Fecha: 30-11-2014.
Lugar: San Sebastián.
Distancia: Media
Maratón
(21,097 Km). Homologada.
Tiempo: Real: 1h58:29
Neto: 1h54:54
Precio: 27,50 Euros.
Comentario:
Se puede decir que esta
carrera apareció de chiripa en mi calendario ya que en ningún momento tenía
previsto correrla, pero ante la insistencia por parte de Raquel de que debutara
junto a ella y junto a Luis en la Maratón que se iba a celebrar en Donosti, decidí
acompañarles, pero con la diferencia de que el menda en vez de correr la prueba
grande del día se iba a conformar con correr su prueba “hermana”, la Media
Maratón.
El motivo de mi
participación en la media fue que no me veía en condiciones para afrontar una
carrera de 42 Km con tan solo un par de meses de preparación y con el
consiguiente riesgo de lesionarme (en la fase de preparación de la maratón o en
la misma carrera), así que decidí conformarme con la carrera de los 21 Km y
dejar para más adelante mi debut en la prueba “mítica” del atletismo, la
maratón.
A primeros de Octubre
me apunté a la Media que se iba a celebrar en este día junto a otras dos
pruebas (maratón y los 10 Km), así que tenía un par de meses por delante para
ponerme en forma y bajar un poco de peso para afrontar la carrera con
“garantías” de no pasarlo mal.
Lo primero que he dicho
de “ponerme en forma” se puede decir que no lo conseguí en el plan que yo
quería y el motivo fue que apenas iba a realizar en estos dos meses rodajes largos
por asfalto para afrontar distancias grandes (unas veces por vagancia, algunas
por el tiempo y otras por molestias a nivel físico,…).
Pero esto primero
mencionado líneas atrás se iba a compensar en buena medida con la bajada de
peso que iba a tener en estos meses anteriores a la carrera ya que iba a pasar
de unos 83 Kg a 77,2 el día que iba a poner rumbo a la capital guipuzcoana.
Así que con estas
“observaciones” a nivel de peso y de estado de forma puse rumbo el día anterior
a la carrera a la ciudad de San Sebastián donde nos iban a esperar Raquel y
Luis, ya que estaban en dicha ciudad desde el día anterior.
Tras levantarnos a las
06h del Sábado y salir de casa a las 07h, llegamos a Donosti a las 11h30 para aparcar el
coche en los aledaños del estadio de Anoeta ya que en sus cercanías se
encontraba el frontón de Atano III, lugar donde tendría que recoger el dorsal
(5159), la camiseta de la prueba y el chip cronometrador de la prueba.
Ambiente en el frontón
para la recogida de dorsales.
El dorsal en mis
manos…¡Mi tesoroooooo…!.
Nos reunimos con Raquel
y Luis en dicho lugar y tras recoger todo lo mencionado anteriormente y pagar
por adelantado (3 euros) en un stand la personalización de la medalla
conmemorativa de la prueba con el nombre y el tiempo realizado en la línea de
meta, pusimos rumbo a la pensión que habíamos escogido para la estancia de dos
noches en la ciudad.
La pensión en cuestión
iba a ser la Pensión Aldamar, pensión con una situación privilegiada en
Donosti, así que tras dejar el equipaje que llevábamos y aparcar el coche nos
dispusimos los cuatro a ir de pintxos en un día climatológicamente muy lluvioso.
Enlace de la pensión.
Entramos en un par de
sitios a comer algo y como eran cerca de las 16h y quedaba mucho todavía para
la hora de la cena decidimos, dado el día que estaba haciendo, ir para “los
hoteles” a descansar toda la tarde para luego salir a cenar.
A las 20h nos reunimos
de nuevo y nos encaminamos a tomar algo antes de la cena que tendría lugar en
el Restaurante “La Tiaglatella” (había reservado sitio semana y media antes…).
Nos cargamos de
hidratos en la cena y acto seguido nos fuimos a una de las terrazas del
Boulevard a tomar el café (en mi caso tomaría zumo piña por 3,70 euros y el
resto tomarían café por 2,80 euros, “barato, barato”) para posteriormente irnos
todos a descansar ya hasta el día siguiente.
Descanse bastante bien
durante la noche y sobre las 05h55 sonaba el móvil con el primer mensaje de
Raquel que tocaba diana para la carrera.
