viernes, 26 de septiembre de 2014

VACACIONES 2014. (ALGARVE-BADAJOZ-SEVILLA). 7º DÍA. LAGOS – PRAIA DA MARINHA – ERMITA VIRGEN DE LA ROCA.


7º Día. Lagos – Praia Da Marinha – Ermita La Virgen de la Roca.

Día 12-09-2014.

Comentario:
Este día iba a ser para el menda el más espectacular en cuanto a nivel paisajístico, teniendo que ganarme en algunos momentos algunas de las fotos que se muestran en este día.

Este día no tuvimos que movernos mucho con el coche, siendo el objetivo del día el poder conocer una de las playas más peculiares del mundo, al estar la misma situada dentro de una de las numerosas cuevas de esta parte del litoral del Algarve.

Así que pusimos rumbo a la playa de Benagil con la intención de pillar una lancha o un pequeño barco que nos pudiera internar dentro de la cueva que albergaba dicha playa, pero la verdad entre que había bastante bruma y que el estado del mar no era el adecuado por estar la mar bastante revuelta, nuestra intención se quedó en eso, “intención sin más”, ya que según nos dijeron en el puesto donde vendían los billetes para visitar dicha cueva, ese día no estaban operativos por el estado del mar y al día siguiente tampoco tenían previsto estar listos.

¡Qué se iba hacer!...La verdad, veíamos que el estado del mar no era el más idóneo, así que por lo menos si nos íbamos a una playa cercana, el menda tenía la esperanza de poder ver la playa desde la apertura superior de la cueva, como así pudo ser al final, aunque lo suyo me costó.

Puse rumbo entonces a una playa cercana a esta de Benagil, en concreto a la Praia da Marinha que tenía muy buena pinta.

Lo malo de estos momentos de la mañana era que en toda la zona de la costa había bastante bruma, impidiendo ésta que el sol asomará e iluminara bien toda esta guapa zona de la costa, así que con la esperanza que abriera el día, dejé a la mujer en esta playa y me piré por algo más de una hora para poder transitar por la parte superior del litoral yendo en busca del agujero que permitiría ver la playa a la cual había querido llegar por mar.

Mi estancia en esta zona de costa se iba a dividir en dos este día.

La primera, en la que me perdí por espacio de una hora y sacando fotos de la costa con algo de bruma y con la marea baja y la segunda parte, después de comer, en la que despejó el día dejando ver a la perfección todo el tramo de costa que había recorrido en la primera parte del día.

Como en algunas de mis incursiones por el litoral, tuve que extremar la precaución a la hora de tomar las fotos y estas son el resultado de dichas incursiones.
Estado, con la bruma incluida,en el que se encontraba esta playa en la primera parte del día (foto sacada a la vuelta de mi primera excursión).


A lo largo de la costa había numerosos agujeros y oquedades como se ven a continuación.










La costa tomada por la bruma.


En un tramo descubrí una gran cueva por la que el mar se internaba en ella y en la que en su parte superior había una apertura protegida por vallas en la que se veía continuamente como el mar entraba una y otra vez sin descanso.






Alguna cala aparecía en mi marcha en busca de la playa situada en la cueva.


Regresé ya que llevaba un buen rato lejos de la playa a la playa principal del día. 
Sabía que me había quedado a un paso del objetivo, pero tenía la esperanza que después de comer abriera el día y me permitiera volver en una escapada express a esta zona y me permitiera descubrir la maravilla de la naturaleza como estaba catalogada este peculiar playa.

Pero cuando estaba a punto de pisar la arena, me dirigí hacia la parte Este de la playa, protegida por acantilados, encaramándome a ellos para poder obtener otras vistas diferentes a las que había visto alguna hora antes.

Imagen de la playa y la bruma que no se quitaba.


Mientras me encaramaba a las rocas, pude descubrir una playa y una pequeñísima cala que por lo que vi eran inaccesibles desde tierra.




Desde lo más alto de estos acantilados algunas imágenes de la playa con el chiringuito de la misma (y la bruma seguía).






Descendí de nuevo hasta la arena y entonces nos fuimos a dar una vuelta por la playa la mujer y el menda, sacando entre otras muchas este par de imágenes.




¡Y cómo no!, ¡Chiringuito a la vista!.


La mujer no quiso comer nada en ese día ya que no se encontraba del todo bien y decía que no tenía gracia para probar bocado, así que me dirigí a dicho chiringuito a comer algo como fue una hamburguesa de pollo con una cocacola y después un café que me supieron a gloria dado el entorno y el apetito que ya tenía.


Tras regresar y estar un poco en la arena y viendo que al final parecía que el día había despejado, le dije a la mujer que me volvía a dar el mismo paseo que por la mañana para poder localizar la cueva ansiada de este día, así que eso fue lo que hice, marchar para intentar ver la playa “escondida” aunque fuera desde arriba.

