Días: 23 al 26 de Mayo de 2015.
Escapada que había
planificado a Logroño con el objetivo principal de cambiar de aires y tener
buena temperatura durante los días que durara la misma pero al final no salió
como se esperaba debido sobre todo al tema del tiempo ya que hizo durante todos
los días una temperatura entre 12 y 16 grados aproximadamente que unidos dichos
grados al viento que tiraba la sensación térmica se podía decir que era de
bastante frío.
Escapada que dividiré
en cuatro capítulos, uno por cada día que estuvimos fuera de casa, así que
empezamos…
1ºDía… Oviedo
– Burgos – Sto Domingo de la Calzada – Logroño.
Día: 23-05-2015.
Comentario:
Nos levantamos tarde,
en torno a las 07h15, para lo que suele ser habitual cuando me piro de viaje por
otras latitudes, así que tras realizar los últimos preparativos cogimos el
coche y tomamos camino de Logroño pero por el itinerario de la meseta (idea del
Tom Tom…).
Este itinerario, la
verdad, me iba a venir de perlas para la
primera parada que iba a realizar que no iba a ser otra que el habitual
desayuno en “El Ezequiel”.
Tras pasar por León ya
cogimos la Autovía
que nos iba a dejar durante unas horas en Burgos, ciudad que ya conocía y que
gracias a la parada técnica de este viaje pude sacar una conclusión bastante
clara…¡Cuánto más voy, menos me gusta en sí la ciudad!.
Así que tras aparcar el
coche ya tomamos camino de la catedral, pasando en primer lugar por la Plaza Mayor del Ayuntamiento en
la cual sí que se percibía un cierto ambiente.
Acto seguido íbamos a
poner rumbo a la zona de la
Catedral y desde la cual iba a poder sacar algunas buenas
fotos de la misma.
Nunca me ha dado mucho
más esta catedral ya que considero más espectaculares por ejplo, las catedrales
de León y Salamanca, aunque en su defensa hay que decir que es la única
catedral en España declarada “Patrimonio de la Humanidad”, únicamente por el
monumento catedralicio que representa, ya que otras catedrales han sido
declaradas de la misma forma pero unidas en su conjunto al casco urbano de la
ciudad donde están edificadas como es el caso de la de León.
Dicha catedral es de
estilo gótico y se terminó por el año 1260.
Proseguimos caminando y
haciendo algo de tiempo hasta que comiéramos algo y a los pocos metros de la
catedral salimos por el Arco de Santa María, monumento en su caso que siempre
me ha gustado, habiendo sido construido en los siglos XIV-XV, combinando
aspectos góticos y renacentistas, teniendo dicha construcción un marcado
carácter defensivo.
Fuimos dando una vuelta
caminando por el entorno del paseo que iba a lo largo de todo el cauce del río
Arlanzón, nombre del río que pasa por esta ciudad y observando curiosas formas
en la jardinería de este paseo que me llamaron la atención.
Llegamos entonces de
nuevo a la Plaza Mayor
donde tras hacer alguna compra, nos encaminamos a uno de los garitos que según
la guía del Tripadvisor estaba bien para tapear algo, “La Quinta del Monje”.
Barra de pinchos de
dicho establecimiento.
Del trío de pinchos que
tomó el menda en este bar, imagen de uno de ellos, el Foie.
Imagen de la C / San Lorenzo, calle estrecha
donde está situado el local en el que paramos en Burgos en este día.
Pues tras dudar de si
seguir en Burgos en plan de tapas o irnos, decidimos, dando el poco ambiente
que había y las horas que eran, marcharnos y seguir con la ruta hasta Logroño.
Pararíamos entonces en
un pueblo muy importante dentro del Camino de Santiago, Santo Domingo de la Calzada , nombre del pueblo
que procede de su fundador, un tal Domingo García, el cual creó un puente, un
hospital y un albergue de peregrinos, para facilitar el peregrinaje del Camino
de Santiago a su paso por la localidad.