El día de la carrera se
presentaba muy lluvioso ya que a la hora de levantarse caía ya un buen
aguacero, así que tras los preparativos y desayunar (zumo, dulce de membrillo
“solo” ya que los panecillos se me
habían olvidado, un plátano de los dos que tuve que comprar ya que también se
me habían olvidado en casa, galletas, cola cao) puse rumbo a las 07h20 a la
parada 9 del Boulevard ya que en la misma un bus urbano nos iba a recoger a
buena cantidad de corredores para dejarnos unos 10 minutos más tarde en la zona
de Anoeta.
Tras bajarnos todo el
pelotón de corredores en la zona de Anoeta, puse rumbo a la puerta 29 del
estadio ya que en la misma estaba el guardarropa de la prueba y aparte en dicho
lugar iba a reunirme con Rafa (participaría al final con un rendimiento muy
positivo en los 10 Km que tengo que
reconocer que me sorprendío) y con Raquel y Luis.
Una vez dejada la
mochila en dicho guardarropa, pusimos rumbo hacia la Avda Madrid, lugar desde
donde saldría la carrera.
A falta de unos 20
minutos me despedí de los tres para empezar a calentar para la carrera del día.
Tras el corto
calentamiento que pude realizar este día, ya me dirigí a la zona que
correspondía al tiempo que yo había señalado en la inscripción de la carrera
(1h 50).
Pasaron unos 4 minutos
desde que salieron los primeros hasta mi paso por la pancarta de salida y si en
un principio la salida se presentaba problemática por la gran cantidad de
gente, para nada se hizo realidad esto que esperaba.
Hacía ya una hora que
había parado de llover por lo cual la mayoría de los corredores se habían
quitado los chubasqueros, pero como el menda no se fiaba del tiempo, decidí
empezar a correr con el mismo puesto.
¿Qué pasó?...Pues lo
normal que me pasa siempre cuando hay posibilidad de lluvia de por medio y fue
que al llevarlo encima por precaución resulta que no me llovió en toda la
carrera (la verdad no me hubiera importado mucho ya que hubiera visto algunas
imágenes épicas a lo largo de los 21 Km de los que constaba mi carrera…).
Pero dado el calor que
me proporcionaba dicha prenda, al llegar más o menos a la altura del tercer km
ya lo estaba quitando y ya que no tenía bolsos en el pantalón largo que llevaba
no tuve más remedio que meterlo por dentro del pantalón.
Fui avanzando en esos
primeros kms a un ritmo cómodo pero a la vez algo alegre para mis habituales
inicios en las carreras largas (a ritmo de casi 05:20/Km en los 3 Km iniciales)
y poco a poco descontando metros a la carrera.
Estaba ya en la otra
vertiente del río Urumea, camino del 4º y 5º Km y en este tramo lo más
destacado del recorrido era el paso por el interior de un túnel de más de medio
kilómetro de longitud y que nos sacaría a todos los corredores hasta la zona de
una glorieta donde tendríamos que volver sobre nuestros pasos por el interior
de dicho túnel.
Como nota anecdótica
decir que en el tránsito en la ida por el largo túnel una ambulancia volvía con
los rotativos puestos por el otro carril, señal de que algún corredor había
tenido problemas para continuar.
Llegaba entonces el 6º
Km al que llegué tras descender unos metros hacia el interior de un túnel, para
luego recuperarlos en una de las dos pequeñas subidas de las que tenía el
recorrido.
De nuevo la carrera me
había llevado a las cercanías de la zona de la salida y de nuevo el itinerario
me obligaba a correr por la misma avenida del primer km y medio.
Me iba encontrando
bastante bien aunque quizás no tanto como me había encontrado la semana
anterior en Gijón, pero se puede decir que iba corriendo con sensaciones
positivas sobre el estado de las fuerzas.
De nuevo tocaba cruzar
sobre el km 7,5 el puente sobre el Urumea y ahora la carrera se internaba en el
barrio próximo a la zona del Kursaal de Donosti.
Aquí ya aparecía más
público animando que en la primera parte de la carrera, cosa que se agradecía y
la carrera callejeaba por unas 4 calles para volvernos a obligar a los runners
a cruzar por el mismo puente e ir en busca de la zona de la playa de la Concha.
No iba todo lo rápido
que me hubiera gustado ir en esos momentos, debido quizás a que la carrera era
muy larga y tampoco quería vaciarme de fuerzas en la primera mitad de la
carrera.