Las vistas que me ofreció el entorno, aunque ya habían sido descubiertas por la mañana, no dejaban de impresionarme por la belleza que tenían, con la playa y el litoral con numerosas oquedades a lo largo del mismo.

Algunas imágenes de lo que me estoy refiriendo.












A veces aparecía la tierra con un color rojizo, supongo que era producto de cuando dejaban los desprendimiento al aire libre parte de la superficie.




Más guapas imágenes de la costa.










Llegué de nuevo a la altura de las oquedades y de alguna de las cuevas que había visto por la mañana, viendo como ahora el agua inundaba las mismas.









El mar se encontraba algo “bravo” en este día, aunque en las fotos parezca todo lo contrario.


¡Quién hubiera podido estar en el yate en esos momentos!...


Se veía que había visitas a las oquedades pero no en el tipo de embarcación en la que yo hubiera visitado la playa de la cueva.


Observé de nuevo la gran entrada que había descubierto por la mañana y en la que se puede apreciar en la foto, la apertura por encima de la misma y protegida por vallado para evitar que alguno se pegara un chapuzón inesperado.




Alcancé de nuevo la apertura pudiendo ver de nuevo el mar entrando en la cueva.


La misma desde el vallado y en la que se la espuma del mar al golpear la cueva.


Desde la zona donde se encontraba el vallado, foto de la zona por la que había estado anteriormente cuando había estado sacando fotos de esta cueva anterior y en la que se pueden ver los diferentes agujeros producidos por la acción del mar.


Seguí con la marcha, evitando entretenerme demasiado ya que quería llegar algo más lejos de lo que lo había hecho por la mañana, apareciendo de nuevo la cala (solo accesible por mar) en la que el mar intentaba golpear con fuerza el frente de la misma.

Un par de imágenes de esta zona.




Proseguí con la marcha y apareció ante mí la que seguro que era el objetivo que tanto había buscado en este día, así que rápidamente me fui a por el mismo, pero antes sacaría alguna foto de una de las salidas de la cueva.


Alcancé entonces el vallado, vallado que salté, asomándome todo lo que pude pero sin renunciar a la seguridad (mala suerte sería que la parte superior de la cueva se hubiera derrumbado estando yo allí con todo el tiempo que había tenido durante todos estos años, pensaba…), pudiendo ver el arenal metido en la cueva y el mar entrando e inundando parte de dicho arenal.




En esta foto se pueden ver las dos entradas de la cueva y en la parte izda se puede intuir como una lancha a motor estaba saliendo por una de ellas con excursionistas a bordo (se ve que algunos habían reanudado las excursiones por la cavidad).


Entrada principal de la cueva y en la que se ve el reflejo de la luz del sol sobre las aguas.


Un par de imágenes con la cueva y el mar y en la que se puede ver el tamaño del agujero en su parte superior y la altura sobre el nivel de las aguas.




Di la vuelta por completo por el interior del vallado, sacando por completo el arenal desde todas las perspectivas posibles (el arenal sin agua y con agua).




Tamaño completo del furaco.


Al final resultó una pequeña excursión “impresionante” por su belleza, así que fui regresando con un buenísimo ritmo a la playa donde estaba la mujer, alcanzándola de regreso por la escalinata “con un buen cabreo” ya que el sol según ella ya no pegaba en la playa, estaba aburrida y preocupada porque no sabía si me había pasado algo ante mi tardanza.

Era pronto todavía para regresar al apartamento, así que decidimos entonces ir a conocer la zona de la ermita de La Virgen de la Roca, situada en una punta rocosa frente el mar.

Se trata de un antiguo fuerte en cuyo interior se encuentra dicha ermita cuya fecha de construcción se desconoce.
La leyenda dice que estuvo relacionada con la aparición de la Virgen, pero lo cierto es que Juan III mandó edificar el fuerte para defender la playa de los piratas moros.

Imágenes de la ermita.




En la parte Oeste de la punta rocosa donde está situada esta ermita se encontraba la bonita playa de Praia Nova.




Y al Este, una playa que según pudimos ver era la Praia da Sra da Rocha y que estaba algo más masificada que la anterior por tener varias restaurantes en su entorno.


Dimos por concluida la visita a dicha zona, así que nos fuimos para el conjunto residencia para descansar algo y poder salir a cenar, pero la mujer se encontraba mal (llevaba casi todo el día algo revuelta), así que como tenía hambre, salí una hora a cenar algo de pasta a una pizzería cercana al apartamento, regresando sin novedad, concluyendo una extraordinaria jornada en estas tierras.

En cuanto al kilometraje, en este día me metí tan solo 100 Km.



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