6º
Día. Roma – Mallorca.
Día: 10-09-2015.
Comentario Mallorca:
Nos levantamos en este día a
las 06h ya que a las 06h40 nos tenían previsto recoger y llevarnos al
aeropuerto de Fiumicino para pillar el avión a Mallorca.
El coche que venía a
recogernos (un Audi) llegó puntualmente al hotel y nada más vernos el conductor
me dice que dicho coche tenía una avería mecánica (del cambio de marchas creo
que le entendí) y que el coche no iba a poder pasar en el trayecto de la
“endiablada velocidad” de 50 – 60
Km/h .
Mi contestación al hombre fue
en forma de pregunta y fue sobre si nos garantizaba que llegábamos igual.
El
conductor me respondió con rotundidad que sí, que sí que llegábamos (todo esto
el hablando en italiano y yo en castellano, menos mal que no me hablaba en
turco o en alemán porque no se como nos hubiéramos hecho entender entre los
dos…), así que pusimos las maletas en el maletero y montamos ya en el coche
poniendo rumbo al aeropuerto de la llegada a Roma, el aeropuerto de Fiumicino.
El trayecto hasta el
aeropuerto lo hicimos sin novedad mecánica aunque sí que es verdad que el coche
iba muchísimo más lento de lo normal, pero al final íbamos a llegar con tiempo
de sobra a facturar y a pillar el avión.
Pillamos entonces el avión
que nos iba a llevar a Mallorca y llegando a la isla en medio de un tiempo
nublado y mucho peor de lo esperado para el tiempo que tendría que hacer en la
isla en esta época.
Pero antes de partir de Roma,
vigilando desde el avión que nos metieran todas nuestras maletas como la que se
ve en la imagen.
Tras aterrizar en Mallorca y pillar
todas las maletas ya nos fuimos a recoger el coche que nos habían reservado
para toda la estancia en la isla, estancia que haríamos en una zona que no
conocía ni tenía referencias de la isla, la zona de Cala Millor.
En cuanto al tema del coche,
resumir dicho tema en una frase y la misma diría algo así como ,..”la madre que
parió a los alemanes”…
Resulta que vamos con el
papel de recogida del coche y pasamos entonces por una primera oficina donde
nos atendió la típica chavala alemana, la cual se desenvolvía bastante bien en
castellano, así que hablando con ella me comentó que si quería extender el
seguro (tenía solo el básico) a que me cubriera roturas de lunas y asistencia
en carretera tenía que pagar casi 50 euros.
Le respondí afirmativamente
en el tema de ampliación del seguro, sobre todo, por lo de la asistencia de
carretera y seguidamente me indicó donde tendría que recoger el coche.
Nos dirigimos entonces a
recoger el coche en el aparcamiento destinado a todas las casas de alquiler de
coches del aeropuerto y resulta que me dirijo a la chica de mi casa de alquiler
y la misma era otra alemana, pero sin tener ella ni puñetera idea de castellano.
Pude resolver dicho problemas
porque en dos o tres frases un chaval (llevaba mono de curro, así que supongo
que trabajaría para ellos) me indicó algunas cosas como por ejplo, donde
tendría que dejar el coche al cabo de unos días.
Echando pestes contra la alemana
por no comprender como se puede estar currando en un país y no dominar con una
cierta soltura la lengua de dicho país, montamos en el coche e intentamos poner
rumbo a la zona del hotel, distante unos 70 – 80 km del aeropuerto.
Digo que intentamos poner
rumbo al hotel porque en vez de pillar la carretera correcta, resulta que nos
metimos por dirección contraria y fuimos camino de Palma de Mallorca, así que
tras andar perdidos durante casi media hora, pudimos salir del embrollo de
carreteras gracias sobre todo el gps del móvil de la mujer.
Tras algo más de una hora de
trayecto en coche, llegamos sin problemas a Cala Millor, localizando enseguida
el hotel.
Pero antes de seguir,
información de esta tranquila zona turística de Mallorca.
Nos adentramos entonces en el
hotel Flamenco, hotel de nuestra estancia en Mallorca durante estos días,
encontrando en recepción un señor que nos resultó muy agradable, el cual nos
mandó esperar un pequeño rato a que subiéramos a la habitación y mientras tanto
nos invitó a una copa de champán.
Pero antes de tomar el
champán, enlace del hotel.
Imágenes de dicha espera con
el champán en la mano.
Nos dieron entonces la
habitación (situada en el primer piso y encima de la terraza del bar), así que
aunque deshicimos las maletas, lo primero que hicimos al abandonar la
habitación fue bajar a la recepción a comentar que no nos gustaba la habitación y
que si no tenían otra para alojarnos.
Más o menos la respuesta,
amable eso sí, fue que tenían el hotel todo lleno (plagado mayoritariamente por
los alemanes) y que intentarían ponernos en una habitación mejor (¡para los
únicos españoles que éramos ya podían hacernos ese favor!, pensé).
Así que tras esta visita a la
recepción nos fuimos a conocer el resto del hotel, causándonos una mala
sensación en un principio dicho hotel (también ayudó esta sensación al tiempo
totalmente nublado y medio lluvioso que nos encontramos al llegar).
Debido al tiempo, regresamos
a la habitación donde el resto de la tarde pude pasar el tiempo viendo el
partido del Europeo de Basket de España contra Alemania, partido clave para la
clasificación para la siguiente fase y partido que España ganaría por 77 – 76.
Tras acabar el partido y
prepararnos, bajaríamos a cenar ya había hambre y además horario de la cena
estaba comprendido entre las 18h30 y las 21h (todo por culpa de los
extranjeros).
Nos darían la misma mesa para
toda la estancia y tras la cena, la cual nos causó una buenísima impresión por
la variedad y sobre todo la calidad de la comida, saldríamos a dar un pequeño
paseo por toda la zona del muro, mojándonos a la vuelta al hotel ya que el
tiempo en ese día estuvo bastante malo durante esa primera tarde en la isla.
Ahora, a ver si mejoraba el
tiempo para los siguientes días de estancia en la isla…
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