miércoles, 20 de noviembre de 2013

XXXV CROSS VILLA DE GIJÓN.



Fecha: 17-11-2013.
Lugar: Gijón.
Distancia: 12Km. (el cartel de la prueba no decía nada que estuvieran homologados).
Precio: 6 Euros.

Comentario:
Hace algo menos de 1 mes descubrí otra carrera de la que  no tenía referencia alguna, el Cross Villa de Gijón que este año llegaba a su XXXV edición, siendo la misma una de las más clásicas y longevas del calendario asturiano.

Cartel de la prueba.



Plano del recorrido.



Parecía esta carrera muy atractiva sobre el cartel ya que eran 12 Km a lo largo de la ciudad de Gijón y pensaba que sería una buena forma de probarme en una distancia superior a los 10 Km habituales que llevó este año en la mayor parte de las carreras populares en las que he participado.
Decir que no llegaba para nada bien a esta carrera después del paso de los días desde la última carrera disputada, la Milla del Conocimiento celebrada en esta misma ciudad.
Más que a nivel físico, el tema a nivel anímico durante las dos últimas semanas había estado realmente bajo, tan bajo que pensándolo bien creo que ha sido el peor momento a dicho nivel desde el 2004.
Así que pasaban los días y más que mejorar, digamos que este estado se mantenía, así que con estas trazas me dispuse a correr el domingo 17.
En la semana previa a la carrera había decidido descansar ya que había salido el miércoles y el domingo de la semana anterior. Las sensaciones habían sido buenas en mis entrenos de 13 y 12 Km respectivamente. No había tenido molestias y me había tomado con una cierta tranquilidad estas dos salidas por la senda de Fuso la Reina.
En la última salida, la del domingo, me pasó un pequeño traspiés que fue que cuando llevaba unos 9 Km tuve que parar ya que creo que me pasé con el ritmo que me había marcado en los Km iniciales, teniendo entonces que continuar andando 2 ó 3 centenares de metros, reanudando entonces la carrera y acabando muy bien en el tramo final de 2,5 Km hasta el coche.
Analizando lo que me había pasado en este entreno y al sentirme con un cierto cansancio en el mismo, decidí parar la semana previa a la carrera del Cross de Gijón y así poder llegar “pletórico de fuerzas” a la carrera objeto de este post.
Había tenido la experiencia de la Milla del Conocimiento en la que me había encontrado con un cierto cansancio en esta carrera por haber corrido los días previos y como no quería que se repitiera la misma experiencia en esta carrera, este fue el motivo por el que paré los días previos, aparte claro de que los ánimos tampoco estaban muy boyantes que digamos (sólo fui un par de días, el viernes y el sábado al gimnasio y porque me obligué…).

Y llegó este día especial, el cual se presentaba climatológicamente nublado y con posibilidad de lluvias, así que tras haber asegurado mi inscripción desde hacía más de una semana (no quería que me pasara lo mismo que en la carrera de Milla del Conocimiento que casi me quedo sin dorsal por apurar mi inscripción), a las 09h estaba presente en Las Mestas para recoger el dorsal (239).
Acto seguido, tras recoger el dorsal y pasar por el baño, fui a tomar el café habitual con bayles de todas las carreras.
Por lo menos, en cuanto a los ánimos me encontraba algo mejor y en cuanto a nivel físico y de fuerzas me sentía bien.
Tanto en el desayuno de este día como en los dos días anteriores había comido tanta pasta que yo creo que si me llega hacer mi compañerina Raquel un análisis de sangre, en vez de sacar el rojo elemento, le hubiera saltado a la cara seguramente algún hidrato de carbono de los que llevaba conmigo.
En esta ocasión Raquel no me pudo acompañar por estar lesionada. Espero que se recupere pronto y sobre todo que se recupere de forma sólida para futuras carreras (¡Ay Dios, y pensar que está en su mente la media maratón de Leon de marzo 2014,jeje…..!), así que media carrera se la dedico a ella y la otra media me la reservo.
Después del café hice un poco de tiempo viendo el montaje de la meta en la pista de atletismo y acto seguido fui al coche a comer un plátano, un gel y a prepararme para ir calentando camino al estadio del Molinón.
Instalaciones de Las Mestas.



