.


Al parecer una concatedral es un templo cristiano con rango de catedral y que comparte la sede del obispo con otro templo catedralicio.

Algún edificio de la plaza donde se ubica la Concatedral de Logroño.


Regresamos entonces al lugar donde habíamos dejado el coche y sacando otra perspectiva del Ebro desde el lado contrario al de la primera foto que había obtenido del mismo río. (Está tomada desde el lado contrario del Puente de Piedra al que tomé la primera imagen).


Nos fuimos entonces al hotel para ducharnos y descansar un poco y tras este parón en el hotel, salimos dispuestos a cenar algo en la misma calle de la noche anterior, la Calle Laurel.

Entramos en algún bar de la noche anterior y como novedad en esta noche, entramos en uno que me gustó bastante, “El Torrecilla” donde comimos varios pinchos.

Uno que llevaba jamón con otro al lado de Foie.


Y uno novedoso que me tomé, Solomillo en pan de pasas y nueces con salsa de miel y mostaza y espuma de barbacoa.


Una vista de la Calle Laurel, en la que había poco ambiente por ser Domingo.


Seguidamente ya nos dirigimos hasta el hotel para descansar algo y el menda ver el resultado de las elecciones que habían tenido en este día.

¡Ya quedaba la mitad del viaje…!.