En dicho pueblo es
famoso el milagro de la gallina, del cual hablaré unas líneas después.
Íbamos a aparcar al
lado mismo de las murallas de dicho pueblo para iniciar una breve visita a esta
localidad, que hay que decir que lo poco que puede ver de su parte monumental,
me gustó.
Primera calle a la que
dimos tras dejar el coche unos minutos antes.
Íbamos caminando por
caminar sin un sentido claro ya que el único itinerario que me iba marcando era
guiado por el edifico de la
Catedral.
Dimos entonces con una
plazoleta donde parecía estar situada la entrada “principal” de la Catedral,
llamada “Plaza del Santo”, así como la torre de la catedral, un poco apartada
de la misma.
En sus inicios el
edificio que alberga la catedral actualmente, era una iglesia románica en el
1098.
Después ya iría
subiendo de nivel, como digo yo, para transformarse en Colegiata en 1158 y
Catedral en el 1232, siendo desde entonces sede del obispo de Calahorra-La
Calzada.
Aunque pudimos entrar
en la catedral, previo pago del correspondiente ticket, renunciamos a
internarnos para ver su interior y decidimos seguir con la marcha a través de
las callejuelas históricas de esta parte del pueblo.
En la plaza donde está
situada la puerta de la catedral se encuentra también la torre de la catedral
con la particularidad que dicha torre está exenta de la catedral ya que se
construyó aparte para evitar que las corrientes subterráneas de agua afectasen
a sus cimientos.
Dicha torre es la única
torre catedralicia española cuyo reloj del siglo XVIII sigue funcionando y por
su altura de 70 metros es la torre más alta de la Rioja.
Y enfrente de la torre,
el edificio que alberga el Parador del pueblo.
Dicho hotel ocupa un
antiguo hospital del siglo XII levantado junto a la catedral para acoger a los
peregrinos que recorrían el Camino de Santiago.
Visto desde fuera no
tenía nada que ver a lo que nos encontramos dentro cuando entramos a tomar
algo.
Pero antes de entrar
íbamos a seguir caminando por las callejuelas observando diversos edificios históricos
como este Monasterio Cisterciense, el cual lo habita desde 1620 una comunidad
de monjas.
Fuimos dando un pequeño
rodeo al casco histórico, dando entonces con la entrada a la Plaza de España de dicha
localidad.
Vista al frente de
dicha plaza con la catedral al fondo.
Echando la vista hacia
atrás, la plaza con el Ayuntamiento.
Dimos de nuevo con la Plaza del Santo y entramos
entonces a conocer el parador, el cual me sorprendió muy gratamente por lo que
vi en su interior.
Algunas fotos de su
interior.
Y foto del peregrino en
cuestión.
Tras tomarme una
cerveza, tocaba foto despedida del monumento que más me había gustado de esta
visita, la Torre de la Catedral.
Antes de pillar del
coche de nuevo iba a dirigirme a realizar la última visita del día hacia una
especie de iglesia o monasterio que había visto en mi entrada con el coche al
pueblo.
En mi trayecto hacia
esta última visita, iba a sacarme una foto “turística” con la gallina de la
leyenda de esta importante localidad de paso del Camino de Santiago.
En cuanto a la leyenda,
resulta que el milagro del gallo y de la gallina trata de que en el siglo XIV
peregrinó a Compostela un alemán de 18 años acompañado por sus padres.
En el mesón donde se
hospedaban, del joven se enamoró una chavala que curraba allí y como el chaval
este no quiso acceder a sus peticiones, resulta que la chavala despechada y con
ansias de venganza, escondió en el zurrón del joven una copa de plata y le
acusó del robo de la misma.
Al disponerse a marchar
la familia llegó la justicia y comprobaron que efectivamente la copa estaba en
el zurrón, declarándole entonces culpable y condenándolo a la horca (no se
andaban con bromas en aquellos tiempos…).