Empecé a trotar sobre media hora antes del comienzo de la carrera dirección a la Avda del Molinón, corriendo de esta guisa el menda en este día (hoy estaba de estreno).
Una vez en dicha Avda, aproveché para calentar en el parque del Piles, en el famoso “Kilometrín” por terreno más blando que el propio asfalto.
Así que tras media hora de calentamiento, me situé entre las últimas unidades de los casi 1200 participantes.
La salida me la tomé con bastante tranquilidad. Había distancia por correr y quería ahorrar energías que pudiera necesitar para los km finales de la carrera.
Imagen de la salida.
Lo primero que me esperaba era la recta inicial, camino de la playa por la Avda del Molinón.
En esta carrera se evitaba la subida hacia la zona de La Providencia, cosa que era de agradecer, así que una vez en la rotonda del puente del Piles, el pelotón con todas sus unidades siguió recto hacia la zona del Ayuntamiento por la Avda Rufo García Rendueles.
Tras ir adelantando poco a poco a algunos corredores, enseguida apareció ante mí la pancarta colgada en una farola del primer km. Miré el crono y ante mi asombro vi que el tiempo no superaba por algún segundo los 5 minutos.
Esto me animó, aunque suponía que no podía ser que en el primer km llevara ya 5 minutos, así que o la farola estaba mal situada (cosa que no creo) o era la pancarta la que estaba en un lugar inexacto en estos primeros mil metros.
Pero con esta pequeña ilusión de ir en mis comienzos en esta carrera a paso de 5 minutos el Km, seguí avanzando y sorteando sin prisas las unidades que me precedían.
La ilusión se me fue en parte cuando vi la pancarta del 2º km ya que al mirar el crono tenía unos 10 minutos 50 segundos en mi haber.
Dicho tiempo era un tiempo mucho más real para mi ritmo habitual, incluso más rápido de lo que yo hubiera pensando desde un primer momento.
Como siempre en mí, los primeros km son los más lentos, así que haciendo cuentas mientras corría y si no me hundía demasiado en los últimos km, calculaba un tiempo por debajo de la 1h05m.
Tra este paso por el 2º km, tocaba curva a la izquierda y entrar en los adoquines de la Plaza del Ayuntamiento para así salir a la zona del Puerto.
Prestó el paso por dicha plaza y el siguiente kilometro resultó que era en ligerísimo sentido descendente o así me lo iban diciendo las piernas.
Una larga recta en la Calle Rodríguez San Pedro, me llevaría al Km 3.
En este punto el crono marcaba algo menos de 16 minutos 30 sg, así que iba a una media de casi 5:30 el Km.
Nada que objetar al lugar donde estaba situada la pancarta del tercer km. El crono me decía que podía estar bien situada.
Iba a un ritmo cómodo. La verdad iba guardando fuerzas y sin agobiarme ni por el crono ni por la distancia que todavía me tocaba recorrer.
En carrera y recordando algunos consejos que había visto en foros, iba partiendo la carrera en tramos.
El primer tramo que había ideado era el paso por el 4º km, el cual se constituía en el primer tercio de la carrera.
Así que corriendo por tramo llano por la Avda Juan Carlos I, fui en busca de este primer paso que se me había grabado en mi mente.
Tras un par de curvas, llegué a la pancarta del 4º Km, situada en la C/ Mariano Pola.
En estos momentos la carrera se adentraba en la zona de La Calzada y el crono marcaba una media aproximada en estos primeros 4º Km de unos 5 minutos 25sg.
En la entrada de este barrio de Gijón tocaba  una ligerísima subida que apenas noté en mis piernas. El ritmo lo llevaba continuo, cómo se suele decir, “sin prisa pero sin pausa”.
El siguiente paso que me había ideado para distraerme era el de los 5km. Me picaba la curiosidad por saber el tiempo que podría llevar, así que cuando miré el paso por la pancarta de este punto kilométrico situada en la Avda de Galicia, observé que había recuperado unos segundos a la media por Km que llevaba hasta el momento.
Si no recuerdo mal, llevaba algo menos de 26m30sg.
A los pocos metros de esta pancarta, tocaba girar a la izquierda para afrontar la larguísima “recta” hacia el El Llano.
Estos dos siguientes kilómetros eran los que me tenían algo más pendiente por tratarse de kilómetros en sentido ascendente en su totalidad o al menos así lo creía.
El siguiente paso que me había ideado era la mitad de carrera o lo que es lo mismo, el km 6.
Nada más pasar el km 5 y torcer a la izquierda, el itinerario se volvió en subida, la cual se veía claramente a través de las zancadas de toda la fila de corredores que me precedían.
Me encontré bastante cómodo en mi correr durante todo este tramo en busca del km 6.
La pena fue que no vi la pancarta de este 6º kilómetro, así que no tengo el crono de mi paso por mitad de carrera. Lo que sí que es seguro que iba ganando segundos a la media por kilómetro que había llevado en los kilómetros iniciales.
Tras unos centenares de metros en subida, tocaba un ligero descenso que se agradeció, para afrontar otro tramo en ligero sentido ascendente de nuevo, que en un principio creía que se me iba hacer algo duro por la subida hacia la rotonda de la gasolinera de la carretera vieja de Oviedo.
Pero en vez de de subir hasta dicha rotonda, nos pasaron por debajo de la misma por el paso subterráneo, evitando la dureza que menciono y saliendo más o menos a la zona por donde debía estar situada la pancarta del 7º km, pancarta que lógicamente tampoco vi.
En cuantos a las fuerzas notaba que iba bien, controlando el ritmo y la respiración.
La nota mala era que llevaba arrastrando desde hacía unos kilómetros algunas molestias en la parte externa de las rodillas.
Conocía dichas sensaciones por la lesión que tuve hace unos meses del “Sindrome de la banda iliotibial”, así que para amortiguarlas iba corriendo lo más erguido posible, ya que sabía que mucha culpa de este síndrome se debía a la zona de la cadera.
Tras el paso subterráneo se enfocaba en ligero descenso y posterior llano, la recta de la C/Gaspar García Laviana y se iba en busca del Km 8.
Tenía esperanzas de ver el tiempo del 2º tercio de carrera al paso por este km, pero no recuerdo de haberlo visto ni la pancarta y como es normal el consiguiente tiempo.
Me notaba que iba bastante más rápido de lo habitual y lo mejor de todo era que me sentía más o menos bien en esos tiempos.
Seguí alcanzando a algunos corredores, incluso fui “chupando rueda” en ocasiones para coger algo de aire por detrás de alguno de ellos.
Imagen en este tramo.
Alcancé la pancarta del km 9 (ésta si la vi gracias a Dios…) y mirando el crono llevaba algo menos de 46 minutos. El desfase si quería alcanzar la media de 5 minutos el km llegaba aproximadamente a los 55 segundos, así que ví factible el ganar en estos tres km que me quedaban ese tiempo al crono. Por otra parte pensaba que me conformaba con no perder esos segundos y así poder quedar al final en 1h01m ya que había estado bien en este día el tute que me había pegado y encima la parte externa de las rodillas se me iban quejando un poco por momentos.
Al final seguí corriendo entre la gente y cuando llegó la pancarta de los 10 Km vi que el reloj marcaba algo menos de 51 minutos (mejor marca de este año si hubiera acabado la carrera en dicha pancarta), así que ya quedaban un par de km para la meta y entonces incrementé el ritmo.
Del km 9 al 10 no había apenas ganado casi tiempo, así que ese desfase que había observado de 55 segundos ahora había bajado hasta los 45 sg aprox.
Sabía que ya me sería imposible bajar de la hora, ya que en mi estado de forma actualmente me sería imposible recuperar esos 45 sg en un par de Km y encima sabiendo que era la primera vez que de manera oficial corría 12 Km.
Poco después del km 10, llegaba la zona de la plaza de toros. El resto del recorrido ya me lo conocía de memoria, así que como dije “aceleré” y la verdad iba muy satisfecho por cómo me había comportado en esta carrera.
Foto con cara de velocidad a la altura de la plaza de toros.

