Día: 18-06-2015.
Lugar: Concejo de Santo
Adriano.
Desnivel: 500 m aprox.
Duración total: 4 horas
(con múltiples paradas).
2ª Parte…
“Ruta las Xanas en descenso”.
Enlace de la primera
parte de la ruta:
“Subida a Pedroveya por
la Senda de
Valdolayés y pasando por Dosango”...
Pues tras llegar a la Iglesia de Pedroveya,
inicié el descenso pronunciado en este primer tramo y despidiéndome del entorno
de dicha iglesia, así como de su entrada principal.
A mi drcha, en el
sentido de la marcha, ya pude observar la zona del desfiladero por la que
tendría que ir descendiendo oyendo en todo momento el sonido de las aguas del
río de las Xanas.
Tocaba ahora meterme
para avanzar por claro itinerario y echando una última mirada a la zona que me
esperaba.
En esta primera parte
por el interior del bosque, la ruta me iba a llevar a cruzar el primero (puente
hormigonado) de los dos puentes por los que tendría que pasar.
Poco después me iba a
encontrar con un desvío señalizado y en el que me tendría que dirigir hacia la
derecha por un tramo en descenso bastante pendiente y marcado por escalones en los que
había que fijarse bastante si uno no quería tener un percance no deseado.
Tras cesar esta fuerte
pendiente, el sendero se volvía llano y me iba a obligar a pasar al lado de un
molino en ruinas que tengo que reconocer que ni me acordaba de su existencia.
Seguí avanzando y poco
después de la zona de este molino, tocaba ya pasar por el segundo puente (de
madera), algo más auténtico que el primero para mi gusto.
Seguía por el interior
del bosque, alguna decena de metros por encima del río y en un sendero que se
dejaba caminar bastante bien.
Por un momento me dio
por salirme del sendero en cuestión para intentar fotografiar algo más de cerca
el río protagonista del desfiladero, descendiendo entonces hasta el mismo nivel
del río donde pude sacar alguna foto de alguna cascada como esta, así como del
curso del río que seguía su itinerario con algunas caídas fuertes en esta zona
del desfiladero y a la vez perdiendo altura rápidamente respecto al tramo del
sendero por el que tendría que seguir transitando.
De nuevo volví al
sendero y proseguí con mi marcha metido bastante de lleno en el interior del
bosque, el cual impedía los rayos del sol traspasaran el ramaje de los árboles.
Si a mi izd el río iba
encajonado pegando algunas cascadas de cierta altura, a mi derecha en el
sendero, iba acompañado de arbustos, matorrales y multitud de helechos que
parecían querer inundar el sendero de bajada hasta el coche.
Iba a llegar entonces a
la zona más espectacular de la
Ruta las Xanas, zona que no debe de tener más de 30 m de separación entre las
paredes del desfiladero. De buena razón es considerada esta ruta como la “ruta
mini del Cares”.
Un par de imágenes del
sendero transitando en esta parte espectacular de las Xanas y en el que se
puede observar como el sendero ve pegado a las paredes de un lado del desfiladero.
Como digo yo…”En esta
ruta, la palmas porque te puede caer una piedra por un lado o porque te puedes
precipitar al río por el otro”.
Una curiosidad de esta
ruta es que hay que pasar por diferentes túneles excavados en la roca, como
este primero del día por el que tuve que transitar.
Pero antes de entrar y
mirando para atrás, vista del sendero y del río unos cuantos metros más abajo.
Se puede ver que a la
mínima que uno vaya distraído, sacando fotos o con más gente, mi opinión es que
es al mínimo descuido es bastante fácil caerse.
Esta sensación anterior
que digo no la había tenido en las anteriores ocasiones. Quizás sea debido a
que en este día, me tomé dicha excursión como amplio reportaje fotográfico para
el blog y pude apreciar detalles que las anteriores veces (por ir acompañado y
hablando) no los había observado.
Iba a llegar a la
primera de la zonas donde están puestas unas cuerdas de protección, algo
deshilachadas en algunos puntos, pero que pueden ofrecer a los excursionistas
una ayuda o una sensación de seguridad en la ruta.
Cerca del lugar donde
están las anteriores cuerdas, pude apreciar el río bastante por debajo y que
seguía encajonado entre las paredes.
En esta foto que sigue
(parecida a la anterior) se puede ver dicho encajonamiento del río y un pequeño
trozo del sendero, lo que da idea que de pegarse uno un resbalón o de un
“pequeño empujón sin intención”, uno se puede precipitar sin problemas “en
caída libre” hacia el río con las consecuencias normales para este tipo de caídas.
Hacia delante el verde
seguía inundando toda la zona y este año más que nunca debido al “estupendo”
tiempo que hemos tenido en Asturias.
Salí entonces a zona
algo más abierta, pero zona que seguía inundada completamente por verde
¡Verde a mi izda
bajando el mismo a través de una ladera y verde por delante de mí con el río
por debajo entre la arboleda!.
El sendero trazaba una
curva que me iba a llevar a pasar al lado mismo de la ladera que había visto
anteriormente y en el que me iba a encontrar con un tramo bastante plagado de
helechos con una cierta altura.
Tras unas decenas de
metros caminando por el tramo anterior, el sendero se despegaba de los molestos
helechos y me iba a llevar a una zona por la que transitaría de nuevo pegado a
la roca.
Mientras tanto en la
ladera contraría iba apreciar una curiosa canal por terreno mixto de árboles y
hierba.
El río por abajo y el
sendero (ptos rojos) transitando por bastante metros por encima del nivel del
agua.
¡Otra vez que me estaba
esperando y ya van unas cuantas…!.
Crucé el último túnel
excavado, así que ya sabía que ya estaba a pocos centenares de metros de la
carretera.
Vista hacia atrás de
dicho túnel (el primero que aparece cuando se inicia la ruta como suele estar
propuesta en las guías).
Tras descender los
metros que me separaban de la carretera, ya dí con la misma y con el inicio
marcado de la ruta.
Tras tomar esta última
foto, el resto fue descender unos 200 – 300 m hasta el aparcamiento, llegando sin
novedad y tras pasar una buena tarde de montaña tras el curro.
Esto fue todo por este
día…
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