Iba en busca del tan
ansiado paso por el panel del km 10, ya que dicho paso me interesaba bastante
porque me podría indicar más o menos en qué tiempo podría acabar en este día la
7ª Media Maratón que estaba corriendo este año (a primeros de años nunca me
hubiera imaginado que acabara el año corriendo siete carreras de este tipo
cuando en la vida no había corrido ni una…).
Tras cruzar el puente
(ya estaba metido en el km 9), tocaba una recta cómoda de correr y tras la
misma iba aparecer el panel del km 10.
Al verlo no aceleré ya
que simplemente iba corriendo a ritmo continuo y de nada me hubiera valido
acelerar para ganar unos segundos a dicha estadística para luego seguramente
perderlos por dicho acelerón innecesario.
En el momento de pasar
por este panel del km 10 marqué un tiempo de 52:54, tiempo que consideré
bastante positivo comparado con lo que es mi mejor tiempo en 10 km desde el mes
de Septiembre (52:00), aunque casi podría asegurar ahora mismo que estoy rondando
los 50:00 (viendo el tiempo de la semana pasada en Gijón en el mismo paso de
los 10 Km de 50:34 en el Cross Villa de Gijón).
Prácticamente había
llegado al ecuador de la prueba y ahora me iba a tocar correr por la zona del
paseo de la playa, tramo que se me hizo corto comparado con el tramo de la
playa de San Lorenzo de Gijón.
Hacía ya algún
kilómetro que habían aparecido los puestos con bebida isotónica, así que en el
paso por dichos puestos agarraba un vaso con dicho líquido y bebía lo que podía
ya que al ir corriendo, tiraba cerca de la mitad de la bebida al suelo, pero si
es verdad que notaba un incremento de las fuerzas poco tiempo después de
ingerir el líquido reconstituyente.
De momento no notaba
molestias, así que sin saberlo estaba a punto de entrar en la zona del
itinerario que daban en algunos comentarios como la más fea del circuito.
Tras cruzar un pequeño
túnel la carrera me iba a sacar a través de una ancha avenida a una zona de
polígono industrial.
Corriendo por dicha
zona iba a dejar atrás los km 12, 13 y 14 y poco después del 14º iba a dar
vuelta a una glorieta para volver por el mismo itinerario sobre mis pasos.
Aquí ya me iban pesando
algo los kms acumulados al ritmo que había llevado hasta este momento, pero lo
malo estaba a punto de llegar (me refiero a nivel físico) ya que a partir del
km 15 me empezaron aparecer algunos pinchazos en la zona exterior de la rodilla
izd, señal que el síndrome de la cinta iliotibial quería aparecer.
Dentro de lo que cabe
no me preocupé mucho ya que conocía dichas molestias y sabía un poco como
remediarlas en parte (corriendo más erguido…), pero por momentos se iban
haciendo algo incómodas para correr con la soltura que me hubiera gustado.
A esto se unía que ya
me iba notando algo más cansado de lo que me hubiera gustado para ir a esas
alturas de carrera, así que con cierta pereza por mi parte, tuve que sacar el
chubasquero que tenía guardado en el pantalón y buscar en uno de los bolsillos
de dicho chubasquero un gel que llevaba por lo que perdí sobre medio minuto o
algo más en mi ralentización de la marcha.
Tras guardar de nuevo
el chubasquero e ingerir el gel, recuperé fuerzas y seguí corriendo con ritmo
algo más alegre del que había llevado en los anteriores kilómetros.
Antes del túnel del
paseo de la playa superé sin problemas el segundo repecho del día y salía de
nuevo a la propia zona de la playa.
Aquí note un incremento
del ritmo y aunque los gemelos me daban avisos por momentos, no iba del todo
mal físicamente hablando.
Entraba de nuevo en las
calles de la ciudad (km 18), así que era cuestión de aguantar tres kilómetros.
¡Ta chupado!,
“pensaba”, mientras iba corriendo por algunas largas rectas de la ciudad,
intentando no perder mucho ritmo debido a la molestias en los gemelos ya que en
la zona de la rodilla parecían haberse amortiguado bastante.
Pese a dichas molestias
debí hacer un buen tiempo en el 18 ya que me noté bastante ágil en la mayor
parte de estos 1000 metros y casi sin darme cuenta me topé con el panel del km
19.