Sí que es verdad que el último medio km se me hizo un poco largo y me adelantaron algunos corredores, pero ya no importaba, el objetivo estaba cumplido de hacer una buena marcha para mí en estos momentos.
Me prestó mucho la entrada a la pista de atletismo de Las Mestas, lugar donde acababa la carrera, aunque sí que es verdad que en esos últimos 300m no pude acelerar más ya que el cansancio ya se notaba bastante.
Entrando en la zona de Las Mestas, ya en el último Km.

De hecho en el último par de Km ya llevaba notando en cierta manera el cansancio pero aún así incrementé el ritmo en busca de una buena marca.
Al final hice un tiempo según mi crono de 01h00m17sg y un tiempo oficial de 01h01:10.
Quedé en la general en el puesto 891 de 1124 (estaban apuntados 1200) y en categoría masculina en el puesto 809.
Dentro de mi grupo de veteranos mi puesto fue el 168 de 196 participantes.

Nada más cruzar la meta.
 
En esta carrera recuperé muy bien, no llegando tan fatigado como en algunas de las anteriores carreras de 10 km, hecho que me anima para futuras carreras.
Tuve muy buenas sensaciones a lo largo de la carrera y fui poco a poco incrementando el ritmo,  corriendo por debajo de los 5 minutos el Km más de la mitad de la carrera.
Pensé que me costaría mucho más, pero a pesar de la fatiga final, creo q hubiera seguido a ese ritmo otros 2 ó 3 Km.
Al final acabé en un tiempo que llevándolo a tiempos de media maratón estaría en mi primera participación en un tiempo por debajo de 1h50, marca objetivo en los próximos meses a la hora de debutar en una media maratón, la cual todavía no tengo escogida entre las varias que hay en la primera mitad del año venidero.
En la meta nos dieron la bolsa del corredor, consistente en un bote pequeño de jalea real, un plátano, una manzana y un vale para el balneario de Las Caldas.
Cogí también un acuarius y un bote de red bull.
En esta ocasión no me duché en las instalaciones de Las Mestas. Me cambié en el coche y me fui para casa para ya no salir el resto del día.
Sobre las molestias en la parte externa de las rodillas, decir que siguieron por momentos hasta casi el final de la carrera, pero no me impidieron terminarla.
Es verdad que durante la tarde-noche y el día siguiente sí que sentía una cierta cojera en la pierna izquierda, pero a medida que fue pasando el lunes dicha cojera parecía ir de más a menos.
En el momento que escribo esta crónica estamos a martes y las molestias en las rodillas han desaparecido y son ligeras en los isquiotibiales, así que al final he decidido seguir la biblia de los corredores y descansar unos días de mis andanzas correderas.
Soy optimista de momento a día de hoy para mi debut el próximo año en una media, aunque he visto que tengo que fortalecer bastante la zona de la cadera y tren inferior para no tener complicaciones a nivel físico.
Camiseta de la prueba.


Resultados:
http://www.championchipnorte.com/resultados-externos/tiempos/id/495?c=PRUEBA ABSOLUTA. DISTANCIA: 12000 M

http://www.championchipnorte.com/resultados-externos/atleta/id/495/dorsal/239?c=PRUEBA ABSOLUTA. DISTANCIA: 12000 M

Dorsal
Nombre
Apellidos
Localidad
239
JOSE MANUEL
MARRAS RODRIGUEZ
OVIEDO
Puesto Gen.
Tiempo Oficial
Tiempo Neto
Club
892
01:01:10
00:00:00
Categoría
Sexo
VETERANOS B MASC
Masculino


DISTANCIA
12000 M
RITMO
0:05:06
PUESTO SEXO
M- 810
PUESTO CATEGORIA
VTBM- 168 (DE 196)

Video llegada.


martes, 5 de noviembre de 2013

IV CARRERA DEL CONOCIMIENTO Y UNAS FOTOS DE CARAVIA Y LASTRES.



