miércoles, 8 de octubre de 2014

PICO SEN DE LOS MULOS.


Día: 27-10-2014.

Desnivel aproximado: + 450 metros.

Lugar de salida y llegada: Collada de les Bedules (Ponga).

Tiempo: 6 horas

Comentario:
Este día me levanté sin ningunas ganas de hacer ruta alguna, pero dado el día soleado que estaba haciendo, decidí salir junto con la mujer a realizar una ruta de las consideradas fáciles y encima ya conocida como era la subida a este pico del concejo de Ponga.

Seguramente las pocas ganas eran debidas a que me notaba muy cansado desde el último mes, así que con malas sensaciones por mi parte, pusimos rumbo al Collado de Les Bedules (1.085 m), lugar donde íbamos a dejar el coche.

Empezamos a caminar y ya desde el primer momento me sentí muy cansino en mis andares, así que a paso de tortuga (por mi culpa tengo que decir…) fuimos avanzando con un retraso considerable sobre el horario previsto para la ruta.

Foto con el Pico Pierzu (1.551 m) y el Pico Carria (1.453 m).


Según íbamos caminando ya se iba asomando el pico objetivo del día entre los rayos del sol.


En mi cansino caminar ya podía ver el sendero que cortaba la ladera de este pico y por el que tendría que transitar una hora después.


Llegamos entonces al Collado Granceno (en mi caso llego más bien el cuerpo, ya que el alma todavía tardaría media hora por lo menos…), donde giramos a la izd para pillar un breve tramo de pista que se iba a internar entre árboles y llevarnos una pradería donde había ganado caballar, denominada la Collada Vivances.

Vista del desvío y de la pradería mencionada con el sendero.




El tramo por el sendero era llano, así que lo que en teoría hubiera consistido en un simple paseo, este día y viendo como me encontraba, dicho tramo se me iba hacer muy largo.

Encima, por el sendero encontramos cabezas de ganado vacuno que no se desviaban algún metro ante nuestra presencia y tampoco era cuestión de tentar a la suerte y ponerse a lado de ellas y apartarlas con el consiguiente peligro de ser corneados (aunque fuera de forma involuntaria), así que hubo un momento que parecía que estábamos en el Oeste y parecía aquello un “duelo a muerte” entre el ganado y el menda.
Dicho “duelo” se dio por finalizado cuando el ganado se apartó algún metro del sendero, imitando también entonces nosotros a los animales, pudiendo salvar el obstáculo “animal” y nunca mejor dicho, que se había interpuesto por momentos en nuestro andar hasta los verdaderos inicios de la subida al pico.

Tras un giro, ya en subida, llegamos a un pequeño alto donde ya pudimos ver el resto de la subida hasta la cumbre que asomaba a lo lejos del pico.


Empezamos a subir por terreno de pradería y echando la vista de vez en cuando hacia atrás, íbamos viendo el terreno recorrido.


El Cordal del Niajo (1.739 m)  y el Pozalón (1.743 m).


Ante las numerosas paradas que estaba teniendo, la mujer decidió continuar los últimos centenares de metros, mientras yo en la pendiente final cada poco tenía que parar a coger aire y sobre todo descanso para las piernas.

Llegué a la cumbre (1.505 m) donde ya me esperaba la mujer tomando el sol y nada más llegar tocaba comer ya que me sentía con una cierta sensación de vacío en el estómago.

Tras tomar el oportuno bocata de embutido, pasamos de permanecer más tiempo en la cumbre, emprendiendo el camino de regreso por el mismo itinerario que el que habíamos empleado para la ida.

Pero antes de marchar un par de imágenes, con la primera mostrando Peña Ten (2.142 m) y el Pileñes (2.012 m) y la segunda imagen con los Picos de Europa.




Viendo el descenso.


En algo menos de una hora llegamos al Collado Vivances, lugar donde yo tenía previsto tirarme para dormir una pequeña siesta y recuperarme del cansancio.

Tras la pequeña siesta, retomamos el camino para llegar a la odiosa pista que tras casi 1 horas nos iba a dejar de nuevo en el coche.

Foto despedida del pico, sacada desde la pista.


Llegué al coche más que cansado y apenas notando las piernas, así que se puede decir que en este día no disfruté nada de la montaña, aunque más o menos con las malas sensaciones que tuve ya desde casa, esto que digo no era de extrañar.

A esperar mejores ocasiones en un futuro…




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