Aquí me dio por mirar
el crono (apenas había mirado el crono durante la carrera ya que había
renunciado a ser un esclavo de los pasos kilométricos) encontrándome a falta de
2.100 metros a 11 min 45 seg de los 55 minutos.
Calculando el tiempo
que tenía que hacer en este par de km finales me salía una media de 05:30 aprox
por km, así que vi totalmente factible dado el nivel de fuerzas que tenía, el
bajar de 1h55.
Y así llegué al último
km y al intentar incrementar el ritmo, de repente los gemelos me pegaron un par
de avisos, así que este motivo me obligó a relajarme un poco en mi forma de
correr.
Afronté los últimos 600
metros animado por la gente que se agolpaba en el exterior del estado y unos
cien metros antes de entrar al estadio, miro de nuevo el crono y observo que si
apuro los últimos 400 metros, puedo bajar el mejor crono personal en una media (Gijón
1h54:42), así que entrando en el recinto deportivo me da por iniciar el sprint
de los 300 metros que me quedaban y entonces fue cuando vi verdaderamente el
peligro de que pudiera tener una rotura en cualquiera de los dos gemelos, así
que con cierta resignación por mi parte, renuncié a seguir intentando apurar el
ritmo y fui terminando la prueba bastante relajado en un tiempo real de 1h58:29
y tiempo neto de 1h54:54.
Me hubiera gustado ver
si hubiera podido bajar de 1h54:42 de Gijón pero nunca lo sabré, así que con
este interrogante por mi parte finalicé la prueba, “satisfecho” a secas por el
tiempo realizado y contento por superar otro medio maratón en este año sin
lesionarme. (Hubiera sido una tontería por mi parte el apurar dicho sprint para
ganar unos segundos al crono y hacer mejor marca personal y luego romper fibras
y a la hora de escribir la crónica estar lesionado para unos meses).
Sigo diciendo tras
finalizar dicha prueba que de haberla podido preparar en el sentido de hacer
algunas tiradas largas, hubiera bajado sin dudarlo mi record personal ya que la
carrera de San Sebastián se prestaba a ello por el circuito llano que era y por
el hecho de que al correr los 21 km acompañado continuamente de corredores, eso
hacía que el cansancio mental no existiera a penas y que uno se contagiara un
poco de los que llevaban un ritmo similar o incluso ligeramente superior.
En definitiva, carrera
que me gustó mucho en todas sus vertientes y la llegada al estadio de Anoeta se
puede decir que fue “una pasada”, ya que el estadio es guapo donde los haya.
En cuanto al ambiente
de la carrera, puedo decir que muy positivo, tanto a nivel de corredores como
del público que estuvo en todo momento animándonos durante toda la carrera.
Tras cruzar la meta
recuperé muy bien ya que en pocos segundos estaba totalmente relajado a nivel
respiratorio y de fatiga, no así a nivel muscular del tren inferior que
tardaría algunos minutos más en dejarme de dar avisos (hablo de recuperación
muscular cuando las piernas dejaron de avisarme a través de gemelos y de los
pinchazos ya conocidos).
Me dirigí entonces a la
zona del estadio donde estaban entrando todos los corredores para ver si veía a
Raquel en esta primera vuelta que tenía que dar ya que ella corría la Maratón y
al no tener ni idea de a qué altura de su carrera se encontraba ella, desistí
de dicho intento ya que no quería quedarme frio, así que fui a recoger la
medalla y algo de fruta.
En estos momentos y mientras
seguía observando a la gente agolpada en el estadio iba a ver llegar al primer
clasificado de la Maratón, un atleta gallego llamado Pedro Nimo que acabaría
los 42 km en un tiempo de 2h16.
Decir que en categoría
femenina, dejaría bien alto el pabellón asturiano de los representantes en este
día en Donosti ya que iba a ser una atleta asturiana, Verónica Pérez, la que
ganaría el campeonato de España de Maratón con un tiempo de 2h35 aprox.
Me dirigí entonces al
guardarropa a recoger la mochila con la ropa limpia y sin marchar de dicho
recinto me puse a cambiarme, cosa que logré a pesar de los numerosos avisos en
la megafonía que continuamente repetía que para ducharse y cambiarse la ropa
había que dirigirse a un polideportivo próximo al estadio (no creo que se
refiriera solo a mí el tío del altavoz ya que había más gente cambiándose en el
mismo lugar que el menda…).