Fecha: 03-11-2013.
Lugar: Gijón.
Distancia: 6,5 (distancia no homologada y reflejada en el cartel de la prueba).
Precio: 5 Euros.
Comentario:
Había descubierto una carrera, llamada “Del Conocimiento” un par de semanas atrás y viendo que era un kilometraje “corto” para lo que estoy acostumbrado este año, decidí participar en la misma tras la carrera de la semana anterior en La Corredoria.
Enlace de la carrera en cuestión.
Y la foto del mapa del circuito, que este año se realizaba en sentido contrario al de otros años.
La verdad sí que me apetecía tanto esta semana (también como me había apetecido la anterior) correr distancias consideradas cortas ya que con ello se suponía (aunque podía ser mucho suponer…) que podría ganar velocidad para carreras más largas.
Así que aquí el menda, todo tranquilo y feliz iba viendo pasar los días y como buena costumbre innata en mí iba retrasando mi inscripción en la carrera.
Iba calculando el cuándo inscribirme, así que unos días antes de la fecha señalada como tope para las inscripciones  me dije:
¡En vez de inscribirme por internet, igual me acerco a las Mestas y me apunto en persona y así pillo de paso el dorsal y el chip, así que mañana mismo me piro para Gijón para realizar la inscripción!.
Menos mal que me iluminó la divina providencia para apuntarme este día que me dio por pensar sobre mi inscripción en la carrera, ya que si me retraso un día, una hora o unos minutos más, no pillo dorsal ni de coña.
Si el Jueves 31-10-2013 era el último día de inscripciones, el menda decidió ir dos días antes del fin del periodo para apuntarse.
En otras palabras esto sucedía el Martes 29-10-2013.
Sabía que iban quedando cada día menos plazas, pero pensaba que a la peña no le daría tanto por participar en esta carrera.