Al chaval lo ahorcaron
y los padres cuando se acercaron al cuerpo de su hijo para despedirse comprobaron
como éste les hablaba desde la horca y les decía que seguía vivo por la gracia
del Santo.
Todo felices, los
progenitores fueron a comunicar la noticia al corregidor que en esos momentos
se encontraba cenando unas aves.
Dicho corregidor se
burló de lo que había oído y les soltó a los padres que “Vuestro hijo está tan
vivo como este gallo y esta gallina que me disponía a comer antes de que me
importunarais”, resultando que en ese momento las aves saltaron del plato y se pusieron
a cantar y a cacarear alegremente.
De esta manera nació el
dicho popular “En Santo Domingo de la Calzada , donde cantó la gallina después de
asada”.
Después de esta
historia, seguimos con la excursión, internándome entonces por una callejuela
donde se encontraban bastantes edificios históricos, en busca de la última
visita del día, el segundo parador de la localidad.
Vista hacia atrás de
dicha callejuela.
Y así llegué tras
caminar unos 200 – 300 m
al segundo parador de la localidad o el primero según se mire.
Vista de dicho parador.
Tocaba montar en el
coche y poner rumbo a Logroño, capital de la Rioja y famosa por toda la zona de
viñedos alrededor de la capital y por el interior de toda la Comunidad,
llegando a esta ciudad tras una media hora de coche y tras cruzarnos con una buena cantiad de peregrinos haciendo el Camino a Santiago.
Logroño nos iba a
recibir con un día soleado pero frío para las fechas en las que estábamos, en
torno a 14 -15 grados.
Localizamos el hotel de
este día sin problemas, llamándose el mismo Hotel Ciudad de Logroño…
Nos dieron la
habitación 102 y en la habitación hacía bastante frío, frío que en mi caso
notaría sobre todo en el cuerpo cuando me levanté de la cama tras haber
descansado sobre algo más de media hora.
Pues nos dispusimos a
salir, yendo hacia el centro de la ciudad y a la calle más famosa de Logroño,
la calle Laurel, situada en la zona más emblemática de esta ciudad y en la que
ya había bastante gente bebiendo y tomando pinchos cuando nosotros llegamos.
El primer bar que
paramos fue uno llamado “El Soriano”, famoso por sus pinchos de champiñones,
así que en dicho lugar tomamos un par de cortos de cerveza junto a un par de
pinchos.
Seguidamente seguimos
caminando por dicha calle en la que se observaban diversas escenas de gente
bastante “animada”. De hecho, a la entrada de varios bares pude apreciar como
se prohibía el tema de las “las fiestas de despedida”.
Dimos entonces con uno
llamado “Pasión por ti” y en la que nos llamó mucho la barra de pinchos que
tenía.
En dicho lugar tomamos
varios pinchos como por ejplo, la morcilla de arroz rellena de dulce de manzana
(en primer término) y uno que llevaba acelga (detrás).
Otro que en mi caso
tomaría y como buen amante del pulpo iba a ser éste.
Como había ganas de
probar alguno más, entramos en otro local, “La taberna del tío Blas” en la que
probamos dos minihamburgesas y una croqueta de carne.
Decir que en todos los
locales la comida estaba muy buena, así que no me extraña que dicha calle es
conocida como la “Senda de los Elefantes” y ese sobrenombre es debido a que en
dicha calle hay aproximadamente unos 60 bares que se ubican en torno a ella y
si uno recorre cada uno de ellos tomando un vino las posibilidades de salir de
esta calle con una buena trompa y a cuatro patas como los elefantes son muy
elevadas.
Salimos entonces de
este último bar y tras dar una pequeña vuelta regresamos a descansar al hotel
ya que al día siguiente teníamos prevista la primera visita a una bodega de las
dos que íbamos a realizar en esta escapada.
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