Ya con la ropa seca me
fui hasta el lugar donde me iban a grabar la medalla con el tiempo obtenido al
final en meta.
Después de salir de
esta zona del guardarropa y del lugar donde grababan las medallas, entré de
nuevo al estadio ya que la mujer me estaba esperando (la había visto en la
recta de entrada a meta), reuniéndome entonces con ella y entonces nos pusimos
a esperar a que llegaran Raquel y Luis de la Maratón (ya había pasado algo más
de una hora, así que la espera no se me hizo muy larga viendo entrar a
corredores y ver la entrega de premios), llegando Luis en unas 03h45 y Raquel
en 04h17 aprox.
Un par de fotos con mi
primera medalla.
Foto artística
(modificada por una compañera del curro, Begoña).
Esperamos a que
salieran del estadio para irnos todos a pillar el bus que nos dejaría en la
zona del Boulevard, ya que teníamos pensado irnos a duchar a las habitaciones y
en mi caso, después de la ducha, salir a comer algo en plan de pintxos.
Entramos en un par de
locales, localizando uno al que habíamos intentado localizar el día anterior no
teniendo éxito en ese día, “La Cuchara de San Telmo”.
Uno de los pintxos de
la comida.
Después de comer algo,
me dirigí de nuevo a la habitación a descansar, dado el día lluvioso que estaba
haciendo ya que teníamos previsto quedar a las 20h00 para salir de nuevo a
cenar de pintxos.
Tras dicha cena ya nos
dirigimos cada uno a su “hotel” para descansar ya que había poco ambiente en
las calles por ser domingo y al día siguiente teníamos planeado quedar a
desayunar en una pastelería típica de San Sebastián, la cual encontramos
cerrada por ser lunes.
Foto de algunos de “La
Cuchara de San Telmo”, local que volveríamos a la cena para mostrárselo a Luis
y Raquel.
Tras el desayuno, ya
pusimos cada uno rumbo a casa en otro día infernal climatológicamente hablando,
coincidiendo sin haberlo planeado de antemano, en Unquera.
Tras comer algo en
Unquera y tras otra hora y cuarto de viaje, ya estábamos aparcando en el
garaje.
Foto de la camiseta conmemorativa de la carrera con la medalla.
Buen fin de semana en
el aspecto corredero y de compañía, no así en el plano turístico, que aunque sí que es verdad
que comimos bien no pudimos disfrutar de San Sebastián dado el tiempo lluvioso
que estaba haciendo (de hecho yo ni me molesté en sacar la cámara de fotos de
paseo por la ciudad).
Tras esta carrera,
ahora aparecen en un futuro muy cercano en el calendario carreras más cortas
como son los 8 Km de Castrillón y la carrera de Nochebuena de Gijón de 5 Km,
pero alguna más caerá antes de finales de año.
Que buena comida te mestiste pal cuerpo, que bien te cuidas. Bonita medalla de recuerdo y casi marca personal, por segundos, en la siguiente media la logras pero mantente tu tambien firme con la dieta, que si no siempre estaremos estancados.Felicidades por esa gran carrera que te salio pese a no llevar tiradas largas en las piernas y la verdad es que correr por alli fue un lujazo, ya repetiremos, lo pase muy bien. Dales mis felicitaciones a Luis y a Raquel, pa quitarse el sombrero, buena gente encima.
ResponderEliminarUn abrazo y un gusto verte¡¡¡.
Entrena para la media de Leon, que esta a la vuelta de la esquina y saldre como un tiro y aqui queda escrito, pa que luego no digas que no te avise, llegare flaco,flaco, asi que cuidadin¡¡¡,jajaja.Y con el cuchillo entre los dientes, a por todas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Rafa, Gracias por tus felicitaciones aunque tú tampoco lo hiciste nada mal,jeje....Hubiera estado bien que hubiéramos podido coincidir en la misma carrera ya que igual nos hubiéramos ayudado a conseguir tiempos mejores pero estuvieron bien ambas carreras.
ResponderEliminarEn cuando a la media de León es un objetivo de este año ya que me gustó mucho la del año pasado, tanto por ambiente como por el circuito. Además participando en igualdad de condiciones, tendremos ambos motivación extra....
Un abrazo y quedan ya tres meses y cuando nos demos cuenta ya estaremos tomando vinos por León...