La situación del martes cuando llegué a las instalaciones de Las Mestas era la siguiente:
Aquí el menda entra en la tribuna de las pista de atletismo, donde nada más entrar ya había una buena cola.
Y nada más ponerme en la cola, ya empezaba las palpitaciones en el corazón, sobre todo cuando el tío de la mesa de inscripciones, iba gritando en alto, el número del dorsal que daba…¡646,647,…!. Tengo que señalar que eran 650 inscritos el límite de participantes con dorsal en esta carrera).
Estaba yo esperando en la cola y mirando para adelante y llegó un momento en que quedaban dos dorsales y cuatro chavales por delante de mí.
Yo haciendo cálculos, me decía, ¡PUFFFFFFF, no pillo dorsal ni rezando a la virgen de Covadonga!...
Había alguna posibilidad y era que un par de los que se habían puesto por delante de mí, fueran únicamente por el dorsal, como al final así fue.
Así que al final, sudando sangre (pero por ser el desastre que soy a veces…), pude recoger dorsal, ¡el 650 y último!.
¡Oe, oe, oe!.. Salí más contento que unas castañuelas, con mi dorsal, igual que un guaje con zapatos nuevos…
Así que el primer trámite de esta carrera ya estaba realizado. ¡Mi inscripción, que lo mío me costó!.
Con el dorsal me dieron un chip un tanto raro que nunca me habían dado. Era un papel doblado con dos imperdibles  y había en una de las dobleces un punto verde.
Este punto verde tenía que quedar situado señalando para arriba para que me pudieran tomar el tiempo.
Supongo que este tipo de chips nos los darían por el tema coste, aunque luego hubiera que devolverlos  al final de la carrera.
Pasando ya a los días previos a la carrera, decir que no me machaqué mucho en la cinta de correr en estos días.
Lo único decir que al día siguiente de mi inscripción, sí que llegué a estar un buen rato por encima de los 12 km/h, (llegando incluso a 13,5 Km/h en algunos momentos), aunque sí que es verdad que no quise apurar mucho tiempo a esta velocidad por temor a lesionarme y fastidiarla de nuevo.
Uno de los temores que he descubierto con esto de las carreras populares y que había leído en diversas páginas era el miedo del corredor popular a las lesiones y en mi caso tengo que decir que para no llevar la contraria al resto, ese miedo renace por momentos en mí, sobre todo después del último año que casi me lo había pasado en blanco.
Así que después de estos avatares, llegó el domingo, día 03 de Noviembre.
Como ya tenía el dorsal y como me pillaba en Gijón la carrera decidí no madrugar ya que la carrera era a las 11h30.
En esta ocasión iba a venir la señora acompañarme ya que la hora prevista para el salto de la cama (no pensar mal…), estaba previsto sobre las 08h30.
Tras los preparativos y el desayuno, salimos entorno a las 09h15, llegando al aparcamiento de la Universidad Laboral sobre las 09h45 aprox.
Nos fuimos entonces hacia el interior del Parque Tecnológico, donde había muy poca gente y todavía estaban instalando algunos arcos por los que tendríamos que pasar por debajo a la hora de la salida.
Yo a veces pienso que si se lo pensaran bien los de la organización y ya que tengo adquirida la costumbre de llegar a los sitios bastante pronto, podían casi que contratarme para ayudar a levantar toda la zona de salida y así evitarme pagar la cuota de inscripción.
Fui a dar una vuelta por esta zona de la salida y viendo que por dicho lugar no parecía haber bar abierto para tomar un café y ya que faltaba todavía hora y media para el comienzo de la carrera, decidí ir a tomar un cafetín a un lugar cercano, tranquilo, donde me podría concentrar para la carrera y este lugar era ¡El Tanatorio situado al lado del hospital de Cabueñes!.
(Una hora después vería que había a escasos 20 metros de la salida una cafetería en el bajo de una nave).
Así que tras caminar unos 10 minutos y pararme también a hablar con Raquel, llegué a la cafetería de dicho Tanatorio para tomar el café habitual.
Visto desde fuera, la imagen de la cafetería era más o menos dos o tres mesas de gente tomando algo caliente y algo puestos en la forma de vestir, con rostros bastantes serios y en otra mesa, un tío vestido de chándal tomando su café correspondiente, acompañado de una mujer vestida de domingo.
El menda tomando el café en el tanatorio.
Entonces, tras el café habitual, volví sobre mis pasos y tras una corta parada en el coche, ya me fui hasta la zona de la salida y en la que estaban ya preparando las carreras de los más pequeños.
Como es costumbre, a falta de media hora para el comienzo de mi prueba, empecé a trotar suavemente y realizar algunos estiramientos.
Tocaba foto antes de empezar a calentar con el dorsal 650 en el pecho.
Y llegó la hora de la salida....
Como siempre, me situé en la parte de atrás del pelotón de corredores.
 Creo que en la foto se ve claramente, por si acaso había alguna duda, que era de los últimos del pelotón cuando todavía no había empezado ni a correr.
¡Correr, correr corderillos, que ya os cojeré…!.
Dieron la salida (al menos pasaron 30 sg desde el pistoletazo de salida hasta mi paso por la pancarta) y como esperaba, tuve que ir sorteando gente en un tramo llano y tras el paso por un par de glorietas, llegué a la garita de entrada del Parque Tecnológico.
Aquí el recorrido torcía a la derecha para afrontar un breve tramo en subida que aunque tenía una cierta pendiente no se dejó notar mucho en mis piernas, supongo que debido a que estaba en los inicios de la carrera.
Tras esta subida, tocaba un tramo llano hasta dar con la glorieta del tanatorio. Aquí el tráfico de corredores era más fluido, cosa que se agradecía a la hora de ir adelantando a las últimas unidades.
La glorieta del tanatorio marcaba entonces un corto y pronunciado descenso hasta otra glorieta que me iba a meter en una larga recta que en ligero descenso me iba a llevar hasta un cruce.
En este tramo no me encontré dentro de lo que cabe todo lo ágil que había pensado que podía estar en mis zancadas  a esa altura de carrera, aunque supongo que igual era por llevar un ritmo algo más alto de lo que suele ser habitual en mí en los comienzos de cualquier carrera que disputo o por una cierta sensación de pesadez en los gemelos.
En este cruce, la ruta en ligero sentido ascendente tomaba rumbo a la carretera general, donde tras llanear recorriendo  unos centenares de metros llegaba hasta otro cruce.
En este tramo anterior, la mayoría de la peña iba por la acera en el carril bici. En mi caso, yo seguía con alguno que otro corredor por la carretera ya que pensaba que podía correr más cómodamente por asfalto.
Tras estos metros, el circuito se metía hacia la zona de las universidades en un tramo que parecía ser totalmente liviano para las piernas.
En esa zona iba a mi ritmo, pero no me encontraba cómodo. Iba corriendo sin aminorar el ritmo, pero con la sensación que me costaba en cierta manera aguantar este ritmo más o menos  y esto no era lo que esperaba de mí en esta carrera, ya que la carrera era corta y cuatro días antes había estado corriendo cómodamente a velocidad crucero de 12 ó 13 km y no había notado en demasía el cansancio.
Como un buen día me dijo el Fisio Diego: “una cosa es correr por asfalto y otra estar pegando saltos en una cinta durante media hora”, así que quiero pensar que igual esta sensación de la que hablo se pueda haber debido al haber corrido el lunes y el miércoles anterior a la carrera en la cinta, con el consiguiente cansancio que podían tener las piernas.
Tras este tramo liviano aparecía una breve subida con una pequeña curva de herradura que obligaba a la carrera a cambiar de sentido y tomar dirección hacia la Universidad Laboral.
En este tramo iba corriendo mirando para el suelo, ya que como me notaba que no iba del todo  fino, no quería ver los siguientes tramos (alguno en ascenso) que me podían quedar y así comerme el tarro con lo que podía ver enfrente.
Por lo menos sabía que quedaban un par de km aprox, así que por dos km que podían quedar tampoco era cuestión de tirar la carrera por la borda y seguí corriendo sin ralentizar el ritmo, eso sí, con algo más de cansancio de lo que hubiera pensando sentado cómodamente desde el sofá de casa los días anteriores.
Lo mismo que había algún tramo en pequeño ascenso, hubo alguno que otro en descenso que si que se dejó notar en las piernas, esta vez para bien.
Corriendo en medio del pelotón.
Y así, para mi sorpresa y antes de tiempo, llegó la breve subida a la entrada del Parque Tecnológico de Gijón.
¡Tariro, tariro…!. Un par de fotos con el menda apareciendo en la entrada del Parque Tecnológico.



En esta subida incrementé el ritmo y enfoqué ya la recta final (de unos 300m aprox), donde la verdad, me fue imposible incrementar más el ritmo debido al cansancio.
Había mirado el crono unos 100 m antes y había visto que me era posible bajar de 32:30 minutos, pero una vez que iba directo a la meta, no tuve esa capacidad de sufrimiento que muchas veces he tenido tanto en mis carreras de antaño como en mis rutas de montaña, así que me dejé ir y entrar en meta con la sensación de “más pena que gloria”.
Enfocando los últimos metros de la carrera.
Hablo de esta sensación por cómo me noté, sobre todo, en el tramo final de la carrera.
Al final un tiempo según mi crono de 32:36, aunque luego descubriría que el tiempo oficial que me dieron fue de 33:02 (para mí que estos mataos me tomaron el tiempo mal, ya que es imposible que haya un desfase de 30 segundos entre el tiempo tomado por mí en el paso por la pancarta de la salida y el tiempo tomado por los encargados del crono en el mismo paso).
Pero aún así, doy el tiempo tomado por “los jueces” por bueno ya que tampoco era una carrera de distancia homologada y según me enteré por la mujer, hubo alguna pequeña discusión entre estos jueces a la hora de tomar la salida.
Según me dijo la mujer, uno de los que estaban con el crono le recriminó al que dio la salida, que porqué había dado el pistoletazo si él no había puesto el crono a funcionar, de ahí mi duda con el tiempo tomado aunque lleváramos todos chip.
Pero bueno, pensándolo bien, tampoco se puede pedir peras al olmo y creo que bastante es de agradecer a organizadores, jueces y voluntarios que se molestan en organizar y en controlar carreras populares con la dificultad que ello entraña.
Enlace con la clasificación general de la carrera.
Por categorías.
Resumiendo, al final quedé en el puesto 372 de 579 participantes.
En Veteranos A mi posición fue la 145 de 188 corredores.
 
Pasando ya a la zona de meta, nada más cruzar, estuve recuperando unos segundos y acto seguido fui a por un acuarius y a por la bolsa del corredor (un plátano y una manzana).
El circuito me gustó, aunque eché mucho en falta esos paneles que señalan habitualmente los puntos kilométricos y que tanto ayudan para controlar el ritmo.
No es que no los viera, al parecer, comentando luego en meta con el marido de Raquel, éste me decía que él tampoco los había visto, así que me dejó más tranquilo porque ya estaba dudando de si pedir cita para el oftalmólogo.
Tras tomar el acuarius y el plátano, estuve con mi compañerina Raquel unos minutos y acto seguido, fui en busca de la mujer para ir dirección hacia el coche.
Nada más llegar a ella y viendo que yo tomaba rumbo al aparcamiento, me dice qué a donde iba, que si no iba a entregar el chip y a por la camiseta de recuerdo de la prueba.
Así que volví sobre mis pasos, esta vez, en dirección a las casetas donde entregué el chip y pillé la famosa camiseta.
Foto con la camiseta de la prueba.
Tras este pequeño descuido, facilmente subsanable, ya fui dirección al coche para pillar la bolsa de deporte e irme a duchar a los vestuarios del campo de hockey anexo a la Universidad Laboral.
Poca gente en los vestuarios y una vez dentro, me doy cuenta que no he pillado las chanclas para ducharme, así que en plan MacGyver le doy solución a tal infortunio y decido ducharme en calcetines.
Tras la oportuna ducha, ya fui hacia el coche y tras dar una pequeña vuelta por la zona de La Providencia, decidí ir a comer, dado el buen día que hacía, a un lugar que había estado este verano con Javi, situado en la playa de La Espasa (Caravia Baja), llamado Fitomar.
Foto de la terraza del restaurante.
Para comer tomamos unos calamares de primero y luego un pescado llamado Tiñosu, acompañados de vino Albariño.
Los calamares.
Ración y media de Tiñosu.
Enlace del Tiñosu.
De postre tomé un postre que ya había tomado en alguna ocasión en el mismo lugar, llamado Volcán de chocolate con sorbete de mandarina.
Al final todo por unos 65 euros.
Desde el mismo paseo de la playa, tomé algunas fotos del fuete oleaje en el que estaba inmerso el Cantábrico en este día.
La playa de la Espasa, sentido oeste.
Y otro par de fotos, volviendo poco a poco la vista hacia el norte.
En la primera, la playa tomada por el oleaje.
En la segunda, el mar tomándose un respiro.
Mirando hacia el norte.
El menda.



Otras tres fotos, esta vez hacia el Este. Se ve que la playa quedaba cubierta por momentos por el agua y se dejaba ver cuando ésta se retiraba.






Tomé entonces rumbo a otra localidad muy cercana a esta playa, llamada La Isla, donde hacía muchos años que no paraba, así que tomé alguna que otra foto desde dicho lugar.
Playa de la localidad de La Isla.
Iglesia pegada a la playa.
Hacia el Sur, la Sierra del Sueve.
Tras parar unos minutos en esta localidad, puse rumbo al mirador de S.Roque en Lastres, para tomar un café en el Restaurante El Mirador.
Fotos del mirador con Lastres y el Sueve al fondo.








Y…¡Esto es todo, amigos…!.